Arriba de un árbol Jimin miraba a un par de aves haciendo su nido, el macho llevaba unas ramas mientras ella las acomodaba, como si estuviesen haciendo una remodelación o una mudanza.
—―Y dime, Príncipe Jimin. —―Kaori habló mordiendo una Pera. —―¿Qué cosas te gustan hacer aparte de asesinar personas?—―¿Por qué te interesa?
—―Curiosidad.
—―Tu curiosidad podría matarte un día de estos. —―Ojalá yo fuese curiosidad.
—―Sí, ya decía yo que un día sin ti repitiendo lo mucho que me repudias, sería un milagro.
—―Las cosas que haces... —―Jugaba con su cuchillo. —―Los símbolos y esas cosas extrañas. —―Vacilaba. —―¿Cómo es que aprendes a hacer conjuros tan rápido?
Interesada en la pregunta, con los ojos pidió que desarrollará más su duda.
—―Había leído que les toma más de 1 mes poder hacer un conjuro como se debe, sin fallar o tener repercusiones como debilitación... Pero tú... Aprendes eso en segundos y ya puedes usar el hechizo en 6 quizás 5 minutos, sin problemas y de manera perfecta.—―Supongo que tiene que ver con las habilidades que herede de mis padres.
—―Eso te hace más peligrosa.
—―Aquí vamos de nuevo.
—―Antes se necesitaban 3 sacerdotes de nivel superior para acabar con 3 demonios. Si hay más como tú... Hasta incluso con tú sola existencia, significa que podrías acabar con el doble, o todo un clanes sin inconvenientes.
—―¿Algún día dejaras de verme como tú enemiga?
Solo la observó de una forma sería sin responder nada.
—―Hace años, en invierno. Estaba emocionado, de salir y jugar en la nieve con mis amigos. Pero mis padres nunca me dejaban.
Ellos salieron sin permiso y me pidieron que hiciera lo mismo. Sin embargo, siempre he pensado que lo que yo hago trae consecuencias en mis padres, no hablamos de cualquier persona, hablamos del Rey y la Reina. —―Volvió a su narración.—― Esa noche, aún puedo oir los gritos desgarradores de la madre de uno de ellos. Llorando con su hijo en brazos, asesinado por un sacerdote con la excusa de que... Era de noche y que ellos iban a atacarlo.Kaori guardó silencio sin responder nada solo dándole vueltas a la fruta y con los ojos llorosos.
—―Solo tenían 5 años, él tenía 49, ¿cómo iban a hacerle...?—― Trago con dificultad. —―5 de mis amigos murieron. Y desde esa noche no puedo dejar de pensar en que si los hubiese acompañado, tal vez algo habría cambiado. Y ese cambio, sería que yo habría muerto con ellos ese día.—―Así que disculpa si no confío en ti. Pero no puedo creer que la más fuerte de ustedes no quiera asesinarnos tal y como le han enseñado a hacerlo.
—―Yo nunca haría algo como eso-
—―¡No te creo!
—―¡Si lo quisiera hacer lo hubiese hecho desde que vine aquí! —―Gritó defendiéndose. —―Yo crecí sabiendo que ustedes me odiarian, que en cuanto les diera la espalda me clavarian una espada o me partirían a la mitad.—― Lloró. —―Y aún así tenía el suelo de convivir porque tenía esperanzas... Si yo puedo hacerlo ¿Por qué tú no?
Iba a responder cuando una neblina cubrió el lugar.
—―Larvas. —―Pronunció el príncipe y bajo del árbol para correr. La chica se quedó de pie. —―¿¡Qué haces!? ¡Vámonos!
—―Nunca he visto Larvas en persona, ¿Son tan aterradoras como en los libros? —―Jimin la jaló del brazo para correr juntos.
—―¡El colmo contigo de estar emocionada por ver cualquier cosa!
—―¿Pero qué hacen aquí? ¿Por qué salieron de su territorio? Se supone que no salen si no las perturban.
—―Pues es obvio que algo las perturbo. Puedo deducir que solo es una o quizás dos. Nunca salen todas. Sube. —―Indicó señalando el árbol contrario.
Ambos estaban en lo alto, viendo como la niebla se propagaba.—―No logró ver ninguna.
—―Shhh. —―Jimin regaño.—― Tu podrás leer más libros, pero yo ya me he enfrentado a la mitad de seres de los que leíste. Guarda silencio o morirás.
—―¿Me estás protegiendo?
—―¡Estoy diciendo que te calles!
—―Tu no hablas muy bajito que digamos.
—―Kaori. Cállate. Lo que menos quieres es lidiar con una...
Ambos sintieron el suelo temblar y vieron una gran larva pasando por ahí.
La chica abrió la boca sorprendida. Eran gigantes y por obviedad, más robustas que en los libros.
Logró distinguir sus patas de araña y ese rastro de líquido pegajoso que dejaban cuando recorrían un lugar.Ambos soltaron un suspiro tranquilos cuando la vieron pasar.
—―Solo era una.—― Los árboles donde estaban fueron derrumbados por la cola de la Larva y cayeron lastimandose un poco.
Jimin se puso su casco y su armadura se oscureció listo para una batalla cuando Kaori se puso frente a él y colocó un escudo para que no les hiciera daño.Golpeo un par de veces hasta que se dio cuenta de que traspasarlo era inútil y al quedar inmóviles, los buscó por todos lados.
Decidió continuar su camino unos minutos después.La niebla se disperso y Kaori cayó sobre sus rodillas jadeando un poco. Jimin arqueo una ceja.
—―Como no tienen ojos... Se guían por el sonido.—― Explicó ella. —―¡Estás sangrando!Su brazo chorreaba, cuando cayó del árbol, debió caer sobre una rama o roca que le causó ese raspon.
—―¡Te curare!Renegó de mala forma.—― Así estoy bien.
—―Pero-
—―Puedo regenerarme, solo es cuestión de unos minutos.
—―Yo puedo curarte ahora mismo.
—―No necesito de tu ayuda.
—―¡Jimin, déjame hacerlo!
—―Dije que no.
—―Confía en mi... Solo esta vez. Por favor. —―Pidió.
Colocó sus manos a cierta distancia y vio como un símbolo Rosa salía de la palma de sus manos directamente hacia la herida. Vio que su regeneración se aceleró quedando como si nada hubiese pasado.
—―¿Lo ves?
—―Me voy.
—―Jimin...
—―Si quieres volver a ver esas cosas quédate, si no, ya ve a tu hogar.—― Dijo alejándose.
Kaori suspiro. Él de verdad nunca iba a confiarle nada.
—―¿Qué tal? ¿Aprendiste algo hoy? —―Su madre le hacía preguntas todos los días, emocionada.
—―Las larvas no te atacan si no haces ruido. —―Dijo vagamente.
—―¿Enserio?
—―Eso ni lo sabía yo.—― Su padre se impresionó.—― Nos ayudará a la próxima que tengamos que enfrentarnos a una.
Durmió intranquilo, no podía conciliar un buen descanso. Admiro su brazo una vez más y revivió esa parte del día donde ella le protegió.
"Crecí sabiendo que si les daba la espalda a cualquiera de ustedes, me clavarían una espada, sin pensarlo".
Y aún consciente de ello, Kaori todos los días la pasaba despreocupada, ella confiaba en él.
—―¿Debería hacer lo mismo? —―Jimin se cuestionó a si mismo y luego soltó una risa ronca. —―No poder dormir me hace pensar en cosas absurdas.
