Capítulo 2: ¿Nombres?

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Una melodía clásica sonaba en los altavoces, cada pieza le conducía a la tranquilidad que buscaba hace unas horas, tecleaba con rapidez un correo de aceptación, cada palabra, cada texto redactado buscaban la finalidad de un léxico correcto y una profesionalidad perfecta.

La silla en la que el alfa se encontraba sentado se movía de un lado a otro, sus papilas gustativas se dilataron al sentir el fuerte olor del café, justo como el olor propio que desprendía, pero este aroma natural del mismo en grano, era una total perdición, lo amaba. El director se levantó de aquella silla para dirigirme a la cafetera.

Había acondicionado un poco la oficina a su gusto, sabía que la cafetera era el principal elemento que debía tener, uno que otro cuadro y plantas que adoraba como se veían en el interior del lugar. Mi olor a jengibre y café rondaban en la zona, era fuerte, de cierta manera el lobo acepto el nuevo lugar porque, antes de que pueda estar tan cómodamente en un sitio, el animal interior debe aceptarlo, es todo un caprichoso.

El lugar tenía una personalidad propia, un conjunto de una isla muy cómoda, un sofá de color turquí en forma de L, una mesa de centro que hacia juego y una alfombra azul pálido que hacían contraste con los tonos grisáceos que tenían algunas paredes y detalles.

Justo cuando el café estuvo listo, la puerta fue tocada, una voz acompaño al sonido para después abrirse mostrando al subdirector Choi.

— Buenos días, señor Kim.

Una reverencia lo siguió, comenzó a caminar hacia el sofá y sentándose en frente de la única persona que había estado en el lugar desde temprano, coloco una carpeta negra en la mesa de centro y cruzó sus piernas.

— Buenos días, señor Choi. - El castaño elevó la taza de café que posaba en sus manos haciendo una clara invitación a tomar una taza él.- Acabo de prepararlo.  

Lo más probable es que ya tuviera suficiente con el olor que había instalado el alfa por lo que su rostro se convirtió en una mueca incomoda.

— Estoy bien con el café, no es mucho de mi agrado. - Su mano paso por su cabello y luego su dedo índice tocó levemente su nariz, mostraba en toda su expresión lo incomodo que fue decir aquello.

Namjoon sonrió una vez más y bebió de su café amargo y negro en taza, claro que no a todos les gustaría esta delicia, pero como cada pequeño detalle de este mundo, mucho en exceso era terrible.

— Muy bien, Choi, ¿Qué tienes para mí?.- El director tomó asiento sobre el sofá individual, cruzó sus piernas y observo listo al empleado, que con una mirada segura le devolvió el gesto, asintiendo una vez estuvo preparado para comenzar a arrojar palabras.

— Director, he conseguido siete artistas que serán parte de nuestra exposición de arte.- Coloco un la mesa del centro una Tablet con los perfiles de cada artista. El castaño tomó en sus manos y comenzó a ojear el artista expuesto; cada uno detallando edades, especialidades, jerarquías e imágenes de algunos de sus trabajos.—La información fue enviada a su ordenador, solo deben ser aceptados para enviar la correspondiente aceptación. 

Namjoon asintió con la cabeza mientras sus ojos seguían paseándose por los perfiles, llamando la atención un artista llamado: Lee YongMin un beta reconocido por su aplicación en las artes plásticas, magnifico desde estos ojos. Pasaba foto tras foto del trabajo del chico y seguía siendo esplendido, así continuó pasando su dedo por la pantalla hasta que las fotos llegaron al final llevándole a otro artista: Kim SeokJin, pero desde el punto anterior nada podría impresionarlo mas o eso pensaba. 

Solo su mención, un Omega repleto de colecciones reflejando al humano parte por parte y nada de eso llego a interesarle mas, sus ojos habían quedado maravillados con el trabajo del artista Kim, por supuesto, había sido aceptado, junto a Lee YongMin, Jeon JungKook, Kim SooMi y dos artistas mas los cuales pudieron convencerle y llenar las altas expectativas que poseía por naturaleza.

𝐿𝒾𝑒𝓃𝓏𝑜 𝒱𝒶𝓃𝑜➷ Namjin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora