P r ó l o g o

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Nadie recuerda su vida pasada. Al menos no por completo

Hay personas que recuerdan vagos momentos y otras que las confunden con simples sueños.

¿Cómo se comprueba si tuviste una vida pasada? Muy fácil, las marcas de nacimiento.

¿Tienes alguna? Seguramente si. Esas marcas son las pruebas de que antes de esta vida tenías otra. Donde seguramente tuviste muchas aventuras, te enamoraste, posiblemente te casaste y tal vez formaste una familia. Con el final tal vez menos esperado: una muerte tranquila o algún asesinato.

Esas marcas son las únicas que logran identificar la muerte que tuviste.

Pero existen otras que no son de tu vida pasada.

Conocen los dos lugares donde va tu alma después de la muerte. Los dos lugares especiales: uno deseado y el otro no. La luz y la oscuridad. Los buenos y los malos, como nos decían nuestros padres.

Y como la iglesia lo nombra: El cielo y el infierno.

Ambas bajo su rey. Quienes ponen las reglas sagradas.

Y la regla número uno. La principal de todas. Que ningún ángel o demonio puede romper.

Nunca cruzar al otro lado.

Ya que una vez que cruzas no habrá forma de regresar.

En las oscuras profundidades del infierno tenemos a las siete pecados capitales, más conocidos como la soberbia, lujuria, ira, avaricia, envidia, gula y pereza. Aún que esos sólo son su sobrenombres o posiciones que tuvieron al momento de morir. Cada uno tiene su verdadero nombre.

En el cielo tenemos a la primera, segunda y tercera jerarquía.
En la primera tenemos a los Serafines, Querubines y Tronos.
En la segunda se encuentran las dominaciones, virtudes y potestades.
Y en la tercera, los principados, arcángeles y ángeles.

Fall into temptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora