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— ¡Achu! —estornude debido a mi alergia a las glicinas que se encontraban en el camino al lugar donde comenzamos la selección final.

Al llegar, inmediatamente me fui al centro para tener el menor contacto con las flores de glicina.

Me fije alrededor y solo vi a unos cuantos que sobrevivieron.

— Es increíble, recuerdo que éramos  demasiados —exclame sorprendida por ver tan pocos sobrevivientes.

— Bienvenidos —escuchamos dos voces decir al unísono.

— ¿Eh? —mire confundida a ambas niñas frente a mi. ¿De dónde habían salido?

— Felicidades —nos felicitaron—. Nos alegra saber que están bien.

— ¿Que? —exclamó una chica que se encontraba a mi lado.

— Primero les entregaremos sus uniformes. Les tomaremos las medidas y grabaremos su rango en ellos. Hay diez rangos en total— respondieron—. Kinoe. Kinoto. Hinoe. Hinoto. Tsuchinoe. Tsuchinoto. Kanoe. Kanoto. Mizunoe. Mizunoto —ambas niñas comenzaron a recitar los rangos—. Actualmente ustedes son el rango menor: Mizunoto.

Luego de eso nos tomaron las medidas y nos dieron un uniforme. Aunque yo pedí algunos arreglos al ver como era el uniforme y me dijeron que si quería los arreglos tendría que esperar e ir a una direccion con un tal Masao. Después volvimos a donde estabamos para esperar las siguientes ordenes.

— Hoy elegirán el acero tamahagane con el que se forjara su espada. La katana estará terminada entre 10 y 15 días. Pero antes... —ambas niñas dieron dos aplausos y al término de esto se comenzaron a escuchar graznidos de cuervos detrás de nosotros para que después aquellas aves se posaran en nuestros brazos— Les otorgaremos un cuervo kasugai.

Ladee la cabeza observando al cuervo que se había posado en mi brazo.

— Los cuervos kasugai se usan principalmente como mensajeros —dijeron las niñas al unísono.

Ambas se acercaron a la mesa que se encontraba atrás de ellas y retiraron la manta que cubría, lo que segun dijeron, al acero tamahagane.

— Elijan entre estos pedazos de acero tamahagane. El acero de la katana que aniquilará a los demonios y los protejera deben elegirlo ustedes mismos.

Inmediatamente me acerque y comenze a inspeccionar los tamahagane, elegí el que me dio más confianza.

— Bueno, eso fue todo. Pueden retirarse, comenzarán su servicio al recibir sus espadas.

Solo asentí para después retirarme, teniendo cuidado en no tocar ninguna flor de glicina.

Varias horas después logre llegar a mi casa.

— ¡Rin-san! ¡Eh vuelto! —gite al cruzar la puerta de mi casa— ¿Rin-san? —deje mis zapatos en la entrada.

— ¡Aquí Kibu-chan! ¡Estoy en la cocina!.

Me diriji a mi habitación a dejar mi uniforme para seguidamente ir a la cocina.

— ¿Que cocinas Rin-san? —me asome curioseando los ingredientes que tenía.

— Prepararé Udon —me respondió.

— ¿¡Enserio?! —exclame con una sonrisa.

— Si, así que prepara la mesa que dentro de un rato llega la pequeña Yui.

— ¡Si! —me puse a hacer lo que me pidió.

Daughter of evil (Kimetsu no yaiba y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora