Capítulo 32

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LP

Meg abre la puerta y me quedo hipnotizada recorriéndola con la mirada, está muy hermosa esta noche... solo me falta suspirarle en la cara, Megan me afecta de maneras inconmensurables, al parecer a ella le ocurre algo parecido porque me come con una mirada lujuriosa, ¡vaya parece que a alguien le gusta mucho mi atuendo de hoy! Sacaré provecho de ello y usaré todas mis armas infalibles de seducción.

La recorro completa y lascivamente de pies a cabeza tal cual lo hace ella conmigo.

— ¿Ya terminó la señorita de violarme con la mirada o aún falta?— Muerde sus labios y una coqueta sonrisa pervertida nace en su increíble rostro. ¡Por Dios qué bella es! Cada día caigo más y más por ella, estoy perdida.

— "You can leave your hat on".— Tararea la famosa canción de Joe Cocker y mueve sus caderas con un seductor bailecito que me deja completamente obnubilada.— Solo pensaba en que debemos recrear la famosa escena de "nueve semanas y media".

— ¡Mmmm me agrada eso!— Humedezco mis labios eróticamente y me acerco a ella, coloco una de mis manos en mi punto débil... su cintura, sus curvas son mi criptonita.

Recuerdo perfectamente esa caliente escena de la película donde la chica hace un sensual streptease mientras el protagonista la observa impacientemente y la canción de fondo era ideal para la ocasión. Moriría por vivir eso con Meg y ver que ella se quita la ropa para mi... para que la haga mía.

— Pero tú harás de Kim Basinger y yo observaré cómo te quitas todo pero solo te dejas ese sexy y candente sombrero puesto, pero tranquilo no te disfrazaré de mujer solo harás el streptease. — Ella se ríe pero en mi mente queda resonando la última frase, si ella supiera que en realidad sí soy mujer... pensar en esta situación que nos toca vivir me estresa demasiado y me hace mal. —Oye ¿estás bien? ¿Te molestó algo que dije?

Vuelvo a la realidad ya que me había perdido en mis pensamientos torturándome por ser tan mentirosa con ella que no se merece tantas mentiras y engaños, tomo aire profundamente para volver a la energía positiva que traía al llegar aquí, esto me está afectando cada día más pero seguiré con lo que me propuse, intentaré que ambas seamos las personas más felices de este planeta mientras estemos juntas... mientras dure nuestro inesperado amor.

—Para nada, solo pensaba en que necesito un beso tuyo.

—Yo también necesito de tus besos, no puedo pensar en otra cosa más que en saborearte desde que llegaste— ¡Diablos señorita! La noche recién comienza y ella ya me ha vuelto loca de deseo. —Has revolucionado a mis hormonas con ese atuendo, ese sombrero es del diablo.

Sonrío con una seductora sonrisa de lado, adoro generar el caos en ella , lo disfruto demasiado.

—¿Te gusta lo que ves?— Mi voz se oye ronca producto de la excitación porque tenerla tan cerca , el tono sugerente en el que me habla y ese perfume me afectan demasiado.

Se acerca aún más hasta estar milimétricamente separada de mi y sobre mis labios susurra...

—Me gustas demasiado y me temo que al verte así tan sexy tendré locas fantasías toda la noche.— Trago saliva.

—Pues coincidimos porque estás tan hermosa esta noche —miro su escote y automáticamente humedezco mis labios —que desde que te vi cuando abriste la puerta tengo perversos pensamientos  que me encantaría hacer realidad.

—LP por favor bésame.

—Tus deseos son órdenes  mi reina.

Uno mis labios con los de ella en un beso apasionado y desesperado, avanzo a ciegas y otra vez la acorralo contra la pared de su casa, no sé qué tiene este sitio, es como un magnetismo que me llama para que la acorrale aquí como si fuera mi presa y yo con mucho gusto la devoro.

Inesperado amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora