CAPÍTULO 25

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Me dirigo a casa andando y por el camino alguien me coge del brazo y me mete en un pequeño callejón donde casi nunca pasa nadie.

X: Evaa que tal! - me giro asustada para ver quién es ya que aún no me suelta -
Eva: Quien eres? - no lo conozco -
X: Soy Pablo no te acuerdas de mi?
Eva: nunca antes te había visto porque me tendría que acordar? - dijo cortante -
Pablo: oye, oye no me hables tan borde que me ofendo... - menudo vacilón... Me pone de los nervios - pensaba que tu padre te había hablado de mi. - re busco en mi memoria hasta que caigo en él, mierda! Ya sé quién és... - muy bien, veo que te acuerdas! No me vas a decir nada??
Eva: si, que me dejes - digo enfadada -
Pablo: mira, hace mucho que no puedo contactar con tu padre, me debe mucho, mucho dinero y me está poniendo de los nervios así que hazle llegar el mensaje que te voy a dar. Grabalo. - cojo mi móvil con desánimo y pongo a grabar - "Hola Enrique, no me voy a presentar porque sabes de sobras quien soy, si no me das el dinero que me debes te voy a hacer caer, te pasarás el resto de tu vida en la cárcel y tu hija desaparecerá." - paro de grabar asustada y sin decir nada - muy bien bonita, pues ya estaría pasatelo bien con Samantha, Hugo, Maialen, Bruno, Javi, Anaju y Flavio - abro aún más los ojos - si cariño, veo que te has dado cuenta, mejor que no intentes hablar con la policía ni intentes escapar porque se donde vives y con quien te relacionas a la perfección. Hemos acabado.

Dicho esto desaparece por el callejón y yo salgo de allí nerviosa, necesito que esto acabe ya, no puedo más.
Llegó a casa tan deprisa como puedo. me duele la tripa por los nervios.
Al llegar a casa no me quiero parar, Anaju y Mai no están y Sam está en casa de Lucía así que solo quedan los chicos.
Javy y Bruno están el el salón y Flavio en la cocina, paso rápido si parar y oigo cómo Flavio me llama.
Flavio: Eva que te pasa?
Eva: nada, tranquilo, tengo que estudiar nadamas... - digo sin nisiquiera mirarle -
Subo casi corriendo las escaleras y me meto en mi habitación.
Rebusco en el fondo del armario el número de teléfono con el que me llamo mi padre por última vez y cuando lo encuentro le envio el audio que me ha hecho grabar Pablo.
Espero mirando mi móvil. "Porfavor que conteste, porfavor que conteste" Esas palabras no paran de repetirse en mi cabeza y tengo mucho miedo otra vez de lo que pueda pasar.
Me tumbo en mi cama esperando una respuesta y poco a poco todo lo de mi alrededor va desapareciendo hasta que ya ni veo ni escucho nada.

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