➳ n i v e

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De repente, estoy delante de la puerta de llamada,

Que indica la salida,

Para ir a mi pequeño, 

Y tedioso final. 

-Hyunnie hyung, ¿Sería buena idea que vaya al grupo de teatro hoy? No creo que mi asistencia haga mucha diferencia.

-Kamal, tienes el segundo papel protagónico, por supuesto que sí no asistes al ensayo se van a dar cuenta.- su mayor lo miraba de reojo mientras que con su cabeza comenzaba a negar.

Una semana faltaba para que los actos de final del semestre comenzaran, los trabajos y exámenes finales ya no eran uno de los motivos principales del dolor de cabeza del extranjero, sino el hecho de tener en su conciencia la responsabilidad de ser SeungMin en Shim Cheong, de pensarlo ya hacía que sus manos tiemblen y gotas de sudor empezasen a caer por su frente. Hoy era la prueba final de vestuario para la obra, ya que había que asegurarse que las medidas de cada prenda quedase a la perfección, no era muy complicada puesto que estaba ambientada en la sociedad moderno, así que no sería necesario ningún traje extravagante o extraño.
Pero algo no estaba bien, y eso era esta situación, el tener que actuar en tan importante obra, no es que le molestase hacerlo, sino el saber que su plan se había salido de sus manos, esto ni siquiera en sus sueños más locos hubiese pasado, pero pasó de ese modo, ahora solo debía intentar seguir adelante hasta que acabase todo, dándole a entender que no le quedaba más que ir a ese pequeño y tedioso final, el cual representaba que todo su proceso sería en vano, o bueno, en mayor parte.

-Pero Tae-ah, no deseo ir, ya me sé a la perfección mis partes y mi vestuario correspondiente me queda perfecto gracias a las modificaciones que JiSoo noona me hizo en cuanto a los pantalones que eran muy ajustados, culpa de mi pancita.- toco su panza y comenzo a acariciarla por encima del suéter blanco que traía puesto ese día, lo cual era un tanto extraño ya que la mañana estaba algo calurosa.

-No creo que quieras perderte de estar las siguientes cinco horas con el amor de tu vida, también conocido como la jirafa.- el menor de ambos frunció su ceño y abulto sus labios, se veía muy adorable aunque estaba un poquito enojado.

-Todos los que medimos más de un metro y ochenta centímetros dice que somos jirafas.- cruzo sus brazos y le saco la lengua, sacándole risas a su mejor amigo y a los demás chicos que se acercaban hacia ellos, los cuales venían con los brazos abiertos con intenciones de hacer un abrazo grupal, los brazos del pelinegro y el peliamarillo estaban alrededor del extranjero, para su suerte el pelirrojo había logrado escaparse de esa incómoda muestra de afecto, pero no se salvó del todo.

Los brazos del pelinegro duraron poco altededor de él ya que abrazo a su otro menor, este intentaba zafarse de él pero sabía que no podía resistirse a sus brazos, YeonJun intento sacar su tan amada cámara, pero el pelirrojo se adelantó a él y ya estaba sacando su dedo del medio, el mayor de todos puso su mano en su pecho, totalmente ofendido, Kai se reía escandalosamente hasta que su vista se enfocó que aquella persona hacia que su corazón lastiese a tan altas velocidades, y la razón de haber hecho tantas locuras. Su semblante cambió al instante, el pelinegro intentaba no reírse, pero era conocido por ser poco serio en momentos fundamentales. El pelimorado se acercó a los chicos, estos quedaron extrañados porque este tenía la costumbre de llegar tarde al instituto, ya sea porque se quedó dormido u alguna otra excusa. Paso su brazo derecho por los hombros del extranjero, haciéndolo temblar, giro su rostro hacia su mayor, el cual se reía de como TaeHyun golpeaba a BeomGyu para que lo dejase de abrazar. Sonrió inconscientemente, la imagen de SooBin sonriendo mientras sus hoyuelos hacen su respectiva aparición era su favorita.

-Mi ningning, ¿Tengo algo en la cara? Es que me estas mirando mucho.- se sintió apenado, sus mejillas tomaban su típico color carmesí, era un tonto pensando que su hyung no estaba consciente de su mirada.

-N-no h-hyung, t-tan s-sol-lo m-mir-rab-ba s-sus los hoy-yuel-los.- escondió su rostro en el hombro de SooBin, el cual no pasó por alto la acción de su menor, se alejó un poco de él y rió.

-¡Oh! ¿Mirabas a Soo?- señalo su hoyuelo izquierdo. -¿O mirabas a Bin?- y luego señalo su otro hoyuelo.

-Creo que miraba a SooBin.- ambos rieron amenamente.

-Oigan empalagosos, ya sonará la campana, ¿Nos vemos en la cafetería?- asintieron al mismo tiempo.

Efectivamente, segundos después sonó la campana, se despidieron de los demás y ambos se dirigieron directamente hacia el auditorio, en donde unos pocos de sus compañeros y la profesora SunMi estaban entrando a los vestidores que se encontraban detrás del escenario, que estaban cerca de lo que intentaba asemejarse a un backstage, así que se dirigieron directamente hacia allá, sin embargo, hubo un sonido que alarmó a los chicos, haciéndolos correr, encontrándose con una escena que les dejó mucho que pensar, o por lo menos a Kai. En uno de los vestidores, habían dos chicos que no estaban disfrutando en lo absoluto... Lo que sea que estuviesen haciendo.

-Ahg, duele, no entra, déjelo así hyung.

-No seas tonto Felix, tiene que entrar, sino estarás en graves problemas.

-Minnie hyung, por favor, no me obligue.

-La profesora SunMi se va a enojar si se entera, así que te conviene que el pantalón de franjas blancas entre.

-¡Pero no me queda! Ya le dije que mi omma lo lavó y al meterlo en la secadora se encogió.

-Eso lo sé Lee, pero nuestra mayor te va a asesinar.

Aunque la situación tuviese algo de gracia, Kai no se podía reír, se sentía mal por el chico, así que se quitó su mochila de la espalda y empezó a buscar aquel pantalón que Bahiye siempre guardaba en casos de emergencia, ya que para la suerte del tal Felix, coincide con la pequeña descripción que dio su hyung.

-¡Bingo!- intento decirlo con el tono de voz más bajo que podía, lo sacó de su mochila y se acercó al vestidor número cuatro, tocó levemente la puerta, esperando que alguno la abriera. Estaba nervioso, no le gustaba hablar mucho con personas que eran desconocidas para él, tras ser compañeros de obra, se sintió en la necesidad de darle el pantalón.

La puerta se abrió en un instante, lo que le causo un pequeño susto a Kai, sin embargo, apareció un chico castaño, con ojos grandes, nariz delgada, distinta de sus pequeños pero gruesos labios, mandíbula bastante definida, muy atractivo, además se veía excelente vistiendo tan solo una camiseta blanca, un pantalón negro muy ajustado, unos deportivos negros, y un collar que colgaba de su cuello. Respiro profundamente, hizo una reverencia y puso una sonrisa, ya que no quería parecer nervioso.

-Buen-nos d-días, d-disculp-pe m-molest-tarlo.- la timidez y la pena siempre estaban en él, pero sabía que podía dejarla a un lado. -Pero acabo de escuchar que su dongsaeng no tenía el pantalón, y no me gustaría que se ganase un sermón por ello.- negó con su cabeza. -No es correcto que haya escuchado su conversación, me disculpo por eso, sin embargo tenía un pantalón con el mismo diseño que usted describió, no sé si sea de su talla pero puede intentarlo.- se lo entregó en sus manos, y el castaño lo aceptó, sonrió grandemente, a tal punto que sus ojos se cerraron formando tan solo una línea.

-Muchas gracias, mi dongsaeng estará muy feliz.

-No es nada, soy Huening Kai.

-Yo Lee MinHo, encantado.- hizo una reverencia. -Discúlpame Kai, pero tengo que vestir al bebé Felix.- un quejido se escuchó dentro del vestidor, obviamente proveniente de Felix, provocando risas en ambos chicos.

SooBin, de quien su dongsaeng se olvidó por completo, miraba la escena con un poco de disgusto, un sentimiento extraño para él estaba creciendo y no sabía que ni porque comenzó en el momento cuando ese tal MinHo le sonrió a su pequeño, arrugó su ceño con algo de molestia, incluso aún cuando el extranjero se acercó a él nuevamente, con una sonrisa que notaba alivio en este.

-Lo logré, pensé que me moriría en cualquier momento.

-Sí, me alegra.- un tono extraño sintió el menor en la manera de hablar de su mayor, no era desprecio, pero fue algo... Seco de su parte, por así decirlo.

-Hey, hyunggie, ¿Está bien? Normalmente usted no se expresa con ese tono de voz, no quiero ser entrometido ni grosero, pero si he hecho algo que lo haya molestado en verdad discúlpeme.- se inclinó para hacer una reverencia, pero SooBin fue más rápido y lo enderezó, no dejaría que hiciese eso tan solo por estar de ese modo.

-No lo hagas, lo siento, no sé que pasó.- abrazó al extranjero, mientras acariciaba su cabellera abundante.

-Descuide bunny hyung.- los brazos del más bajo se colocaron en los hombros del pelimorado mientras recibía gustoso el cariño que le estaba transmitiendo.

-¡¿Dónde está el chico que se ha convertido en mi salvador?!- salió del vestidor un chico con rasgos extranjeros, ojos delgados penetrantes, nariz con una punta ovalada, sus labios pequeños pero muy abultados, una mandíbula simétrica, y una sonrisa muy preciosa, al igual que el suéter de rayas alternadas entre un tono terracota y un cobre opaco, con pequeños agujeros incluso en las mangas, que combinada inclusive con el color rubio platinado de su cabellera, unos deportivos negros además del pantalón que le había dado el menor de todos. Ambos se imaginaron que era Felix, así que para presentarse formalmente, rompieron el abrazo e hicieron una reverencia al unísono.

-Este bebé que está aquí te salvó.- el más alto señaló a su dongsaeng, el cual solo se dignaba en bajar su cabeza y dejar que sus mejillas se enrojecieran como normalmente hacían.

-¡Eres una cosita! Venga para acá, muchas gracias, acabas de salvar a una pobre alma en desgracia.- abrazó al extranjero proveniente de Hawái, este correspondió el abrazo como pudo, mientras se reía y escondía su cabeza como podía. Se separaron rápidamente y Felix comenzó a caminar junto a Kai mientras hablaban de distintos temas triviales hasta volver al escenario ya que desde lejos se escuchaba a la profesora, dando instrucciones con respecto al ensayo de ese día, no sería muy largo así que con suerte saldrían temprano a comer algo como siempre hacían antes de que llegara el turno de cada uno en volver a sus respectivos hogares.

-Hola.- se acercó al pelimorado, quien solo tenía su mirada en el menor, con una mueca de incomodidad que el mismo MinHo, en cuanto salió del vestidor con las cosas de Felix, notó.

-¿Hola?

-Soy Lee MinHo.- le sonrió al más alto, SooBin volteó su mirada hacia la voz y notó al castaño, no sería grosero, así que le devolvió la sonrisa como pudo.

-Choi SooBin.

-No me quiero parecer entrometido pero te siento un tanto, como decirlo, incómodo y algo molesto cuando alguien se acerca a Kai, como si estuvieses celoso.

-¡¿Qué?! No, por supuesto que no.- una mueca de incomodidad y vergüenza aparecía en el rostro del menor.

-Aw, sí lo estás, te gusta Huening, ¿No?

-¡No! ¡Sí! ¡No estoy seguro!- hizo un puchero.

-Eres primerizo en esto del amor, se nota.- una de sus manos se puso en el hombro de SooBin. -Es normal que te sientas así cuando alguien se le acerque, a mí también me pasa con la persona que me gusta, los celos se aprenden a controlar, mientras no se apoderen de tí estará bien.- bajo su cabeza, nunca se imagino que estuviese celoso ni mucho menos el hecho que fuese muy notorio. -Felix los vio de reojo y notó que su vínculo es especial, que parecían novios, espero que estén juntos pronto.- las mejillas sonrosadas del más alto eran notorias y MinHo se sentía como un gurú del amor. -Si tienes alguna duda, o necesitas consejos puedes consultarme, no soy experto en el tema, sin embargo, seré útil en lo que pueda, además, Banggie hyung es bueno con las manualidades si decide hacerle algo especial a su dongsaeng.- las manos grandes de SooBin se encontraban en su rostro mientras que el mayor se reía a carcajadas.

-¡¿En dónde están Lee y Choi?! ¡Los necesito ahora mismo!- aquel grito proveniente de SunMi los hizo olvidar por un momento su charla para salir corriendo hacia el escenario, pero por supuesto, no olvidaron los objetos dejados por sus dongsaeng's.

𝘋𝘳𝘢𝘮𝘢 ─ Soobin + Hueningkai ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora