Marko Blande:
—¿Y en serio te gusta la nueva?— me dijo Víctor riéndose—, esa chica es la cosa más rara que he conocido en mi vida.
Yo también solté algunas risas, debí admitirlo.
—¿Te parezco normal yo?
— Para nada— la risa casi no lo dejaba hablar.
Estábamos hablando de todo como si nos conociéramos de toda la vida. Yo que nunca hablaba con nadie, hablé con él.
—¿Y qué pasó?— seguía preguntando con gran curiosidad.
—No le gusto— mentí, para ni hablar sobre lo que había sucedido.
—¿Que dices? Vi como te miraba, yo tengo experiencia en eso— me dijo el sonriendo.
—Es mejor dejarla tranquila— dije intentando convencerlo y cambiar el tema.
—¡Eso es de cobardes Marko! Si la quieres lucha por ella— me dio una mirada de suficiencia, esa que suelen dar los tipos populares.
—¿Cómo sabes que mi padre y tu mamá son hermanos?
—Ella me lo contó. Además, tiene los papeles de la adopción. ¿Y tú cómo lo sabes?
<<Porque entré al cuarto de tu mamá y vi los papeles>> pensé, pero obviamente no pude decirlo.
—Mi papá me contó— le mentí.
Quería averiguar más sobre el tema de su adopción. Así que quise llevar parte del plan que tenía entre manos a cabo.
—¿Tienes fotos de Micaela, cuando estaba embarazada?
Frunció el ceño. Esperé un no por respuesta pero se levantó y buscó algo en una gaveta de la sala.
Me enseñó una foto de Micaela embarazada, sonriendo. Eso me dejó muy confundido. La sonrisa de Micaela y la de Víctor eran tan iguales...
Víctor era la versión masculina de Micaela.
O eso era una foto muy bien editada, o algo muy raro estaba pasando. Algo que obviamente iba a descubrir.
—Me tengo que ir ya, mañana tenemos escuela y no quiero llegar tarde— le dije a Víctor.
—Bueno, gracias por escucharme, recuerda hablar con Danly— luego se rió y continuó hablando—, fui a su casa para hablar con ella y me tiró la puerta en la cara. La puerta me golpeó la nariz.
No pude evitar reír imaginando ese suceso.
Me fui de la casa, o al menos esa le hice creer.
Cuando había entrado al baño de su casa un momento me di cuenta que había una ventana, estaba abierta.
Entré por la ventana y salí del baño antes de que Víctor pudiese cerrarla.
Fui hacia una habitación vacía que parecía de huéspedes, pero lo único que había era una cama y un escaparate en el que me escondí hasta que pasara el tiempo suficiente para que Víctor durmiera.
Micaela no estaba en casa porque ella trabajaba en un bar nocturno al que mi papá asistía algunas veces.
Fui sigilosamente hacia su cuarto y busqué en todos lados la llave que abría la gaveta.
En al cuarto no estaba, entonces recordé que en la gaveta donde estaba la foto de Micaela embarazada se escuchó un sonido metálico.
Cuando fui, en efecto había una llave pequeña. Volví a mirar la foto de Micaela pero parecía demasiado real.
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Mientras te persigo
Teen FictionElla estaba hecha de misterios. Él estaba hecho de oscuridad. Marko, un chico de 17 años, está obsesionado con el orden, vive en una vida perfectamente organizada, pero todo cambia cuando llega una nueva estudiante a su escuela que llama su atención...