―Seola, ¿Qué fue lo que hiciste? ―Exigía una explicación, luego de que Misuki le informará sobre la sangre ancestral que fue usada. Paseaba de un lado a otro, con expresión disconforme. ――¿Por qué-
―No exageres, Jimsul.
―No sabes lo que eso podría resultar. ¿Y si empeoras la situación? ――frustrado le dio una mirada―― ¿De qué sirvió buscarla por tanto tiempo si morirá por culpa de tu impertinencia?
―La sangre le dará la energía suficiente para al menos abrir los ojos.
―Sí, pero no para vivir. Soportó el veneno de la mordida de Jimin una vez, ahora ingerir la sangre de un demonio, no solo de cualquier pero de nuestros antepasadas de primera jerarquía... Seola
―Valdrá la pena si pueden verse. Tu mismo haz visto lo que esa sacerdotisa significa para nuestro Jimin.
―Sí, aún no lo aceptó del todo.
―No paro de buscarla en estos años. Si ella muere ahora, él estaría más tranquilo porque morirá a su lado. Eso ya es algo.
―¿Y si no funciona? ¿Y si la sangre solo la empeora?
―Buscaremos otra manera.
Jimsul suspiro cansado y con un poco de estrés. ――Dime, ¿Es que tu no buscarías una manera de despedirte de mi si yo estuviese muriendo?―― Seola se acercó.―― ¿No harías nada?
―Seola, no me hagas imaginar cosas tan absurdas. ―― demandó――Sabes bien que nunca dejaría que te hicieran daño... Entiendo a dónde quieres llegar con esto.
―Entonces, deja de quejarte. O te voy a atravesar con mi espada.―― sonrió.
―Eso me gustaría verlo.
Una patada más y el Elfo chilló rogando por piedad.―― ¡Ya les dije que no sabía lo que él iba a hacer! ¡Solo me enviaron para resguardar lo que había dentro!
―¿Tú le crees?――Taehyung cuestionaba a Bogum.――Yo no.
―Ni yo.
El de melena roja ladeo una sonrisa, levantando el rostro de Aris. ――Ya no te ves tan contento... ¿Qué pasa? ¿Te gusta causar dolor pero no recibirlo? ―― suspiro, pasando su espada levemente, solo rozando la piel de su garganta con la del sacerdote que yacía en el suelo atado con espigas. ―― Deberías agradecerme. El día que el príncipe entré aquí... Será mejor que prepares tus plegarias. Nos vemos.
Los dejaron vivos por esa noche, pero no significó que no les hayan dado una paliza. Limpiaban sus nudillos, mientras caminaban hasta el castillo.
El príncipe sostenía la mano de Kaori sin tener una respuesta de vuelta. No decía nada, solo observaba su cuerpo maltratado, sintiéndose impotente.―¡¿Cómo que no está?!
―No, mi señor... Encontramos solo a uno de los elfos empalado. Y el lugar siendo consumido por las llamas.
―¡¿Y Arís?! ―― Chunsoo reclamaba―― ¿¡Dónde está!? ¿Se lo han llevado?
―¿Y a Seyun? ―― El Rey de los Elfos, Kyulko grito. ――¡Esos malditos asesinaron a uno de los nuestros! ¡Y capturaron a otro!
―Se preocupan por la persona equivocada.―― hablo la esposa de Chunsoo. ―― Si esa niña cobra la conciencia... Es nuestro fin.
―¿A qué te refieres con eso?
―Lo dudo mucho, no creo que viva. ―― El gran sacerdote miraba su rosario, con las manos temblorosas.―― No hay manera.
―Es solo una niña ingrata, querían deshacerse de ella, ¿Por qué el que se la llevaran es un problema?