Capítulo 8

355 51 55
                                    


Aunque Jungkook había querido regresar a palacio en medio de la noche, Hoseok había decidido que ya se le hacía tarde y había utilizado la excusa para pasar la noche con Yoongi. Después de todo, era un príncipe bastante peculiar, al que le gustaba bailar y mezclarse con personas de rango inferior, de modo que nadie solía alarmarse por sus ausencias, a no ser que fuese para hacer comentarios maliciosos. 

Ya era de madrugada, y Yoongi y Hoseok estaban durmiendo abrazados, cuando se oyó un llanto desde el cuarto contiguo. Se trataba de Jimin, que lloraba por el dolor de sus heridas, aunque hubiera sido faltar a la verdad decir que no tenía la esperanza de interrumpir lo que fuese que la pareja estuviera haciendo. Yoongi tenía el sueño profundo, y Moonbyul se apareció por la habitación para amenazar con callar a Jimin a golpes si no dejaba de llorar. 

-Ya voy yo. No te preocupes, Byul-dijo Hoseok, frotándose los ojos. 

Besó a Yoongi en la frente, se quitó las sabanas de encima y se dirigió a donde estaba Jimin, llevando consigo las medicinas. 

-¿Te encuentras peor...?-preguntó. 

-No actúes como si te importara como me encuentro-se quejó el joven. 

Hoseok suspiró, hastiado. 

-Aunque claro-continuó Jimin-, tiene que ser más fácil ser generoso y amable cuando tienes todo lo que quieres, ¿no? Ya me has ganado y ahora vienes a restregarme en la cara que...

-Túmbate-le pidió Hoseok. Le levantó la camisa y empezó a aplicar las hierbas de nuevo, con mucha menos delicadeza de la que había mostrado Yoongi-Han pasado años y todavía no puedes entenderlo, ¿verdad? Yoonie me lo ha contado todo. No puedes entender que la vida no se trata de ganar o perder. 

-No me des lecciones, Jung Hoseok. Tu vida siempre ha sido más fácil que la mía...-interrumpió Jimin, antes de dejar escapar un grito a causa del escozor. 

-¿Mi vida ha sido fácil...? No tienes ni idea, Jimin. Si lo ha sido, es porque soy bastante más maduro que tú. Pero no tienes ni idea de mi vida, y tú tienes menos derecho que nadie a decirme eso, porque soy una de esas personas a las que jodiste cuando decidiste que tus celos infantiles eran más importantes que la vida de Yoongi. 

Jimin no replicó, porque sabía perfectamente que Hoseok llevaba razón. 

-¿Qué crees que conseguirías si Yoongi te amara?-prosiguió Hoseok, más serio que nunca-. Déjame que te responda. Nada. No sacarías nada de todo eso, porque seguirías siendo incapaz de amarte a ti mismo. Te odias pero no haces nada por cambiar. Cuando me dices todas esas cosas, ni siquiera puedo enfadarme. Sé que te desahogas conmigo porque es a ti mismo a quién no puedes perdonar. Te metiste en la cama de Agust para salvar a Yoongi y te quedaste ahí porque creíste que era lo que merecías. ¿Y sabes qué es lo peor de todo, Jimin...? No quería decirte esto, pero Yoongi sí que te amaba. Tal y como tú querías que te amara, así. Y tú lo arruinaste. Si yo he "ganado" ha sido porque tú mismo saboteaste todas las posibilidades que tenías. Pero como te digo, no me gusta usar ese término. Yoongi no es un jodido trofeo, sino una persona maravillosa. Por mucho que digas amarlo, no creo que te hayas dado cuenta nunca de lo realmente hermoso, inteligente e increíble que es. 

Jimin quería que se callara. Mientras Hoseok se hacía cargo de sus heridas, el dolor que sentía se había calmado, pero cada una de las palabras del príncipe se le clavaban como dagas en el corazón, porque sabía que eran ciertas. Y pese a ello, seguía siendo consciente del deseo que ardía dentro de él por besar a Yoongi. Seguía siendo consciente de que aún lo haría si se le presentaba la oportunidad.

The king and the dancerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora