𝙲𝚘𝚖𝚙𝚊𝚗𝚢.

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-Stay with me.

Halloween AU!🎃

La rivalidad y mala relación que llevaba con aquel lobo cenizo era gigantesca. El carácter hostil del mismo era un problema para la felina, muy aparte de que le fastidiaba la presencia de la misma, es por ello que ahora mismo la perseguía por el bosque.

-¡Ya déjame!- rugió Hanabi, mientras saltaba entre los árboles para escapar del muchacho.

La luna llena no ayuda...

Al ser Katsuki un hombre lobo, aquella inmensa circunferencia en el cielo jugaba en contra de la azabache, la cual saltó por unas rejas, adentrándose a una mansión, escurriéndose por la puerta trasera mientras escuchaba el aullido inminente del lobo que, ahora, se alejaba.

Su corazón latía con fuerza, lo escuchaba retumbar fuertemente en sus oídos mientras se cubría con la tela negra que la protegía del frío nocturno.
Sus pasos se detuvieron por el chirrido de la madera en el piso, notando el lugar vacío y lúgubre, a penas iluminado por algunas velas.

El aleteo en las vigas de madera que se encontraban en el techo la sacaron de sus pensamientos, alzando su mirada hacia el mismo, logrando divisar palomas, gorriones y otras aves descansando, otras viéndola a cada movimiento que hacía.

-¿Qué haces aquí?

Una voz masculina, suave y serena se escuchó en todo el salón en el cual ella se encontraba, tratando de encontrar el dueño de la misma, seguido de pasos y la brillante luz de una vela que era sostenida, notándose su descenso por la escalera que estaba frente a ella.

La chimenea se encendió de un momento a otro, provocando que la fémina cerrara sus ojos por la luz repentina a sus doradas irises, notó la figura de quién sostenía la vela.

Alas rojizas fue lo primero que distinguió, moviéndose de a poco mientras el hombre que le había hablado antes, caminaba hacia ella, arrastrando las plumas por el suelo debido a su inmenso tamaño.

Llegaban a ser incluso aterradoras para cualquiera.

Debía solo sucumbir ante las preguntas y huir si la situación se tornaba peligrosa, estando en territorio ajeno, debía abstenerse a ser hostil con, al parecer, el dueño del lugar.

Quitándose la capucha de lo que llevaba puesto, mostrando su rostro a aquel rubio que pudo verlo mejor por las llamas de la chimenea.

-Ah, eres la gata que merodea por aquí... -se acercó a ella acortando la distancia que los separaba hace unos momentos.

-Me escondí en el castillo debido a... -hizo una mueca.- Una persecución con alguien opuesto a mí.

-Tranquila, entiendo. -se limitó a decir rodeándola, observándola de pies a cabeza una y otra vez.

El chico de le hacía familiar, es por ello que no podía apartar la vista de él hasta poder recordar su nombre o algo asociado a su persona.

Bingo.

-No quiero molestarlo, me iré inmediatamente. -carraspeó, obteniendo que los ojos del más alto se dirigieran de inmediato a ella.

Si antes estaba en la boca del lobo, ahora estaba en la boca de alguien mucho peor, y si su hipótesis estaba correcta, debía huir de ahí pero ya.

𝐊𝐞𝐢𝐠𝐨 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐦𝐢→𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora