Capítulo 7

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Capítulo 7

Invitación, odio el olor a sangre.

En su sueño Anahi se encontraba caminando por un bosque, todo se veía iluminado y a lo lejos pudo ver a Edward, este parecía estar haciendo un gesto de saludo con su mano. Se acercó para verlo mejor cuando alguien la detuvo de su andar tomándola del brazo, giro su vista a quien la detuvo observando a su maestro quien la miro serio negando con la cabeza.

- No pequeña, no te le acerques... es peligroso –le susurró mirándola a los ojos con preocupación y cautela. Como si supiera que ella estaba cayendo en los encantos del vampiro.

La jaló hacia él y la obligó a correr en la dirección contraria del vampiro, sus manos estaban entrelazadas corriendo por el extenso bosque alejándose de Edward pero se podía sentir como una bestia se acercaba rápidamente a ellos, el miedo se situó en la menor, tenía miedo de morir...otra vez, pero lo que más miedo tenia era que saliera lastimado su amado maestro.

- ¡Corre más rápido Ana! –le gritó tomando más fuerte su mano. La menor pudo observar como el bosque tapaba un poco la luz, notando de que era de noche y se podían ver unas cuantas estrellas en el lugar. Sin darse cuenta su maestro se detuvo ocasionando que ella chocara con su ancha espalda soltando un quejido de dolor –quédate detrás de mí.

- Maestro ¿Qué ocurre? –pregunto asustada a punto de llorar del miedo, se sentía débil y vulnerable, su voz se escuchaba entrecortada, su corazón latía a mil por hora ocasionando que ella lo sintiese en su pecho como si quisiese salir de ahí y se le hacía difícil respirar, estaba sufriendo un ataque de ansiedad.

- Anahi, cuando cuente hasta tres corre lo más rápido que puedas, no mires atrás, solo corre y sálvate –le dijo poniéndose en posición de ataque, el mayor la miro de reojo y le dio una suave y amorosa sonrisa –pequeña, puede que este no sea el momento para decirlo pero te lo tengo que decir... te amo, más que a mi propia existencia, si mi destino es morir para que tu estés a salvo, daré mi vida sin pensarlo dos veces ya que eres mi vida y siempre será así –la menor lo miró asombrada y con sus lágrimas ya escurriendo en sus mejillas, su maestro, el hombre el cual ella ha estado enamorada durante 10 años le ha dicho que lo amaba.

- Yo... yo también lo amo maestro, siempre lo amé y siempre lo amaré –confesó a punto de romper en llanto, en su interior sentía que se estaba despidiendo de él, que esa sería la última vez que se verían y eso hacía que su corazón se rompiera. El mayor le dio una sonrisa que significaba de que estaba feliz de saber que su niña lo amaba de igual manera luego volvió a mirar al frente serio haciendo aparecer en su mano derecha una espada plateada incrustada en el mango de esta un rubí que hacía parecer una llama y que iluminara el lugar.

- ¿lista? –preguntó y Anahi asintió con la cabeza –a la una... a las dos...a las tres ¡AHORA! –con ese grito ella se fue corriendo a la dirección contraria.

Miro por un momento hacia atrás observando como su maestro peleaba contra Edward pero algo le aterro al ver al vampiro. Sus ojos, sus ojos eran de un rojo carmesí que contrastaban con su pálida piel, pero no solo eso la asustó... sangre, sangre saliendo de su boca y sus ojos en tanto sus facciones se contorsionaron hasta ser gestos de pura maldad y sadismo.

Dejó de ver y siguió corriendo por el extenso bosque pareciendo que este no tuviese fin, podía sentir que sus piernas no la dejaban correr como usualmente corría, corría de manera lenta como una tortuga o más lenta que esta, tal vez un caracol. La desesperación la agobiaba en cada poro de su ser ocasionando que las lágrimas salieran una tras de otra por su lenta corrida, quería salir de ahí ¡YA!

Reencarnando en crepúsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora