//4//

7.1K 713 749
                                    

Aquí estoy. En medio de un parque, sin árboles, sin edificios. Sin paraguas. Y como la suerte me acompaña, justo hoy llueve tanto que creo que se acabará el agua durante dos meses. Claro que como ninguno de nosotros al parecer es lo suficientemente inteligente como para mirar qué tiempo iba a hacer hoy, vinimos a practicar.

Joder, ¿y ahora qué hago yo? Mi casa está lejos, aunque vaya corriendo voy a enfermar.

–¿Quién vive cerca?– pregunta Sarukui.

–La casa de Akaashi está al lado– responde con toda la libertad Konoha. Los dos asienten y echan a andar hacia algún sitio.

–¡Ni siquiera os he dicho que podáis ir!– exclama el azabache, que miraba la escena desde un lado– Además, vosotros también vivís cerca.

Los chicos lo ignoran y siguen andando, pero yo me quedo quieta. Ya es tarde, debería volver a mi casa. Pero hace frio... Empiezo a girarme hacia el otro lado, pero noto una mano en mi muñeca que me impide seguir.

–Tu casa queda demasiado lejos, enfermarás– dice Akaashi, que se había juntado un poco a mí e intentaba taparnos con su chaqueta, aunque no consiguiese mucho–. Ven hasta que pase la lluvia. Si se hace muy tarde puedes quedarte.

Mi corazón se salta un latido y noto cómo un gran sonrojo se apodera de mi cara. No me pone nerviosa dormir en casa de un chico, no sería la primera vez (apenas tengo amigas chicas). Pero... que él lo pida así... es demasiado para mi pobre ser. Dios mío, está taaan guapo con el pelo mojado y el agua resbalando por su cara.

Asiento débilmente con la cabeza y me posiciono a su lado para seguir a los otros chicos que se nos habían adelantado.

Cuando llegamos al edificio en el que al parecer vivía el chico, Bokuto llama despreocupadamente al timbre del portal y por el megáfono habla una mujer.

–¡Está lloviendo!– dice solamente y la puerta se abre.

Pasamos con confianza y me dejo guiar hasta una puerta ya abierta. Estamos mojando el suelo de todo el edificio.

–Keiji, voy a salir al cine, no queméis la casa– una mujer joven sale por la puerta antes de que podamos pasar nosotros y nos mira, deteniéndose en mí– Eres nueva, ¿verdad? Soy Akiko, su hermana.

Señala con la cabeza a Akaashi, que estaba al lado mía, y me sonríe.

–Soy Nakamura ___, un placer– sonrío yo también e inclino la cabeza a modo de saludo.

–¿Desde cuando eres educada?– se burla Konoha en bajo y lo miro desafiante.

–Desde que existe gente a la que vale la pena respetar, idiota.

Una risa interrumpe nuestro intercambio de miradas asesinas y volvemos a mirar a la mayor.

–Ya era hora de que Keiji trajese chicas a casa. Puedes usar mi baño, ___-chan, debes tener frío.

–Muchas gracias– digo antes de que se vaya, despidiéndose con la mano. La verdad es que estaba temblando del frío.

Pasamos los cinco a la casa, quitándonos los zapatos y las chaquetas antes para no hacer una piscina a tamaño reducido en medio del pasillo.

–Bien– habla Sarukui después de un rato–, ahora nosotros tres nos vamos. Ya paró un poco la lluvia y vivimos cerca... qué pena ___ que tengas que quedarte, ya es muy tarde.

Mierda.

–Joder, este era otro de vuestros planes para emparejarnos, ¿no?– pregunto cuando me doy cuenta de sus intenciones.

Difícil || Akaashi KeijiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora