Capitulo 21

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Martina

Hace unos días, los chicos me habían invitado a una fiesta de máscaras, no sabía exactamente el motivo, pero pensaba que era por Fiorella, ya le habían echo el baby shower, y quizá esto era algo más, ya que no faltaba nada para que nazca su bebé. La verdad, me daba un poco de miedo encontrarme con Sebastián. No había sabido nada de él desde hace dos semanas, quizá este pensando que no firmar el divorcio fue un error, y la verdad, que a veces yo me arrepentía de no haberlo echo, así no pensaría en cuando va a regresar Valentina para reiniciar los papeles, o si él va a volver para estar juntos, me ilusionaba con nada, y no podía estar tranquila.

Llegué a la fiesta y vi que todo lo habían planeado demasiado bien. Estacioné mi auto y escuché la música que venía del lugar, en ese momento me entró un sentimiento de alegría sin motivo, quizá porque hace tiempo no salía de fiesta.

-¡Tini! – gritan, y al voltear, no puedo creer a quien estaba viendo.

-¡Simón! ¿Qué hacés aquí? – lo abracé.

- Me invitaron – se encogió de hombros. Eso era bueno, significaba que todo estaba bien entre ellos. — ¿Entramos? – dijo abriendome la puerta para entrar y yo asentí.

- ¿Cómo están todos?

- Bien, Nath está con Fio en la cocina, y Daniel se quedó con mamá.

Sí, ya había nacido el bebé de ese par.

- ¿Y sabés el motivo de la fiesta?

- Yo... ehhh.. no – su respuesta no me convenció, pero tampoco le di tanta importancia.

Luego llegaron las chicas, Simón se quedó con Nath, y yo me fui a bailar con Fio, Valeria y Saraí. Ellas estaban emocionadas por la fiesta, creo que ya estábamos extrañando eso.

Seguimos bailando, bailando como si no hubiera un mañana. La máscara ya me empezaba a molestar, picaba un poco por el roce constante con la piel, pero aún así seguí bailando.
En algún momento, mientras bailaba y disfrutaba con mis amigas, alguien se detuvo atrás mío, y me susurró un "sígueme". Reconocí su voz, era inconfundible al igual que su colonia, la que creo que él sabía muy bien que me encantaba, mi corazón se aceleró, los nervios se hicieron presentes y lo único que atiné a hacer es asentir para luego seguir sus pasos.

Sentía que el tiempo pasaba lento, que nuestros pasos eran lentos, por lo menos los míos. Luego de unos minutos, nos detuvimos en las áreas verdes del hotel, se podía ver una pileta en medio, la cual se encontraba iluminada con luces de distintos colores, no estaba mal mal, era algo demasiado lindo de admirar.

Al llegar allí, nos detuvimos. Sebastián soltó un gran suspiró y empezó a hablar.

-Tini, ¿por qué no firmaste los papeles del divorcio? – dijo tomándome de las manos, me miró a los ojos, y sentí que con eso podía saber lo mucho que sufrí cuando nos separamos, que él podía ver cuanto lo amé y cuanto lo amaba ahora.

- ¿Por qué no fuiste vos? – pregunté, el sonrió de lado, ya sabia de mi respuesta mucho antes de hablar.

- Porque te amo Martina, porque no hay ni un solo día en el que me arrepienta de no haber luchado por ti desde un inicio, porque eres la mujer de mi vida y no podía permitir que lo nuestro acabara allí, porque nosotros no tenemos un final, no podemos tener uno – sus ojos brillaban como nunca y yo temblaba como gelatina, me amaba y en ese momento no importaba nada de lo que nos dijimos antes, yo lo amaba también y eso era lo único que importaba. – Este tiempo sin ti, sin ustedes, sin nuestra familia, a sido lo más dificil que he vivido, y no quiero pasar ni un minuto más lejos de ustedes. Martina, dame otra oportunidad, danos otra, yo... yo no sé vivir sin ti.

Sus palabras me conmovieron y estaba a nada de largarme a llorar. Sabía que estaba esperando una respuesta, y no sabía que decir exactamente, así que me lance a abrazarlo, extrañaba tanto sentirme protegida entre sus brazos, lo extrañaba a él, sentir que era mi hogar y que nada podía pasar si estábamos juntos, solo lo abracé fuerte para que supiera que ya nada importaba.

-Amor, tu teléfono esta sonando.

- ¿Qué?

- Tu teléfono suena.

Me di cuenta y contesté.

- ¿Hola?

- ¿Tini? ¿Estás con Sebastián? Vengan, es una emergencia, ¡Fio va a dar a luz!

- Ahora vamos — dije emocionada. — ¡Sebas rápido! ¡Debemos ir al hospital, ___ ya viene!

Fuimos lo más rápido que pudimos al hospital, yo estaba demasiado nerviosa y no decía nada, y cuándo llegamos, nos encontramos a los demás en la clínica.

Pasaron horas y no teníamos noticias de nadie, Isa había entrado y no salía ni para decirnos que todo estaba bien. Sebastián y yo estábamos abrazados, en una esquina, no hablábamos acerca de nada, porque no era el momento, ni el lugar, por lo menos hasta saber que Fiorella y su bebé estaban bien.
A eso de las dos de la mañana, un Isaza bastante feliz salió gritando "soy papá" lo gritó tantas veces y tan fuerte que las enfermeras lo retaron un poco, pero eso no impidió que él siguiera mostrando su emoción. Lo mejor de todo era que ambos estaban bien, el parto fue largo, pero sin complicaciones.

Estaba frente a la habitación en la que dejaban a los bebés recién nacidos, observando a ___.

-Es muy lindo – dijo Sebastián abrazandome por atrás y yo me di la vuelta para poder verlo mejor.

- Lo es – dije poniendo mis brazos en sus hombros, estaba nerviosa. – Sebas... respondiendo a tu pregunta, no fui a firma los papeles porque también te amo. Y a pesar de todo el dolor que nos hemos causado, no podría cambiar nada, porque eso hizo que nos amemos tanto como lo hacemos ahora. Sé que a veces las parejas pelean y se separan, quizá no con la intensidad que lo hacemos nosotros, pero luego se arrepienten y se dan cuenta de cuanto se aman. Bueno, lo importante aquí es que te amo, y ya no importa nada lo que paso antes, solo nuestro ahora ¿Si? — Sebastián asintió y me besó, un beso que necesitábamos, lo había extrañado tanto. — Te amo.

- Te amo, esposa mía.

El siguiente es el final🥺🥺

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La niñera de Emma | Sebastini ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora