Capitulo 12 P2

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Martina

Quizá si lo olvidó, llevaba una hora de retraso y por lo general Sebastián siempre había sido puntual. Decidí decirle a Martín y a Valeria que se podían ir, hace diez minutos estaban contándole un cuento a los niños, se notaba entretenido, Martín había echo toda una dramatización junto a Valeria. Caminé por la sala, me quité los botines, y me negué a llorar por sentirme plantada.

- Chicos – Llamé susurrando mientras entrada a la habitación, los niños estaban dormidos y ellos veían la televisión. — Creo que Sebastián no vendrá, así que ya pueden irse – Martín ni bien terminé de hablar sacó su teléfono, para llamarlo supongo. – Lo dejó en la habitación, Villa me contestó hace una hora – le dije.

- Tini...

- No Val, estoy bien, pueden irse, de verdad.

- Debe de haber una explicación, Sebastián estaba muy emocionado con esto — dijo Martín.

- Si, claro.

Mientras los acompañaba a la puerta, Valeria mencionaba una de las mil maneras en las que iba a torturar a Sebastián por hacerme esto y yo solo me dedicaba a medio sonreír. Cuando llegamos, Martín volvió a repetir que debía haber una explicación para lo que estaba pasando, pero fue ahí que un agitado Sebastián apareció por el pasillo con un ramo de flores, moviéndose de un lado a otro, yo no me creía lo que estaba viendo, mientras Martín sonreía orgulloso.

- Ti... Tini... — tomó aire. – Yo – volvió a tomar aire, realmente estaba muy agitado, así que iba a ir por algo para hacerle aire. – No... no te vayas.

- Sebas, voy por...

- Amor lo siento — me interrumpió. — Había tráfico y no pensé que demoraría tanto... el chofer me dijo que estábamos a cinco cuadras, y como no era mucho,decidí venir corriendo — suspiró cansado. — Cuando llegué, el ascensor recién estaba en el piso 20, y como no quería hacerte esperar más, vine por las escaleras, pero no pensé que subir 15 pisos fuera tan cansado — rió. — Pero llegué, y aún no es tan tarde, ¿te parece si nos vamos ya?Aún llegamos a la última función.

-¿Por qué no fuiste en el auto? —preguntó Martín.

- Pensé que iba a demorar más en sacarlo — me miró. — ¿vamos?

- Si – le respondí y sonreí cuando me entregó el ramo de flores.

- Zapatos – me recordó Valeria y yo fui corriendo por ellos, de paso me retoqué el maquillaje.

Cuando llegamos al cine, ya casi empezaba la última función, pero aún así habían asientos disponibles, elegimos la última fila en la esquina, o como Sebastián la llamaba "la esquina de los besos"

- No pienso darte besos – dije susurrando.

- Ya veremos – sonrió. 

Ibamos a ver ____ y de verdad la película estaba interesante, pero parecía que Sebastián no tenía ganas de verla, ya que unos minutos después de que la película empezó, él comenzó a darme pequeños besos en la mejilla, en el cuello, debajo de la oreja y luego empezó a acercarse a mis labios.

-Sebas – susurré. – Pará.

- No, yo quiero un beso – dijo también susurrando.

- Sebas...

- Sólo uno amor – me dijo y siguio acercándose. Yo quería seguir viendo la película, pero Sebastián tenía un gran poder de convencimiento sobre mí, así que terminé dándole un beso y luego otro, y otro.

La niñera de Emma | Sebastini ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora