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La semana era un poco pesada. Bueno, no tanto. YuGyeom era divertido, era su compañero y Jackson era aquel que ayudaba a todos, no se sorprenderían si entraban en su perfil de FaceBook o Instagram y se encontraban con mensajes motivadores e imágenes de Piolín. NamJoon era algo parecido  a esas personas que eran amigos de todos. Y JungKook seguía siendo igual de pesado y competitivo con él. HyunWoo era el compañero de Jeong, pero era bueno con todos.

Las mangueras eran muy pesadas, pero no imposibles.

— cuando  entrenábamos para ser paramédicos, cargábamos cosas muy pesadas. Desde 20 a 70 kilos, sobre 71 era en pareja porque así evitábamos lesiones. — le contó JinYoung a YuGyeom al terminar de enrollar la manguera. — ahora siento que estoy tirando flores. — ambos rieron.

— yo solo he trabajado en restaurantes. — le dijo el menor. — lo más pesado que he tomado es uno o dos kilos de comida, pero con la mano.

— eso cuenta.

Unas risas se escucharon al lado suyo. Volteó un momento. Era JungKook y HyunWoo. Tenía claro que amistad de calidad no había entre ellos, solo sería compañerismo. Suspiró y siguió sonriendo junto a YuGyeom.

— en línea. — ordenó JaeBum, entrando con majestuosidad. Todos obedecieron al pie de la letra. — veo que todos han trabajo arduamente. Mañana harán pruebas con los trajes. Los trajes pesan, ¿entendido? Los quiero a todos bien preparados y descansados. Tomen una ducha y vayan a casa.

Antes que JaeBum se retirara, miró a JinYoung, haciendo contacto visual. Una discreta sonrisa entre ambos. Algo que entre ellos entendían.

Todos fueron a los casilleros para tomar sus cosas. JinYoung sacó su bolso y guardó sus llaves en su bolsillo. No se bañaría en la academia, ya que siempre intentaba llegar y estar el mayor tiempo en casa. El tiempo es oro.

— de seguro cogerá con el jefe para pasar el examen. — la voz de JungKook y sintió su mirada sobre su espalda. — ya los viste en el gimnasio. Unos tórtolos.

Cerró fuertemente la puerta de su casillero y volteó, haciendo callar al otro chico, sin importar qué, se acercó a él y se ganó frente a él.

— yo fui paramédico por unos años. Mi juramento y ética profesional no me permite juzgar a una persona ni emitir juicios de valor. — dijo, acompañado con un suspiro, dejando su bolso en el piso. — un día hubo un incendio enorme en un centro comercial, donde habían cientos y cientos de heridos y muertos. Había una muchacha con hemorragias internas graves, pero también había un hombre viejo con una esvástica tatuada en su pecho. Aquel hombre era un alemán que vino a cerrar negocios aquí en Corea, pero un vidrio penetró sus vías aéreas y tuve que llevarlo en mi ambulancia y dejar a esa pobre chica esperando otra ambulancia. Ese hombre me gritó todo el trayecto y me golpeaba, diciéndome que alguien como yo no tenía derecho a tocarlo o que no haría las cosas bien por ser coreano. La chica murió y el hombre sobrevivió. Si yo hubiera dicho y hecho lo que pensaba, el mundo sería un lugar mejor, porque ese hombre es aquella parte que pudre al mundo, pero tengo mi juramento, así que lo salvé. Tú, los que están aquí y yo también haremos un juramento, uno donde jurarás salvar todas las vidas posible, si se quema una penitenciaría, tú salvarás a un ladrón, a un asesino y a un violador así como salvarías a niños y niñas de un jardín en llamas. Ódiame aquí, ódiame ahora, ódiame mañana, yo seguiré viviendo. Odia a tu futuro jefe aquí, él también seguirá viviendo. Yo saltaré sobre las llamas para salvarte, me quedaré en un edificio a punto de caer para resucitarte y protegerte hasta salir, porque es lo que juré hacer, no porque montaré la polla del jefe. Tú serás mi compañero, y haré lo que sea para salvarte, pero no sé si esperar a que tú hagas lo mismo por mí.

Al voltear, se encontró con JaeBum. JaeBum, su jefe, lo pudo haber escuchado. Oh, Dios, ¿escuchó lo de montar su polla? No, no, no. No podía estarle pasando. Tomé una bocanada de aire, esperando lo mejor. Él se acercó a ambos.

— como dije, ustedes entrarán a una familia. — empezó a hablar el jefe. — las diferencias entre nosotros nos hacen fuerte, pero si no las solucionan, no nos hacen eficientes. — miró duramente al chico de la banca. — si trabajas como hablas, te sacaré de mi equipo y te mandaré a cualquier estación mediocre, porque no quiero que esparsas rumores. Si vas a hablar de mí, hazlo frente a mí. — ahora su mirada cayó sobre el paramédicos. — y espero que tú mantengas tu palabra, porque hay mucha gente en este mundo, espero que nada nuble tu juicio. Ahora quiero que hagan las pases.

JungKook se puso de pie frente a JinYoung y le extendió su mano. El otro la tomó y sonrió forzosamente.

— espero no tener que salvarte de las llamas, pero... yo te sacaré si es necesario. — dijo Jeong. — perdón por hablar así.

— está bien. Después de todo, igualmente te salvaría. — volvió a tomar su bolso. — nos vemos mañana. — salió de los camerinos para ir a su auto. Metió su bolso en la parte trasera y se dirigió al volante.

— ¿realmente no me montarías? — escuchó detrás de su espalda. Sus mejillas ardieron fuertemente y volteó a ver. Era JaeBum. — es decir, espero que hagas el juramento, pero montarme también suena bien.

— yo no quería... — habló, pero las palabras se quedaron en su garganta. — bueno, quería aclarar que haría todo lo posible para salvarlo porque es mi juramento, no porque tendría sexo contigo. Quiero decir, el juramento está bien, tener sexo contigo creo que también estaría bien, pero no están relacionados...

— yo lo entiendo. Es entendible. Jeong lo entendió. — dijo sobre sus palabras, calmándolo un poco. — sé que nosotros no tendremos sexo para que pases, pero el sexo entre nosotros de seguro sería maravilloso. — JaeBum rió, pero JinYoung solo se quedó con una sonrisa no tan feliz. Después entendió. — oh, entiendo... eres virgen. — la sonrisa de JinYoung pasó a ser una fina línea con los labios apretados. — no tiene nada de malo.

— no, no lo tiene. — rió un poco e iba a subir a su auto, pero JaeBum se acercó e impidió que se subiera. - acepto que me molesten, yo me río, pero ahora tengo que ir a casa.

— vamos a tomar algo. — le interrumpió el mayor. — vamos a mi casa a tomar algo, dúchate, cámbiate y comemos algo, luego charlamos.

— tengo que ir a casa. — repitió con una sonrisa. Hace mucho que no salía, la invitación era atractiva, pero debía ir a cuidar a su mamá. — vivo con mis padres.

— eso explica lo virgen.

Firework {JJP}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora