Pero si llegas tarde, ni creas que te esperaré. De esa forma... Ya no será tan peligroso que vayas por tu cuenta.
Kaori camino hasta el punto de encuentro y vio al muchacho sentado esperando.
—―¿Qué no te dije que no llegaras tarde? ¿Y qué es eso que traes?
—―Traje algunos bocadillos.
—―Esto no es una excursión. —―Quejó.
—―¿A dónde iremos primero?
—―¿A dónde quieres ir tú?
Como resultado, aquella reunión solo fue la primera de muchas más. La llevó a los bosques de las Hadas, Duendes, Elfos, todos aquellos que no eran tan arriesgados. Para no ponerse en peligro, Jimin solo le hablaba de sus experiencias en los reinos contrarios, como el de las gárgolas, galios entre otros.
La segunda semana de sus escapadas concluía. —―¿Entonces Hyunjin intento atacarte cuando te conoció?
—―Sí. Luego nos volvimos amigos. Recordaba con orgullo.
Estaban sentados en la orilla de un acantilado. Viendo el atardecer.
—―Jimin. Ya no hay más lugares en el mapa que nos haga falta visitar.
—―Lo sé.
—―Te... Yo pensaba... ¿Te molesta si nos seguimos viendo aunque... No haya algún lugar al que ir?
—―¿Y para qué?
—―Es que... Me agrada pasar tiempo contigo.
—―Que fastidiosa eres. —―En lugar de ofenderse, parece que Kaori ya se había acostumbrado a su carácter.—― Supongo que podría pero... Antes debo ver si no tengo obligaciones que terminar.
—―Sí. ¡De todos modos no es algo a lo que estés obligado a aceptar!
—―Ya lo sé. Por cierto... —―Aventó una bolsa.—― Esto es tuyo.
Al abrirla, las flores y sus libros estaban ahí.
—―Es mi bolso... ¿Tu...?
—―El día que te atacó el Troll. Luego de que te fuiste, noté que ya no llevabas contigo el bolso así que volví por él y recolecté las flores que faltaban también.
—―Gracias, Jimin.
—―Como sea.
Kaori se acostó echando un suspiro largo y cansado.—― ¿Tus padres no se han dado cuenta de que no estás en casa la mayor parte del día? —―Algo interesado cuestionó, al mismo tiempo que jugaba con su espada.
—―No. Mi padre se la pasa visitando reinos vecinos para asegurarse de que todo marche bien. Mi madre recorre los alrededores del pueblo o a veces se la pasa con Aris. Y yo...Solo estoy encerrada en mi cuarto, así que... solo en las noches me visitan para desearme dulces sueños.
—―Entiendo... Tu vida parece ser muy aburrida. Ni siquiera puedo imaginarme estando así.
—―Entonces... ¿Podemos seguirnos viendo?
—―Lo voy a pensar. Tampoco es como si disfruto estar contigo. Ahora, ponte de pie o te dejaré aquí.
Una vez en casa, Kaori mordisqueaba una manzana contenta mirando el mapa y celebrando que ya no había lugar que no conociera gracias a chico demonio.
Revisando, de manera cautelosa, había un lugar entre el bosque que recuerda haber visitado durante sus prácticas pero que no estaba en el mapa. —―Dari, ¿Sabes dónde está papá?
