Dimensión de Ángeles y Demonios.
La división entre el cielo y la tierra es la línea mas marcada que hay. Una línea que nadie debe cruzar.
Pero aquella regla es violada por un Angel que bajo a las oscuridades del infierno y callo en las garras de un...
Envidia: el deseo de obtener algo que posee otra persona y que uno carece. El pecado que le correspondía. El lugar que tomo cuando llegó a la oscuridad. Jimin era Leviatán.
Edith seguía moviéndose entre protestas pidiendo que la soltara. Las quejas y berrinches de ella hacía que Jimin disfrutara mas de la situación.
— Ay nena —Jimin suspiro soltando una pequeña risa en medio comenzando a subir las escaleras.
Taehyung tenía a Daniela sobre su hombro, sujetando sus piernas para que dejara de moverse. Ella le daba codazos en la espalda pero Taehyung ni se inmutaba, lo único que ella consiguió fue hacerlo reir.
— Cariño, todos tus intentos hacen que quiera probarte mas —dijo Jimin cuando Edith empezó a golpear la espalda de él. Como resultado, Jimin poso su mano libre sobre las piernas de ella, dando unas suave palmadas aun sobre el vestido blanco.
— ¡Quita tu sucia mano! —Edith comenzó a agitar sus piernas para que la soltara, ¡Cochino! Pensó negando muchas veces.
— ¿Y si no quiero? —por unos momentos ella se calmó al dejar de sentir el tacto en sus piernas. Pero la calma no duro mucho.
— ¡Oye como te atreves a hacer eso! —dijo ella dando mas golpes en su espalda cuando sintió la mano de Jimin posarse en el trasero de ella— ¡No me pongas otra mano encima! ¡¿Nunca te enseñaron a respetar a las mujeres?!
Ya estaban caminando por un pasillo con estatuas oscuras pegadas a la pared y uno que otros cuadros. Pasaron junto a unas puertas oscuras sin decoración alguna donde lo único que se lograba escuchar del interior eran quejas y gritos cortados.
— Por si no lo sabes cariño —se mostraron dos pasillo, Jimin tomo el de la izquierda. Taehyung comenzó a caminar hacia la derecha con su ángel aun protestando en su hombro— Aquí no existe la palabra respeto.
Siguieron caminando junto a unas puertas oscuras hasta que él se detuvo frente a una.
— Esta es perfecta —abrió la puerta.
— ¡¿Qué crees que haces?! —Daniela se encogía e intentaba movers sus alas para poder liberarse de aquellas cadenas que la aprisionaban— ¡Sueltame!
Sus manos estaban casi libres, solo tenia las cadenas aprisionándola de la espalda, pecho y los antebrazos. Con esa poca libertad lograba darle golpes a Taehyung.
— ¡Ha! ¿Soltarte? Eso nunca, a lo que tu llamas golpes solo son caricias para mi —dijo él burlándose. Pero eso no impidió que ella continuara buscando soltarse. Debido a eso, Taehyung llevo su mano a la cadera de ella.
— ¡Quita tu mano de ahí! —dio mas golpes y unos cuantos rasguños sobre la ropa de él.
Como respuesta Taehyung soltó un bajo gruñido por las uñas enterradas— veras que esos rasguños ya no los usaras para soltarte primor —pero no desaprovecho para molestarla.
— ¿Qué cosas dices? ¡Ni siquiera pienses en eso!
— Oh claro que lo pienso —abrió una de las puertas y se adentro al cuarto que solo era iluminado por una tenue luz— ¿No te parece linda? Escogí una con vista al jardín muerto.
La dejo sobre la cama y alcanzó una cadena que colgaba de la madera del cabezal. Rebuscó entre el cajón de junto el candado. Daniela aprovecho la oportunidad y lo empujó queriendo salir de la habitación. Solo le faltaban dos pasos y así abriría la puerta.
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