⊰8⊱

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—―¿A qué venimos? 

—―El Sacerdote Chunsoo dice que es de suma importancia, así que tendremos que esperar a que él nos lo diga.

Los hicieron pasar al comedor de la última vez, eran los últimos en llegar, la silla de Kaori estaba desocupada y podía imaginar que no se sentiría cómoda teniendo una cena "en familia" con tantos secretos entre ellos.—― ¿Aris podrías...?

—―Disculpen nuevamente a mi hija. Es descortés que hagas esperar a los invitados. —―Kaesong reprendía.

—―Estoy seguro de que los invitados pueden entender que no es un delito dormir bien. —―Aris defendía a la chica mientras le daba un medio abrazo y acariciaba su hombro de una forma que hizo sentir asqueada a Kaori. 
Cosa que también incómodo a Jimin que observaba la escena con ojos endiablados.

—―Hicimos guardia por varias semanas, pero no notamos ninguna anomalía.

—―Estaremos pendientes de cualquier otra cosa.

—―¿Las reuniones se reanudan entonces?—― Hyunjin preguntó.

—―Yo diría que ya no hubiera más. Todos los que asisten saben de defensa. Nuestra Kaori.
—―Ella solo mantenía su mirada gacha. —―Es la que corre más riesgo.

—―Disculpa corregirlo, señor Aris, pero todos corren el mismo peligro. Que estén entrenados no los hace expertos.

—―Sí pero al menos tienen experiencia en batallas, ella es muy valiosa y el ataque no debe tomarse a la ligera.  —―Volvió a acariciar el hombro de la joven.

Jimin dejó el vaso en la mesa de forma brusca, llamando la atención de todos y al mismo tiempo, haciendo que Aris soltara a Kaori.
—―A veces no mido mi fuerza. —―Río inocente.

Kaori intento no sonreír. Había hecho eso con el propósito de que aquel la dejara en paz.

—―Pues mi hijo podría enseñarle a la Señorita Kaori cómo defenderse. —―Jimsul agregó. —―Si ese es el problema.

Ambos compartieron miradas, si aceptan eso, significaba que ya no tenía que esconderse, ahora tendría el permiso completo para verlo.

—―Podrían verse y ahora que lo mencionas es buena idea. —―La madre de Hyunjin aceptaba.—― Así los más aptos podrían enseñarle a todos a al menos saber utilizar una espada.

—―Nuestros guerreros tienen entrenamiento 3 veces a la semana. Podrían unirse.—― Los centauros se veían animados.

—―Jimin es uno de mis mejores guerreros. Fácil, podría enseñarle a Kaori-

—―De ninguna manera.

No fue Aris quien refutó, si no El Sacerdote Chunsoo. —―¿Para qué debe saber defenderse? Si aquí es un lugar seguro.

—―Bueno, su consejero menciono que desconoce eso. No estaría mal que lo aprenda.

—―Mi hija está a salvo aquí. No necesita aprender nada relacionado a uso de armas.

—―A mi me gustar-

—―Si ya terminaste, ya ve a tu habitación. —―Su madre ordenó.

—―Yo la acompaño. —―Aris se puso de pie.

Solo pudo tensar la mandíbula con enojo, al ver como Aris, miraba de pies a cabeza a Kaori.

—―Las reuniones serán de aprendizaje como se acordó, de otra forma, no tiene caso.

La cena terminó, todos salían del templo murmurando sobre lo que sucedió.

—―¡Pst!—― Kaori le aventó una roca. —―¿Van a seguir reuniéndose?

—―Aún está en discusión. Se mencionó que si ibas solo sería bajo supervisión del cerdo ese.

—―Gracias por salvarme allá.

—―No sé cómo a un hombre tan cerdo le pueden decir Santo.—― Suspiro.

—―Hizo algo para ti.—― Entregó una runa tallada en piedra. —―Esto te protegerá.

—―No, no, no. —―Alejándose hizo cara de asco. —―No uso nada que no sea hecho por demonios o derivados.

—―¿Tengo que tener una cola y cuernos para que lo aceptes?

—―Que buen chiste, eh.

—―Por favor. Tu me diste esto.—― Adaptó la capa para poder usarla con sus vestidos. —―Lo menos que puedo hacer por toda tu ayuda es esto.

—―Yo no te pedí nada.

—―Jimin. Yo no quiero que te ocurra nada malo, por favor, acéptalo.

—―¡No!

—―Entonces yo no usaré esto. —―Le aventó la capa y se cruzó de brazos.

—―¡Necia! Yo te lo di porque me preocupa que mue-—― se cubrió la boca. ¡¿Qué carajos estoy diciendo?!

Ella sonrió y él sacudió su cabeza. —―¡Ponte la capa!

—―¡No quiero!

—―¡Que te la pongas!

Le sacó la lengua y se fue corriendo. Recogió la prenda, queriendo alcanzarla.

—―¿¡De verdad estás intentando huir de un cazador como yo!? Es como si estuviese cazando un conejito...

Kaori dejo de correr hizo una serie de movimientos con sus manos. Y las hojas que caían de los árboles hicieron un torbellino alrededor del muchacho para distraerlo. —―¡ESO NO SE VALE!

Aprovechó para tomar un descanso luego de un buen rato huyendo y cuando iba a suspirar. La derribó, rodaron por el lugar por un rato.
—―¡Que te la pongas!

—―¡Acepta mi runa y me la pondré!

—―¡No la quiero!

Kaori le aventó la roca en la cara dando justo en su frente.—― Mierda...

Los ojos de Jimin se pusieron rojos y ella empezó a reírse. —―¡Fue un accidente! ¡No-!
Se le fue encima, sosteniendo sus brazos. Para que no se moviera. —―¡Sueltame! También quiero cuidar de ti.

—―¡Ya cállate!

—―¡No me siento a salvo en otro lugar que no sea contigo!

—―¡Que cierres la boca! Estás diciendo puras idioteces. ¡Callate!

—―Y sé qué es irónico.—― Dejó de gritar para que sus ojos se pusieran llorosos. —―Eres quien más daño puede hacerme y sé que te desagrado, pero no me importa... ¡Quiero estar conti-!

Abrió los ojos más que pudo sintiendo los labios de Jimin sobre los suyos.

Eran fríos, como cuando tocas nieve. Suave pero fría.

Tomó su distancia y llevó su mano a la boca.—― ¿¡Qué carajo...!?  ¡¿POR QUÉ HICE ESO?! MALDITA SEA, ¿¡QUÉ ES LO QUE ME PASA!?  ¡ME SIENTO... !

Kaori lo sujetó del brazo para tirarlo otra vez encima de ella y volverse a besar.
Luchó un poco para separarse, pero en cuanto menos lo esperaron. Jimin tenía su mano en el rostro de la sacerdotisa, sosteniendo su mentón.

Sus labios se separaron poco a poco, permitiendo que pudiesen darse un vistazo rápido. Jimin sentía un calor distinto recorrerse por todo su cuerpo, muy diferente a cuando pasaba por medio de las llamas ardientes de un fuego avivado.

—―Esto... No...—― El príncipe negó varias veces y luego se marchó velozmente dejando a la joven sola.

—―Te estábamos buscando, ¿Dónde te habías metido?—― Taehyung angustiado vio a su amigo cubrirse el rostro.
Lo único que deseaba era estar lejos de ahí.

Así como llegó se encerró en la Sala de entrenamiento, estaba sudando.
No importó, que haya desperdiciado tiempo destrozando costales o trepando lugares.
La pesadez en el pecho que sentía no se iba y en su mente solo podía pensar en lo bien que sintió besar a Kaori.

Dándose un abrazo a el mismo, se deslizó por la pared aún maldiciendo una y otra vez.
Por primera vez, el príncipe de los demonios se sentía amenazado y vulnerable.

𓂃.˖⋆you belong with me. pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora