Los demonios, son peores de lo que suelen escribir en los libros, o representar en las películas.
Viven solo para llevarse las almas de aquellos que son corrompidos. Para devorar a los humanos y dejarlos sin una gota de sangre.
A donde sea que vayan solo hay muerte y destrucción.
Aunque la palabra demonio no siempre es sinónimo del mal, por ejemplo para los griegos «demonio» es una palabra neutral que no necesariamente tiene que ver con lo negativo, siendo honestos, al oir esa palabra la mayor parte del tiempo, lo relacionamos con algo maléfico.
Y en este caso no será la excepción.
Hablamos de seres que mencionado ya son despiadados y crueles. Seres impuros, catalogados como sin corazón.
Dado a que no pueden sentir amor, que no sea por su misma especie, ellos mismos, o por la sangre entre sus manos al degollar una cabeza.
Llevan puestas armaduras grandes, dejando ver también sus extensas alas oscuras, las aramduras de metal brillante, pesadas, que no cualquiera puede portar.
Si bien todos son seres malévolos, como comunidad, se clasifican en dos grupos, los guerreros y los no-guerreros, en los que entrarían familias de estos mismos.
Esto claro; excluyendo a la familia real.
Puesto que el Rey de ellos, tiene un extenso árbol genealógico, sus hijos y los hijos de esos hijos son por ley: parte de los guerreros.
Entre sus principales características, usando sus poderes y habilidades combativas, los demonios son quizá, los más fuertes entre los fuertes.
Aunque suene absurdo.
Como casco; un cráneo blindado, que solo usan en tiempos de caza, guerra o celebraciones importantes. Se dice que puedes saber cuando están cerca, el crujir de su armadura, sus pisadas fuertes y el ondeó de su capa que sirve para soportar fuegos y flechas. Pues estas mismas están hechas con las llamas y alas del gran Yamata-no-Orochi.
Los jefes, incluyendo al rey, usan cascos distintivos con un par de cuernos, haciendo referencia a las apariencias clásicas de un demonio.
Si bien no sólo basta de su aspecto para huir de ellos, sus presencias por si mismas, son aterradoras.
Los tiempos cambian. A quienes excluían o solían desterrar forman parte de lo que se llama un nuevo mundo. Para lograr vivir en un lugar mejor para las futuras generaciones.
Más no por eso, significa que tengan tantas libertades.
Los demonios, no son lo único que existe en este mundo. Son parte de un gran y extenso mundo, colonias, clases, deidades, más seres mágicos de los que solo lees leyendas y algunos a los que quizá no conozcas.
¿Respeto? Eso ya lo tenían. Con solo portar aquel tatuaje, uno con el que ellos nacían.
La razón principal por la que fueron parte de la firma de un tratado de paz, fue para conseguir libertad.
Perdieron a muchísimos de ellos, algunos solo intentaban buscar un lugar donde dormir o buscaban alimento para su familia.
Algunos, también perdieron hijos, que fueron asesinados por Sacerdotes que creían iban a “atacarlos”.
El Rey, desesperado y preocupado por el futuro de su gente, decidió tomar riendas, camino hasta la aldea y pidió hablar con las familias reales, con los superiores, de esa forma, pudo conseguir que él y todos los demonios, pudiesen salir, ir y venir, sin temor a ser asesinados.
Lo que era irónico, hasta cierto punto.
Pues a estas alturas, ellos ya no buscaban asesinar a nadie a menos que fuese necesario, querían vivir en paz, como todos.
