C A P I T U L O 8

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                                                                               Mini maratón 1/3

Aleixa Burmester

Meses estudiando con Nickolas y meses desarrollando ese sentimiento nuevo para mí, uno que cada vez que estaba cerca me ponía a babear el cerebro de lo lindo que él es.

Roces de brazos suaves y sus comentarios cachondos que me ponen a arder las mejillas.

Podría decir que ya llevamos dos meses y unos cuantos días en este plan de amigos desde que lo encontré en mi sala con el torso descubierto mostrando perfección que en ese momento me hubiera puesto a babear.

—¡Chicas! —nos gritan a lo lejos, es Nick y Oliver, vienen vestidos con unos shorts y unas camisetas sencillas— Ya llegamos.

Oliver se dirige a Sophia a darle un beso y el entorno se vuelve un poco incomodo al saber que su beso se va tornando un poco intenso. Nick carraspea mientras que yo me hago la loca viendo hacia otro lado. Al fin ellos se dejan en paz y comenzamos a caminar.

Hacemos nuestro chequeo y abordamos el avión, como si el destino estuviera en mi contra me pone con Nick quien cuando me ve me da una de sus tantas miradas pervertidas.

—Princesita Burmester —dice en modo de burla, desde que sabe lo de Santorini me dice "princesa" aunque no me quejo mucho porque solo de su boca sale muy bien ese apodo— Es tan dichosa de compartir asiento conmigo en este avión

—Solo siéntate —digo con un poco de molestia— Luego no te quejes que tu brazo este todo golpeado

—Ya, vale, me callo

El avión asciende y solo veo unas espesas nubes blancas, el cielo es hermoso, mezclas de colores y diversidades de formas en las nubes. Nick por su parte se esta dedicando a molestar a una anciana que lleva contándole sobre su nieto por más de media hora.

—Ya me aburrí —dice mientras se despide de la anciana excusándose— ¿Jugamos?

—No

—Muy bien —dice, sé que él no va a acceder tan fácil y como obvio es Nick seguiría hablando— Nos hacemos preguntas y así nos conocemos más

—Ya que más da —me reacomodo en mi asiento para poder verlo mejor— Empieza

—¿Primer beso? —pregunta y yo aparto la mirada, nunca he besado, nunca he tenido algún novio ni nada relacionado con ello, antes de Danna nunca quise un novio, nadie me agradaba mucho y siempre que se me acercaban eran solo interesados en el dinero de mi familia. — ¿Tan horrible fue?

—No mucho —miento, jamás me han besado y jamás he probado una boca— Fue normal ¿Algún color favorito?

—Amarillo —dice— ¿Tu pose favorita?

—No tengo —miento porque ni sé a que se refiere y al parecer todas sus preguntas serán sexuales— ¿Tu animal favorito?

—Fácil, el que tengo aquí abajo —dice y suelta una carcajada, la anciana con la que antes estaba hablando se le queda viendo igual o peor que yo por tal comentario, la cara se me quiere incendiar y me atraganto con mi saliva— Aparte de ese, me gustan las águilas. ¿El lugar más loco donde lo has hecho?

—Ninguno —miento, si otorgaran algún premio por mentir yo me lo llevaría— ¿Playa o montaña?

—Playa —dice simple y pienso que tal vez no todo este retorcido en su mente— Bajo el sol y en la arena es increíble hacerlo, da mucha más calentura

Retiro lo dicho.

—¿Puedes dejar de decir ese tipo de cosas?

—¿Puedes hacer preguntas más interesantes?

—¿Puedes dejar de traumar a los otros pasajeros?

—¿Puedes besarme?

Quedo con la boca entreabierta cuando iba a decir algo, me deja en un espasmo total, sus palabras me hacen estremecerme y solo pienso en la respuesta de eso. Sus labios sobre los míos jugando y acariciándose suavemente mientras que enredo mis dedos en su cabello negro y puedo estar pegada a él y sentir el marcado abdomen que tiene.

El piloto anuncia que acabamos de aterrizar y yo sigo con la mirada ida sin saber que carajos acaba de pasar.

Bajo y vamos a recoger nuestras maletas, en el estacionamiento del aeropuerto nos espera Joaquín para poder llevarnos a la casa de playa.

Mis padres no pudieron acompañarnos y por eso ahora han duplicado la seguridad de la casa.

Nos subimos en la camioneta, veo pasar las casas, las personas y a medida que llegamos más alto puedo ver la hermosa playa que se cierne ante nosotros. El agua cristalina y la arena que parecen pequeños granitos de oro lo es una vista digna de admirar.

Las rejas de metal se abren para nosotros dándole paso a la camioneta que rodea la fuente que se encuentra en el centro. Es una casa bastante grande.

—¡Esto no es una casa! —exclama Nickolas— ¡Es una mansión!

—Te hace falta ver la Villa que tienen en Roma —le palmea la espalda Oliver— Te quedarías con la boca abierta

Por fuera la fachada de la casa es blanca y el techo negro, enfrente de la fuente se encuentran unas largas escaleras para poder llegar hasta la entrada de la casa, a los lados de esta se encuentran arbustos y flores. Llegamos a la entrada, las puertas de madera nos dieron paso para el vestíbulo donde cuatro personas están, una ama de llaves y tres personas de seguridad. Luego de este se encuentran las escaleras que dan a la segunda y tercera planta de la casa.

Nos entregan a cada uno una copia de las llaves de la casa, en el vestíbulo al lado derecho se encontraba un espejo, una mesa larga y delgada de madera esta debajo con algunos adornos encima, al lado izquierdo hay tres mesitas altas de madera con floreros.

Nos adentramos más en la casa —hace mucho tiempo no venía aquí—, en la sala la cual es bastante amplia hay cuatro sillones de color crema y en el centro una mesa de madera, al fondo un gran librero y a cada lado de este unas palmeras. Al fondo en la pared del frente eran unas ventanas que hacen como pared y se pueden deslizar que dan acceso a la terraza que esta repleta de grama y hay unos sillones para playas. También se encuentra una enorme piscina con vistas al mar.

Al lado derecho se encuentra un gran comedor con una cabida para más de ocho personas.

El lugar es bastante amplio e iluminado, las personas a mi lado están tomando fotos y admirando todo lo que se encuentra en la casa.

—Su equipaje ya están en las habitaciones de la segunda planta —dice la ama de llaves, Sara— Me retiro.

—Gracias.

Subimos por las escaleras para llegar a la segunda planta donde un largo corredor con cuatro habitaciones a cada lado se cierne ante nosotros, al lado derecho se encuentra un pequeño pasillo donde están las otras escaleras para dirigirse a la otra terraza que tiene un jacuzzi y tumbonas.

Mi habitación siempre es la última a la izquierda. La de Sophia enfrente mío junto con Oliver y a mi lado la habitación de Nick

Todos nos adentramos a nuestras habitaciones asignadas sin inmutar alguna palabra, estamos cansados por las horas de vuelo.



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Holaaaa, espero que les este gustando bastante la historia, para mi primera vez escribiendo yo siento que no voy taaaaaaaan mal, o bueno sí.

Los/as dejo para que puedan seguir disfrutando de este mini maratón.

INSTAGRAM: (cartas_deamorh)

Con mucho amor,

M.H

GLOW [Mer]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora