C A P I T U L O 12

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Aleixa Burmester

Despertar plácidamente junto a la persona que te gusta es de las mejores sensaciones. Giro mi cara para poder verlo mejor, su piel se ve delicada, su ceño un poco fruncido, ahora que estoy más cerca de él puedo notar que tiene un leve rastro de pecas en la nariz y en las mejillas, sus labios los cuales disfruté besar ayer están en un tono de rosado pálido.

Suspiro.

—Si me sigues viendo así no podré evitar besarte —murmura aun con los ojos cerrados— Buenos días, Aleixa

Río y le doy leve golpe en su hombro.

—Buenos días, Nick —paso mi mano por su cabello negro que con la poca luz que se cuela por la ventana ilumina su hermoso cabello negro— Levántate

—No me puedes pedir ese tipo de cosas cuando estás haciendo eso —agarra mi mano y le da un beso en el dorso— ¿Y si nos quedamos un rato más así?

—¿Y dejar a Celia en la casa fastidiando a todos? ¿Sabes que Sophia y Oliver volverán? —ya se me amargo la mañana, el día y la vida, otra vez— Anda, levántate

—¿Y mi beso?

Ahora que ya nos hemos besado la pregunta es ¿En dónde nos deja eso? ¿Amigos con derecho? ¿Personas que se gustan? ¿Personas que solo llevan algo pasajero? ¿O tal vez tenemos una relación?

Alejo los pensamientos y me dedico a besar los labios que por los últimos meses me habían estado torturando, sigo siendo inexperta, aunque por lo menos esta vez no boté una cortina de baño.

Me separo de él quien se niega a soltarme, me estrecha y hace que rodemos en la cama hasta que él este sobre mí, posa los antebrazos a cada lado de mi cabeza y se hace espacio entre mis piernas, puedo sentir el bulto de su entrepierna rozar con la mía.

Me da castos besos y sonrío, vuelvo a sentirme como en años pasados, donde todo me parecía el mejor mundo y que nadie me podría parar, que podría dominar al mundo, me sentía poderosa pero lo más importante de eso era que me sentía feliz. Feliz conmigo, feliz con la vida que tenía, feliz con las personas que me rodeaban y feliz con todo lo que pudiera tener. Pero todo lo bueno se opaco junto con mis sueños, me resigne a vivir una vida a base de miedos y paranoias.

Podría decir que Nick es lo mejor que me ha pasado en nueve años.

Las lágrimas comienzan a salir y yo en mi mente le grito lo agradecida que estoy con él, por ser quien es, por haberme llevado a mi casa luego de la mala jugada de mi mente, por aquel día donde en vez de hacer preguntas me ayudo con mi ataque de pánico.

Detiene los castos besos y con sus pulgares limpia los pequeños chorros de agua salada que salen de mis ojos.

—Estoy aquí —me susurra— Todo esta bien

—Te quiero.

El silencio nos arrolla y creo que mis palabras fueron demasiado expresivas.

—Yo también —dice rompiendo el silencio— Y lo hago cada día desde que te conocí, por ti he dejado de besar otros labios por solo estar deseando los tuyos, por ti he dejado de tocar otras pieles solo por estar anhelando ser yo quien en todas tus facetas te ha visto, porque yo quiero ser quien te toque, admire y anhele ese precioso cuerpo tuyo

Me saca una leve risa, las lágrimas ya no caen, pero la dureza que tiene allá abajo me esta poniendo incomoda.

—¿Puedes moverte un poco? —dirijo mi vista hacia abajo al igual que él— Por favor

—oh, ya veo —vuelve a alzar la vista con una sonrisa pícara— ¿Te pone incomoda?

—Sí —digo con un hilo de voz

GLOW [Mer]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora