C a p i t u l o 2 4

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Una vez que el cambio había pasado la soltó. Daniela seguía con la mirada asustada. La bajó temiendo que lo que viera no fuera al Taehyung de siempre, si no, el reflejo en el botón dorado.

- ¿Estas bien? -preguntó Taehyung sujetando su mentón para mirarla. Ella supo disimular. Asintió pasando saliva al sentir el alivió de ver el rostro de siempre.

El resto de camino conservó silencio. Evitaba la mirada de él. Solo apretaba la tela del vestido mojado mientras esperaba que el tiempo pasara rápido y llegaran al castillo. Donde podría sentirse segura en alguna habitación. Taehyung la respetaba, así que posiblemente si pedía dormir esa noche alejada de él tal vez aceptaría. ¿No?

Una vez que llegaron, Taehyung la abrazó por la cintura. Su vestido seguía mojado. Pudo sentir como la apretaba contra su cuerpo caliente. Esperando que eso ayudara con el frió que tenia.

— Después de esa mojada que te diste, necesitas un baño caliente -dijo susurrando en la oreja de ella, soltando una suave risa al final.

Ella parpadeó un par de veces quedando a los pies de la escalera. Ambos sin moverse. Lo miró por unos instantes.

— Suena muy bien, en realidad.

Esa fue la señal que Taehyung esperaba. Mientras que ella no había notado el doble sentido de la sugerencia del pecado, este pudo confirmar la propuesta y sin esperar más la tomó en brazos. No perdió tiempo recorriendo el castillo hasta su habitación. Simplemente hizo que ambos aparecieran bajo cierto humo oscuro.

Los ojos dorado de Taehyung resplandecieron cuando acercó sus labios al cuello de ella. Rozando delicadamente sus labios en su piel.

Daniela entendió la situación. No podía definir algún sentimiento salvo el miedo reciente que había tenido en el bosque. Había pasado meses junto a él y en ese tiempo creía conocerlo. Le agradaba a Taehyung... podía llegar a decir que lo quería. Detrás de ser un pecado pudo ver al hombre que alguna vez fue. Sus lindos gestos, atenciones e incluso, su carácter, como había ocurrido en esa habitación antes de partir.

— Espera.

Pero no era suficiente para llegar realizar tal acto. Los nervios la seguían atormentando y lo que vio en el bosque nunca antes lo había visto. Creía conocer a Taehyung, pero uno nunca llega a saber todo de la otra persona.

Taehyung la miró, dejó de besar su mejilla y alejó su rostro. Soltó un bajo suspiro y con delicadeza la dejo en la orilla de la cama. Se alejó dos pasos, levantando las manos.

— Esta vez no te voy a obligar a nada y no haré lo que no quieras.

Miró los ojos dorados de él y después sus manos que descansaban en su regazo. La incomodidad en su estomago surgió de nuevo y no sabía a que se debía. Taehyung era una buena alma en un pecado. Esa noche había visto al pecado. El lado que Taehyung ocultaba.

Y claramente notó que él no quería ser visto. ¿Por qué? Una parte de ella creía que era para protegerla. Sabía que podría asustarla y probablemente ella no volvería a verla con los mismos ojos. Como lo estaba haciendo ahora. Ni siquiera podía tardar más de tres segundos con la mirada fija en aquellos ojos dorados.

Se arrepentía de haber visto el reflejo de ese botón. De no haberlo visto. Tal vez dejaría que la noche continuara. Pero, Taehyung cree que no vio nada. Después de un largo silencio, donde Taehyung no le despegó el ojo, esperando alguna indicación, ella habló.

— No se que hacer, en realidad. —dijo en bajo, con un sonrojo adornando sus mejillas— No te amo —lo ultimó lo dijo en susurro, deseando que él no la escuchara. Pero no fue así.

Fall into temptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora