THE KISS ━ byler

XI

Mike se encontraba semidesnudo recostado en su propia cama, y a los pies de ésta, Once, quien sólo traía puesto una camiseta de Mike; ella se encontraba revisando algunas fotos que había en una caja de cartón.

—Dios, sí que me veía mal con la cabeza rapada —frunció el ceño la castaña—. Aww aquí tú y Will se veían tan lindos.

Once le mostró una foto, en ella se veía claramente la fecha: 1984. Mike tomó la foto y la vio, él estaba junto a Will, sosteniendo un premio de segundo lugar de la feria de ciencias.
Sonrió inconscientemente, la castaña lo notó, pero solo se limitó a ignorarlo y a bajar la mirada.

—Mike... —llamó la chica, el azabache apartó la vista de la foto—. Yo... —negó con la cabeza—. Sabes que te amo, ¿No?

Sonrió débilmente, esperando la respuesta de siempre.

—Sí, obvio, yo también te amo, Ce —sonrió y se acercó a ella para darle un corto beso en los labios.

La castaña sonrió, y continuó mirando las fotos de la caja.

Después de su cita con el psicólogo, Once había empezado a comprender algunas cosas, que Mike no era de su propiedad y de que no podía culpar a Will por los gustos de su novio. Pero, aún sabiendo todo esto, se negaba a dejar a Mike, no estaba lista, y ella creía que nunca podría estarlo.

La noche llegó, y Once se recostó junto a Mike, éste la abrazó, y trataron de dormir, pero no podían, ya que cada uno pensaba en sus propios problemas.

El azabache pensaba en Will, no podía dejar de hacerlo. Se imaginaba que algún día que el mundo sería diferente, que podría estar con él, sin que nadie lo juzgara por amar a alguien de su mismo género. Pero Mike sabía muy bien que ese día nunca llegaría, el mundo era una mierda.

Los días pasaron, Mike se encontraba sentado en una carpeta, frente a un examen. El día de su examen de admisión había llegado, y él estaba más que nervioso, no había podido estudiar casi nada por todo el drama de Once y Will; estaba seguro que reprobaría y tendría que darlo de nuevo en unos meses, otra vez.

Once se encontraba afuera de la universidad junto a los demás chicos, esperando a que Mike saliera. La castaña estaba platicando con Max, quien le decía lo idiota que era al seguir con Mike, pero la castaña solo suspiraba y sonreía.
Mientras, Lucas, Dustin y Will se encontraban sentados en una pequeña mesa, charlando entre ellos, bueno, solo Lucas y Dustin, ya que Will permanecía callado. Él no sabía qué rayos hacía ahí, Mike y él no habían hablado desde la fiesta, desde que él lo besó y declaró su amor y enojo hacia él. Sería algo incómodo cuando el azabache salga de dar su examen.

Una hora después, Mike salió, estaba algo sudoroso, por los nervios. La castaña lo abrazó y besó, Will tuvo que apartar la vista, no soportaba ver a quien amaba ser besado por otra persona.

—¿Cómo te fue? —preguntó Dustin riendo por lo pálido que estaba el azabache.

—Eh... bien, bien —mintió.

A Mike le había ido mal, casi todas las respuestas las había marcado al azar, y otras simplemente trató de resolverlas pero no le salía ni una. Él estaba seguro que reprobaría, oh, sin duda lo haría.

—¿Vamos a comer? —sugirió Once, sonriendo.

Todos aceptaron y comenzaron a caminar hacia el centro comercial, ya que estaba muy cerca.

Las horas pasaron y cada uno se fue por su lado. Once le dijo a Mike que iría con Joyce a la peluquería, que era un día de chicas. Pero no era cierto, la castaña iría de nuevo con el doctor Carlson, y Joyce la llevaría.

—Buena tardes, doctor —saludó la menor, sentada frente al hombre.

—Buenas tardes, Jane. ¿Cómo te sientes? —preguntó tomando nota en su libreta.

La castaña empezó a contarle sobre su día, en cómo no le afectó tanto ver a Will y Mike tan cerca.

—Dime, Jane. En estos últimos días, haz avanzado mucho, haz comprendido que algunas cosas que hiciste o dijiste estuvieron mal —la chica asintió—. Pero... por qué sigues con Mike, si sabes que él no te ama como tú lo amas.

Once bajó la mirada y negó con la cabeza.

—Yo... no lo sé -soltó un suspiro y se recostó en el sofá—. Yo creo que es porque una parte de mí aún no quiere aceptar que Mike no me ama, que cuando termine con él, yo... me quedaré sola.

—Jane, no estarás sola, tendrás a tu madre y hermanos, a tus amigos, ellos te quieren —habló—. Seguir con Mike no te hará bien, porque con el transcurso de los años, el cariño que ustedes sienten se convertirá en odio, y eso puede dañarlos a ambos.

Once asintió y se re lamió los labios.
Una hora después, salió de su cita, Joyce y ella salieron de ahí y comenzaron a caminar hacia el estacionamiento.

—Joyce... —llamó la castaña, la mayor la observó—. Creo que... creo que terminaré con Mike.

Joyce abrió la boca sorprendida, y asintió. Se acercó a la menor y la abrazó. Once soltó un suspiro y cerró los ojos.

Will se encontraba en su habitación, echado en su cama, sin hacer nada. La puerta sonó, y entró Once.

—Hola... -habló la castaña—. ¿Puedo entrar?

Will lo dudó al principio, pero asintió. Once entró y Will se sentó en su cama, la chica lo imitó.

—Will, perdón por todo lo que hice y dije, tú no tienes la culpa de nada, no es tu culpa haberte enamorado de Mike ni él de ti, yo debí de haberme alejado ni bien noté esto, no convencer a Mike de fingir ser novios y privarlo de poder amar —sonrió—. Eres mi mejor amigo, Will. Y sé que en estos últimos meses no lo parecía, ni cuando estábamos en la otra casa, pero yo te quería, y sé lo doloroso que es que alguien que te quiere te lastime. Y sé que no deberías de perdonarme, pero yo de verdad lo lamento.

La castaña tenía lágrimas en sus ojos. Will solo asintió y la abrazó.

—Te perdono.

—Al fin actualizo, ahre. Espero que les haya gustado, no olviden votar y seguirme por acá, para así poder llegar a los 2k, aunque es algo imposible, ahre
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