Capítulo 3: ¿qué haces?

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La misma rutina, el mismo café y el subdirector caminaba por los pasillos del museo en camino a la oficina de su jefe. Aquel que de alguna manera quería agradecerle por haberlo acompañado a su casa durante su momento de embriaguez, también por ayudarlo a poner la contraseña de su departamento y por aceptar que su artista favorito entrara en la exposición.

Aviso su entrada, giro el pomo y encontró al hombre sentado leyendo con concentración algunos documentos de su escritorio. 

— Buenos días, Director Kim. 

Entregó su vaso desechable orgánico con el contenido amargo y sonrió a muy duras penas, con la vergüenza en la garganta y su dignidad en el subsuelo. 

— ¿Cómo se siente?.- El alfa levanto su cabeza con una mirada amable y con una media sonrisa en sus labios. El beta no dudo en pensar que el hombre era un perfecto partido, era amable y totalmente atractivo. 

— B-bien, director.- Se sonrojo con su pensamiento, tomo asiento y recordó que probablemente aquel hombre de bíceps marcados no era su destinado, porque sí, el hombre aclaro la noche anterior que creía en las almas gemelas y fue indudablemente cursi.— Le tengo buenas noticias, acorde la cita para el mediodía con el artista. 

— Perfecto, creía que hoy almorzaría solo. - Sonrió una vez mas y con sus largos dedos se aferro al caliente vaso de café, lo levanto levemente y asintió con la cabeza. — Gracias por esto, sabes muy bien que no es tu trabajo ser mi asistente personal.

— Lo sé, director.- Se levanto del asiento dispuesto a retirarse.— Es una ofrenda de disculpas, por haberlo hecho pasar la noche anterior por aquello tan tedioso. 

Una vez mas sonrió y sus ánimos se elevaron sabiendo que su visita al artista le darían buenas respuestas. 

. ・✫・゜・。.

Las calles estaban repletas de personas, caminaban siguiendo un paso apresurado y otras solo divagaban. El auto de Namjoon estaba estacionado enfrente a la tienda de dos pisos, no tenia letreros, solo ladrillos, flores y un balcón espectacular, el cual estaba cerrado, parecía ser un lugar muy hogareño. 

Kwan estaba al teléfono, con el rostro rojo y el ceño pronunciado, en casi 10 minutos el beta no había relajado sus facciones. El subdirector llamaba al pintor para confirmar su estadía en lo que parecía ser su lugar de trabajo, y el dueño de su vena no respondía ni al llamado del timbre. 

— Iré a tocar el timbre una vez mas, en caso que no abra, nos vamos y se cancela al artista. 

Kwan iba a protestar, quería que el encargado de su afición a las pinturas expusiera su hermoso trabajo en las grandes galerías del museo, pero cuando su voz iba a hacer sonido alguno, el director salió por segunda vez del auto, dejándolo con las palabras en la boca y su cara al fin cambio, pero esta vez a una derrotada. 

El jefe toco el timbre tres veces y cuando iba a decir algún reproche acerca de lo poco responsable que era el artista, la puerta hizo el típico sonido, dejándole saber que estaban quitando el seguro. La vista dentro del lugar se hizo al fin presente, pero un chico bajo y rubio sostenía un kimono negro de flores rosas, el cual llevaba como única prenda. El joven rubio sonrió con timidez y miro a los dos hombres que estaban parados enfrente a la caseta. 

— Ustedes deben de ser la cita de hoy. - Sonrió mas grande esta vez y bajo su cabeza en modo de disculpa. — Si aun desean entrar. -Esta vez se hizo a un lado dejando paso libre de la entrada. 

Namjoon dudo por unos segundos, llego a pensar que si este chico había tomado una actitud tan poco profesional al tardar en abrir, haciéndolos esperar por al menos 20min - el cual era tiempo valioso para él- y para completar el pastel, les había dando la bienvenida en kimono. Tenia una idea muy clara de que la primera impresión daba mucho que pensar, pero la idea se esfumo cuando el subdirector entro con una sonrisa a la primera planta de aquel bonito lugar. 

𝐿𝒾𝑒𝓃𝓏𝑜 𝒱𝒶𝓃𝑜➷ Namjin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora