Una gran mesa la esperaba repleta de comida y algo de fruta. Lo primero que Kaori hizo fue beber todo un vaso de agua y soltar un leve “ah”. Su boca estaba seca. Sus labios se sentían pesados y parecía que en cualquier momento iban a quebrarse y caerse de un rostro.
El olor de la comida armó un alboroto en su estómago. Ni siquiera sabía por dónde empezar y si era buena idea comer.
Si estaba resguardada en el castillo de Jimin, es porque las cosas no han mejorado ni un poco. Y tampoco pretendía que cambiaron en un par de días.
—―Si te preguntas, Jimin esta ahora mismo asesinando elfos, así que puedes estar tranquila.
¿Eso debería ponerme tranquila? ¿Por qué está haciendo eso?
Kaori tenía tantas cosas que decir, tantas preguntas, pero continuaba sin poder decir una sola palabra.
—―¿Por qué no puedes hablar? —―Señalo su garganta como si pudiese dar pistas pero Seola chasqueo los dedos. Tuvo una idea y se puso de pie dejando a la chica ahí.
Un par de minutos y regresó con algo de tinta y hojas de papel.
—―Usa esto.
Agradeció con la mirada, la pluma recargada en la hoja era un sonido agradable.
“Mi madre me hizo un conjuro para que no pudiese hablar.
Dijo que mi voz no merecía ser escuchada”.
—―No puede ser... ¿Qué clase de madre tienes?—― Negó asustada, acabando de leer el papel.—― ¿No hay manera de que pueda romperse? ¿Hay algo que yo pueda hacer?
Kaori se encogió de hombros. “Aún no me siento bien. Parece que me piso un gigante. Siento mi cuerpo demasiado frágil. ”
—―Pasaste tanto tiempo con esas heridas abiertas, desangrándose. Torturada, oprimida... Lamento que hayas pasado por eso.
La jóven tenía los ojos llorosos. Eso dolía más al recordar que fueron sus propios padres quienes lo hicieron.
“¿Cómo se encuentra Jimin? ¿Él ha estado bien? ”
—―Ahora que te encontró... Él está mejor.
Un suspiro tranquilo salió de la boca de Kaori. Era reconfortante saber que al menos él no había sufrido como ella.
—―Te buscó día y noche, hasta que los ataques hacia nosotros reanudaron y fue un peligro salir. Pero él jamás se rindió.
Incluso cuando nosotros le pedíamos que lo hiciera.
Sonrió un poco.
—―No hablemos más de esto. Ahora debes comer un poco. Necesitas volver a sentir que vives. Así qué... Por favor, come un poco.
Seola le veía recargada sobre sus codos, era encantadora aunque daba algo de dolor verle tan delgada a comparación de lo que era antes.
Es como si fuese otra Kaori completamente diferente.
Más rota que antes.
—―Cuando Jimin te encontró, el consejero del Sacerdote Chunsoo estaba ahí, ¿Sabes por qué?
¿Es que acaso Jimin no le había contado? Kaori masticaba mientras escribía.
“Mis padres querían que yo me casara con Aris. Más yo nunca lo he amado. Mi relación con Jimin era un secreto hasta que él lo descubrió. Me siguió hasta donde nos reunimos e intento obligarme a tener relaciones con él. Fue ahí cuando todo salió a la luz y desde ese momento...
Aris fue el encargado de recordarme que no está bien «pecar». Me torturó todos los días.
Fue él quien me corto el rostro con excusa de no provocarle. ”
