Cojo mi mochila, mi cazadora y el skate, todo mientras sujeto un bocadillo a duras penas con la boca. Cuando ya logro organizarme, abro la vieja puerta, haciendo que suelte un desagradable chirrido.
–¿Vas a salir, hija?– oigo la voz de mi madre desde el dormitorio, parece que la desperté. En respuesta suelto un «mhm» al estilo Nezuko, asintiendo– Pasa por la farmacia, por favor, se me estás acabando las pastillas.
–Vale~
Salgo y cierro con llave,. Lanzo el skate al suelo y me subo en él, impulsándome con la pierna izquierda hasta llegar a un cuesta, donde simplemente me dejo caer.
Pensaba ir al parque de siempre a practicar un poco de volley, hacía ya bastante que no tenía un momento para relajarme. Sin embargo, antes pasé por la farmacia del viejo Meyer. Como era ya nuestra tienda habitual, no tenía que decirle nada y me ahorraba bastante tiempo.
–¡Hola!–saludo al entrar aún subida al skate, el hombre ya estaba acostumbrado y había decidido rendirse en regañarme cada vez que lo hacía.
–Buenos días, ___. ¿Lo de siempre?
–Sep.
Me apoyo en la mesa mientras miro todas las estanterías llenas hasta arriba de productos, esperando a que el viejo vuelva de la parte trasera.
–¿___-chan?–oigo una voz muy conocida a mi espalda.
–¡Hey! ¡Si es el Bokuaka!– exclamo intentando disimular mi nerviosismo– ¿Qué hacéis aquí?
Bokuto hace una mueca al escuchar cómo los llamé, pero no dice nada. Ya hace varias semanas que me dirijo a ellos de esa manera. Akaashi, como siempre, se muestra inexpresivo.
–Akaashe tenía que comprar algo para su hermana– responde al final encogiéndose de hombros– ¿Y tú?
–Ah, nada importante– digo mientras bajo del skate y lo cojo ayudándome con el pie–. Solo un recado.
Entonces oigo cómo una puerta se abre y aparece el viejo con una cantidad algo inusual de cajas de medicinas. Debo aclarar que son para bastante tiempo, pero no le quita que sean bastantes.
Los dos chicos me miran con curiosidad, seguramente la pregunta «¿para quién son tantas pastillas?» sea lo único que estén pensando ahora mismo.
–Para mis abuelos– miento, mirando suplicante al señor Meyer para que no diga nada–. Ya sabéis, la vejez acaba con la salud de todos... ¿No querías comprar algo vosotros también?
Pago rápido y me acerco a la salida, aprovechando que los dos chicos se acordaron de a lo que venían y se estaban centrando en eso.
–¿Nos esperas, ___-chan?– alcanzo a escuchar antes de conseguir salir, y sé que Bokuto debe estar poniendo una carita súper tierna.
No puedo negarme, es como si le dijese que no aun cachorrito. O bueno, a un búho súper adorable. A veces hasta su pelo se cae un poco acompañando a su cara. Creo que tiene vida propia.
–Claro– respondo con mi mejor sonrisa y me quedo fuera unos minutos, practicando algún truco simple.
Después de un rato esperando, por fin aparecen por la puerta, Akaashi concentrado en meter una pequeña bolsa de plástico en su mochila.
–¿Vas a ir a hacer deporte?– pregunta cuando puede cerrar la cremallera y mirar al frente.
Lo miro sorprendida y luego a mí misma. Mi ropa me delataba. Llevaba unos pantalones de chándal grises, un top de deporte y una sudadera negra con cremallera abierta.
ESTÁS LEYENDO
Difícil || Akaashi Keiji
Fanfiction___ Nakamura es una persona... difícil. Poca gente se le hace agradable, siente un odio extraño hacia casi todos. Eso y su fuerte carácter es lo que la ha llevado a estar marginada la mayor parte del tiempo, además de que cuando la conoces bien, pue...