Capítulo 25: Completamente tuyo

7.9K 550 434
                                    

El primer maestro Lan distinguido por su elegancia, autocontrol nunca había faltado a su nombre. Desde los quince años logró un perfecto manejo de sus instintos animales. Era la prueba viviente de que con mucha determinación se podía doblegar los instintos. Simplemente porque no quería hacer sentir incómodos a otros se mantenía en su habitación durante su calor, pero eso no impedía que continuase desarrollando sus deberes como corregir exámenes, practicar con su liebing o transcribir textos antiguos.

Inclusive, en pleno calor había completado misiones riesgosas que requerían de su fuerza, se comentaba que inclusive salvó a una omega que estaba en celo. Un caballero de pies a cabeza, incapaz de causar daño a un omega voluble. Lo que nadie sabía es que era incapaz de sentir deseo por alguien más porque en su mente siempre la imagen del precioso y poderoso líder Jiang llegaba cuando su periodo calor se acercaba. Por lo que requería del uso de su energía espiritual para anular esos pensamientos lujuriosos, ya que pensaba que su omega no sentía ni atracción ni afecto por él. Desde que iniciaron una relación, simplemente todo su entrenamiento había dado marcha atrás.

En ese instante, el encumbrado primer jade tenía el cabello revuelto, el cual caía en el lecho púrpura, su pecho subía y bajaba en una respiración agitada, su rostro estaba totalmente rojo, de su garganta se escuchaba numerosos ronquidos que parecían provenientes de alguna bestia salvaje y su mirada era penetrante, como un lobo a punto de morder a una presa que había perseguido por tanto tiempo.

Ante el pedido de su pareja, se limitó a dejarse caer y posar sus manos a la cintura de Jiang Cheng. Se relamió al ver a aquel hermoso omega, moviéndose para el disfrute de ambos.

Llevó sus manos hasta sus pezones hinchados y los pellizcó, causando un gemido alto en el omega. Luego, bajó hasta sus glúteos y los amasó con gula. No lo negaría, muchas veces su mirada se había dirigido al trasero de su amante. Incluso cuando era un joven junior estudiando en su secta, se había autocastigado por ello. Cuando lo vio aparecer vuelto un líder, le fascinó esa personalidad tan fuerte y arrolladora, pero tampoco podía negar que seguía llamando su atención y curiosidad malsana el poder tocar su perfecto y redondeado trasero. Así que disfrutaría cuanto pudiera, dejó sus manos en esa zona, apretando sus glúteos una y otra vez sin cansancio.

Jiang Cheng se inclinó para besar a Xichen. Al terminar un apasionado beso, bajó sus labios por todo el pecho de Xichen. Cobró venganza de las numerosas marcas que tenía por todo el pecho así que se dedicó a repartir mordidas por todo el pecho perfecto del alfa. Sintió como Xichen comenzaba a meter sus dedos a su entrada. El estremecimiento hizo que se detuviera por unos instantes, gimió agudo al sentirlos removerse en esa zona tan erógena que ya había sido profanada. Resopló y continuó de aquella manera, lamiendo el pecho del alfa. Cuando llegó al miembro del mayor, se detuvo a admirar lo dotado que estaba, acercó su mano y lo masajeó durante un largo rato.

—No me voy a correr, A-Cheng, si no es dentro tuyo, créeme que no sucederá.

Se lo tomó como reto. Estuvo masajeando a detalle, pero ciertamente solo se hacía más duro y grande. Sabía que Xichen tendría que correrse un par de veces antes de , aunque sea un poco, pero masturbarle no estaba dando resultados. Así que comenzó a masajearlo junto al propio, como Xichen había hecho antes. Ambos jadearon disfrutándolo, Xichen pronto le ayudó en la masturbación conjunta.

Fue un momento lleno de gemidos y disfrutable para ambos, pero, ninguno se corrió. Entonces, Jiang Cheng llevó sus dedos a su propia entrada. Había dado su palabra de atenderlo en su calor y lo haría hasta el fin, además no podía negar que su propio cuerpo deseaba nuevamente ser tomado por el alfa. Xichen se apoyó en sus codos para disfrutar el espectáculo. Vio como el ceño de Jiang Cheng se fruncía ligeramente, pero después de unos momentos, se deshacía en gestos de placer.

El maestro del Muelle de Loto (Hiatus Indefinido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora