24. 𝑫𝒊𝒔𝒄𝒐𝒕𝒆𝒄𝒂

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4 horas después

Chat de Hugo

Hey, estoy en la puerta de la discoteca, ¿puedes venir a recogerme ya?

Miro hacia los lados impaciente, Hugo no mira mi mensaje y me estoy empezando a desesperar. Si no llega pronto llamaré a un taxi, los dedos de los pies se me están congelando.
De repente un coche se para frente a mi, cuando veo de quien se trata se me cambia la cara por completo.
Es Antón, en su nuevo descapotable de lujo. Me tapo la cara rezando para que no me haya visto.

-¿te llevo?- lo miro nerviosa, mierda, ven rápido Hugo.

-no gracias- sonrío falsamente y miro hacia otro parte, él parece no querer irse, simplemente se queda mirándome con las ventanas bajadas- ¿quieres algo?

-que te montes, vas a pillar un catarro- ruedo los ojos y me cruzo de brazos.

-¿desde cuando te importo tanto?- le pregunto irónica, él suspira apartando la vista.

-escucha, sé que he sido muy gilipollas, pero he madurado ¿vale? Ya no me interesas- me río falsamente, la verdad es que se me están quedando los dedos congelados- móntate, por favor.

-vale vale- ruedo los ojos abriendo la puerta del coche, me siento no muy segura de lo que estoy haciendo, pero parece fiable.

-¿dondo quiere ir la señorita?- pregunta con una sonrisa, centro la mirada en la carretera para no mantener contacto visual.

-a mi casa, por favor- le pido, esta vez le miro, él me sonríe y arranca el coche riéndose.

-estás muy guapa, ¿de donde vienes?- ruedo los ojos apoyando la cabeza en mis manos.

-no te importa.

-bueno bueno, la gatita saca las garras- se ríe sin apartar la vista de la carretera.

-¿qué me has llamado?- lo miro con una ceja levantada.

-gatita- me repite sin importarle ni un poco, aparto la vista suspirando.

-pues no me llames así- le respondo borde, Antón se vuelve más serio y aprieta el volante con ambas manos.

-a veces no te soporto Eva- lo miro confundida, ¿pero qué está diciendo?- estoy tratando de ser amable contigo, después de lo que me has hecho, y tú no pones de tu parte...

-¿después de lo que te he hecho?- pregunto irónicamente- esto no puede ser verdad...

-le advertí a ese tio que no te tocase...-me inclino hacia delante mirándolo seria.

-ese tío tiene nombre, ¿vale? Se llama Hugo, y te recuerdo que tú empezaste todo esto- paramos en un semáforo en rojo, se inclina hacia delante acercándose a mí y yo retrocedo un poco para no tenerlo tan cerca.

-¿a caso no fuiste tú quien empezó a liarse con él a mis espaldas?- me quedo callada, mirándolo furiosa- me pusiste los cuernos Eva.

-tú también- murmuro por lo bajo, Antón me agarra la barbilla y hace que lo mire.

-que te quede claro, no es lo mismo, y nunca será lo mismo- me dice demasiado cerca de mi cara, agarro sus manos y las aparto de mi.

-como vuelvas a tocarme te juro que...

-¿qué? ¿Que vas a hacerme?- me interrumpe, el coche se queda en silencio durante unos segundos hasta que el semáforo vuelve a ponerse en verde y Antón vuelve a arrancar. Miro al suelo con la cabeza agachada, una lágrima amenaza con salir de mis ojos, me muerdo el labio para no echarme a llorar ahí en medio-¿estás viviendo con él?- me pregunta prepotente, no contesto, tan solo me quedo callada con la cabeza agachada- te he hecho una pregunta.

-para el coche- suelto de repente, él me mira confundido.

-¿qué?

-que pares el coche, quiero bajarme- le digo intentando tranquilizarme, él niega con la cabeza- ¡para el coche, joder!- le grito, se asusta frenando en mitad de la nada, abro la puerta y hago el amago de bajarme, pero él agarra la manga de mi vestido para detenerme.

-escucha Eva, no te vayas, te llevo a casa...

-¡suéltame!- hago fuerza para bajarme del coche, la manga de mi vestido se rompe y cae al suelo del coche, pero no pienso volver a por ella, no ahora que he echado a correr calle abajo. Las lágrimas caen de una vez por mis mejillas, me detengo en una esquina un poco alejada para respirar y traquilizarme.
Escucho la melodía de mi teléfono, es Hugo, lo cojo y me lo llevo al oído.

-Eva, lo siento mucho no había visto el mensaje- me dice preocupado, cierro los ojos y dejo las lágrimas caer- estoy en la puerta de la discoteca, ¿donde estás?

-y-yo...- las palabras no salen de mi garganta.

-¿Eva estás llorando?- cierro los ojos fuerte e intento tranquilizarme.

-estoy en la estación- le digo rápidamente.

-vale, no te muevas de allí, voy a recogerte- cuelga el teléfono. Me siento en un banco que había cerca de mi y me quito los tacones, a los pocos minutos llega Hugo en su coche, se baja y viene corriendo hacia mi- Eva, ¿estás bien?- se agacha frente a mi y agarra mi cara, vuelvo a echarme a llorar como una niña pequeña, tenerlo cerca me hace sentir aún más vulnerable.

-soy una idiota Hugo- le digo de repente, él niega con la cabeza.

-vamos a casa, estás helada- me ayuda a ponerme en pie y salimos de allí.

Narra Hugo

Le traigo un vaso de agua con dos pastillas para el dolor de cabeza, me siento a su lado y le acaricio la espalda de arriba a abajo.

-cuéntame que ha pasado- le digo acariciando su pierna.

-como tú no llegabas Antón me dijo que él me llevaría a casa, acepté porque parecía muy fiable, me dijo que se había olvidado de mi y que ya no le interesaba...

-y tú te lo creiste- asintió limpiandose la lágrimas.

-por el camino estuvimos hablando pero como siempre acabó en discusión.

-no me digas que te ha hecho eso de tu vestido- asiente con la cabeza y baja la mirada al suelo, me rasco la nuca mirando también al suelo, no me lo puedo creer.

-no te enfades por favor- me pide, la miro negando con la cabeza.

-no estoy enfadado Eva, si hubiese visto el mensaje no tendrías que montarte en el coche con ese tio...

-Hugo, no hagas eso- me pide agarrando mis manos- no te eches la culpa- suspira apartando la mirada y la abrazo escondiendo la cabeza en su pecho.

-no te preocupes, le voy a dar su merecido- murmullo cuando nos separamos, ella niega con la cabeza rapidamente.

-no, no vas a darle nada a nadie- voy a hablar pero ella me interrumpe- he dicho que no Hugo, no vas a ir a pegarle a nadie, no te vas a meter en problemas, ¿vale?- miro hacia otro lado suspirando, ella me mira esperando una respuesta- ¿vale?

-vale- digo rodando los ojos, ella sonríe y me acaricia la nuca.

-¿lo prometes?- me pregunta alzando las cejas, me muerdo el labio y suspiro.

-es que...- Eva me interrumpe de nuevo y agarra mi mejilla.

-Hugo, promételo- la miro fijamente durante unos segundos y respiro lentamente.

-vale, lo prometo- ella asiente sonriendo y se acerca a dejar un beso en mis labios.
Luego se levanta para entrar en la habitación, me quedo observando mis manos durante unos segundos.
No me importa que se lo haya prometido, ese cabrón va a pagar por lo que le ha hecho.

𝑵𝒂𝒗𝒆𝒈𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 🌷|𝑬𝒗𝒖𝒈𝒐 𝑶𝑻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora