28.- Rock'n'roll

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1084.

28.- Rock'n'roll

El plan de Penny, como siempre, había funcionado a la perfección. Los fans debatían sobre qué sorpresas eran las que estaba preparando. Los rumores hablaban del lanzamiento de dos discos consecutivos, de algún concurso de aquellos que rara vez lanzaba, de alguna colaboración con algún otro artista internacional... pero en lo que todos estaban de acuerdo era que Jagged no tenía intención de retirarse.

A Jagged le sorprendió la facilidad con la que Penny había conseguido dilucidar algo del aluvión de mensajes que se habían movido en tan pocas horas.

Penny había vuelto a poner el móvil en silencio y lo había dejado bocabajo sobre la mesa del jardín. Jagged deseaba que eso significase que volvía a estar en modo vacaciones y que podrían disfrutar de los pocos días que les quedaban en la isla.

—Penny, hay algo que nunca te he preguntado.

—¿Qué es?

Había muchísimas cosas que no le había preguntado.

—¿Cuál es tu canción preferida?

—¿Quién me lo pregunta?

Jagged dudó un instante, hasta que recordó que aún no se había quitado el maquillaje de la cara.

—Los dos, pero quiero la de verdad, no la que le soltarías al idiota de tu jefe para subirle el ego.

—Muy bien —musitó sin rastro alguno de duda en la voz cuando le contestó—. «Vivan».

—¿«Vivan»? —pronunció intentando imitar su acento—. No la conozco.

—Es normal. La compuso mi abuelo al morir mi madre y me pidió que la tradujese al krio —explicó.

Jagged sabía que Karim había sido compositor en su juventud, que muchos de los grandes temas bajo el sello de grandes músicos eran suyos, pero le sorprendía que existiese uno en un idioma exótico e inédito.

—Me encantaría conocerla.

Penny sonrió y alargó la mano hacia a él que la miró con curiosidad.

—Olvídate por un par de minutos que eres un genio de la música, y ten en cuenta que no toco la guitarra desde los catorce años y que sólo canto en los karaokes.

Le ofreció el instrumento casi hipnotizado ante la idea de verla hacer algo nuevo que a él le fascinaba. Penny tomó la guitarra y la acomodó en su regazo, tocó algunas notas con inseguridad buscando el tacto de los trastes y las cuerdas.

Inspiró hondo y soltó el aire despacio entre los dientes, colocó los dedos con firmeza sobre el traste y liberó la primera nota. Penny no era intérprete, era evidente por el modo en que le preocupaba más poner bien los dedos al tocar la nota que transmitir algún sentimiento con ella, en cambio su voz era bonita y controlaba con una facilidad insultante el contraste entre notas altas y bajas, incluso tenía más fondo que él cantando. Podría ser una gran vocalista si lo quisiera, podría haber sido una gran competidora si en vez de derecho hubiese estudiado música.

La última nota sonó cortante y tímida. Penny se apresuró a devolverle la guitarra como si estuviera ardiendo.

—Se me da fatal, gracias por no reírte.

—No, cantas muy bien. La guitarra no tanto —soltó con sinceridad—. Estoy sorprendido.

—Tendrías que verme en el karaoke —siseó divertida.

¿Y si te quiero? Fictober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora