Preparativi I

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Ya hacía poco más de un año que Leone había empezado a convivir con el equipo de Bucciarati y quedaban un par de días para que fuera el aniversario del día que lo cambió todo. Había varias cosas que el joven albino quería celebrar.

En primer lugar, llevaba un año limpio, un año sin levantarse con resaca ni despertarse empapado con su propio vómito. No podía negar que al recordar esa época sentía asco de sí mismo, ¿cómo llegó hasta ahí? Sabía perfectamente la respuesta pero no quería pensar en ella; prefería centrarse en su segundo motivo de celebración.

Ese también fue el día de su primer beso con Bruno. Éste pensamiento hizo que sonriera mientras sus mejillas adquirían color. Aunque también sentía algo de tristeza por aquel recuerdo, podría haber sido algo precioso pero, sin embargo, su previa y patética escenita con Moody Blues y el alcohol había dejado un sabor amargo en aquel recuerdo.

A pesar de ser un desastre de persona, ahí estaba, viviendo con el hombre a quién amaba, sin probar ni una gota de alcohol... Bruno había cambiado su vida.

"Gracias, Bucciarati...", pensó mientras terminaba de retocar su maquillaje antes de bajar a desayunar. Los gritos de los adolescentes le sacaron de su ensimismamiento.

- ¿¡Es que eres imbécil!? ¿¡No sabes ni siquiera sumar algo tan sencillo!? - gritó Panacotta.

Al oír los gritos, éste salió de su habitación mostrando cierto malhumor por la pérdida de tranquilidad.

- ¿Qué pasó ahora?

- Abbacchio, ¿te puedes creer que estoy intentando enseñar a este idiota a sumar y ni siquiera se esfuerza? - dijo Fugo totalmente hastiado ante la incapacidad de su compañero con las matemáticas.

- ¡Que no me insultes! ¡Estoy haciendo lo que puedo! - gritó el joven Narancia a punto de romper a llorar.

- Dejaos de tonterías, por favor... Hoy no estoy de humor para aguantaros - replicó el mayor.

Los dos chicos se sorprendieron de no recibir ningún sermón por haber estado gritando, por lo general solían que tener que huir de los gritos de Leone por la mañana.

- ¿Estás de buen humor? - preguntó Narancia mientras sonreía de oreja a oreja.

- Algo así... - respondió Abbacchio con sorpresa ante la pregunta - Venga, vamos a desayunar u os tendréis que ir sin desayunar a la ronda de hoy.

Ante esta frase los jóvenes salieron corriendo compitiendo por ver quién llegaba antes. Leone se rió ante la escena, qué infantil se volvía Fugo al lado de Narancia. Cuando bajó las escaleras los jóvenes ya estaban sentados en la mesa con Bucciarati. Estaba especialmente guapo hoy. Llevaba un traje negro con motas grises.

"¿Por qué irá tan arreglado?", se preguntó Leone mientras se acercaba a la mesa para sentarse.

- Buenos días, Bucciarati - dijo sirviéndose una generosa taza de café.

- Bueno días, Abbacchio - respondió el joven con una sonrisa que fue correspondida por el albino.

- ¡Bucciarati, hoy Abbacchio está de buen humor! ¡Quizá podemos jugar por la noche a los videojuegos todos juntos! - gritó Narancia con emoción mientras devoraba galletas de par en par.

- Ah, ¿sí? ¿Estás de buen humor, Abbacchio? - dijo Bruno riéndose mientras miraba cómo su compañero ponía gesto de desagrado ante las palabras del joven. El momento fue interrumpido por el joven Panacotta.

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