20.- Improvisar

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1013.

20.- Improvisar

El móvil de Penny estaba vibrando sin cesar encima de la mesilla de noche, Jagged abrió los ojos con una molesta sensación de dejà vu abordándolo. Penny dormía profundamente, la miró preguntándose si se despertaría si, de repente, estallase una guerra frente a la puerta de la casa. Tomó el teléfono para toparse con el nombre de Bob en la maldita pantalla, deseó contestar y mandarle a la mierda, pero no podía hacerlo, Penny le mataría. Lo dejó con cuidado en su lugar y la observó dormir.

Si dijese que no le daba miedo el día que salieran de aquella casa para regresar a París mentiría. Penny le había dicho que le quería, no se lo había dicho a Jagged Stone, había empleado su nombre real para hacerlo. También era su nombre real el que había jadeado entre besos y caricias. Si al volver a París decidía que no podían seguir compartiendo aquella relación no sabía si lo soportaría.

El móvil de Penny volvió a vibrar sobre la mesilla arrancándole un bufido molesto. Se puso unos calzoncillos y tomando su teléfono bajó las escaleras para salir al jardín. Marcó el número de su productor que le contestó al primer tono.

—Deja de llamar a mi gente, Bob —protestó sin dejarle acabar de pronunciar su nombre—. No paran de quejarse porque les estás acosando.

—¿Que yo les acoso? ¿Dónde demonios te has metido? —berreó furibundo.

—Ya te lo dije, de vacaciones.

—¿De vacaciones dónde?

—Washington.

—¿Y me llamas desde un móvil francés? ¿Y las seis horas de diferencia horaria entre Washington y París?

No había pensado en eso, ¿por qué no había pensado en eso? Eran las ocho de la mañana, por lo que serían las dos en Washington. Por eso era Penny la que siempre se encargaba de aquellas cosas, porque ella pensaba en los detalles.

—Este número lo tienes, el americano no. Y qué más te da a qué hora me acueste, ¿acaso eres mi madre? ¿Vas a castigarme sin postre o sin ver la tele?

Estaba improvisando. Improvisar era una de esas cosas que no se le daban bien sin una guitarra entre las manos, pero tenía que esforzarse por mantener el temple.

—¿Te estás quedando conmigo?

—No, no quiero que puedas llamarme al otro teléfono, con que lo hagas a este tengo más que suficiente.

—Esa factura te va a costar una millonada.

—Menuda suerte que tengo de no tener problemas económicos, ¿verdad? Si no me dejas descansar no voy a poder componer nada nuevo— soltó con retintín porque, aunque no podía romper el contrato, Penny se había asegurado de que no le obligase a sacar un número concreto de álbumes, por lo que podía presionarle negándose a grabar nada más. Claro que eso sería como pegarse un tiro en un pie—. Y a ninguno de los dos nos conviene que eso pase, ¿me equivoco?

—¿Me estás amenazando?

—Tómatelo como prefieras, Bob. Sólo espero no recibir ninguna queja más, sobre todo de Penny, porque si hay alguien en este equipo que se merece un buen descanso es ella. ¿Nos hemos entendido?

—Esa mujer te tiene lavado el cerebro. Tíratela de una vez para que todos podamos trabajar en condiciones.

—Es mi mánager —farfulló—, no hables de ella como si fuera una muñeca hinchable.

»Y voy muy en serio, si recibo otra queja tendremos un problema, Bob, y esta vez, ni Penny, con una de sus ideas podrá solventarlo.

Colgó sin darle opción a réplica. Esperaba que sirviera de algo y, sobre todo, que Penny no se enterase porque le estrangularía.

Preparó café, metió pan en la tostadora y mientras esperaba lo fue colocando todo en una bandeja. Había encargado que le llevaran nata y vainilla, pero no conocía la proporción, así que prefirió dejar que lo acabase de preparar ella. Con todo bien colocado en la bandeja subió las escaleras procurando que llegase todo intacto.

Penny seguía durmiendo, le sorprendía que una persona tan activa y atenta tuviese un sueño tan profundo. Dejó la bandeja sobre su mesilla de noche y la despertó repartiendo besos por su piel desnuda.

—Buenos días, bella durmiente.

—¿Qué hora es?

—¿Tienes algo que hacer?

—En realidad no —susurró—, aunque quería hablar con Pierre y ver cómo le iba a Vivicia.

—Penny, estás de vacaciones, no tienes que preocuparte de todo el mundo.

—No es eso, son mis amigos, sólo...

Jagged la interrumpió besando sus labios.

—Eso después, he traído el desayuno.

—¿Desayuno en la cama?

—He pensado que te gustaría.

—¿Qué has hecho? —preguntó suspicaz.

—¿Por qué crees que he hecho algo?

—Porque te conozco —soltó con seguridad—, porque siempre que haces algo que no debes intentas compensarlo con alguna cosa que crees que va a gustarme.

No, improvisar no era lo suyo y, al parecer disimular tampoco lo era. Le plantó un beso en la frente e hizo un mohín.

—No te enfades conmigo. He llamado a Bob para pedirle que deje de llamarte.

Penny suspiró.

—¿Desde qué teléfono?

—Desde el mío, no soy tan idiota —declaró orgulloso bajo la atenta mirada de ella—. El francés y... bueno no creo que sospeche nada.

—No deberías haberlo hecho.

—No quiero que ese tipo condicione lo que está pasando aquí.

—Vale, de acuerdo, está bien. —Jagged sabía que recibir tres afirmaciones consecutivas era una mala señal, aunque esperaba que el haber llevado las cosas necesarias para prepararse el café evitase que le estrangulase—. Pero tienes que prometerme algo.

—¿Qué es?

—Que cuando volvamos escucharás el tema que Vivicia está componiendo.

Jagged frunció el ceño.

—Sabes que yo no toco temas de otros.

—Nadie ha dicho que lo toques, sólo que lo escuches —musitó sonriendo al encontrarse con la nata y la vainilla en la bandeja—. Vivicia tiene mucho talento, no trabajará siempre para ti, tu opinión es importante para ella. Escúchala y, quién sabe, a lo mejor algún día grabáis una colaboración.

—No lo sé, pero puedo escucharla si es tan importante.

—Gracias, por el desayuno.

—¿Eso significa que no vas a estrangularme?

—Por ahora —susurró riendo.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Bob sigue acosando desde las sombras, ¿la estrategia de Jagged habrá funcionado o se le volverá en contra?
Mañana más.

¿Y si te quiero? Fictober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora