The king and the dancer

Capítulo 19

(TW: Mención de abuso, violencia, muerte)

El palacio de Agust D no era demasiado seguro por definición. No fue necesario forzar la cerradura ni utilizar ningún ariete para penetrar en el interior de la fortaleza. Hoseok solía llevar la llave colgada de una de sus orejas a modo de pendiente, así que Yoongi abrió y los hombres de Hyejin entraron tan silenciosamente como pudieron. Solo una vez hubieron entrado se desataron el caos y el desorden.

Al principio, fue fácil. Solo había dos guardias en la entrada, y ellos los superaban en número, con mucho. Sin embargo, uno de ellos tuvo tiempo de gritar antes de que la princesa Hyejin le clavase una daga en el pecho, y el ejército personal de la familia real no tardó demasiado en dispersarse por el edificio.

Hyejin y Yoongi bajaron a los calabozos aprovechando la confusión, con la intención de liberar a los prisioneros y, si estaban en forma, quizá también unirlos a sus filas. Ingenuamente, no habían caído en la cuenta de que solía haber guardias allí abajo. Changkyun, uno de los mejores hombres de Agust, estaba allí abajo, y no estaba solo. El lugar era frío, oscuro e insalubre. 

Yoongi o su compañera iban a tener que arrebatarles las llaves a los guardias, de una manera u otra. Se lanzaron contra ellos sin pensarlo demasiado, sin dar tregua. Eran superados en número. Dos de los guardias se enfrentaron a Hyejin, que se mantuvo en pie como pudo, esquivando cada golpe de espada, mientras trataba de contraatacar. Si Yoongi hubiese tenido tiempo para fijarse en ella, se habría quedado admirado de su habilidad, en especial teniendo en cuenta que a las mujeres no solían enseñarles el arte de la lucha. 

Quizá con cualquier otro, el truco hubiese funcionado, pero no con Im Changkyun. Changkyun no confundió a Yoongi con Agust, a pesar de su parecido y de su nuevo tinte de pelo. Lo llevaba más corto, tenía una expresión muy distinta y una fea cicatriz en el cuello. El hombre dirigió sus ataques hacia aquel último punto.

Mientras Yoongi forcejeaba con él y se las arreglaba para esquivar sus golpes, buscando una debilidad para arremeter contra él, Hyejin caía al suelo, después de haber sido atravesada por la espalda. Estaba tendida sobre su propia sangre, apenas consciente. Vivía aún, pero no por mucho tiempo. Había conseguido llevarse consigo a uno de sus contrincantes, que yacía junto a ella con un tajo en el costado y otro en el pecho. 

Yoongi quería avanzar hacia ella, sostener su mano por última vez y darle las gracias. Pero tenía que mantenerse vivo, y había dos hombres más corpulentos y experimentados que él que lo tenían en su campo de visión en aquel momento. 

Le hizo un placaje a uno de ellos con su pequeño cuerpo, pero no logró hacerlo caer. El tipo perdió el equilibrio durante un segundo, más se mantuvo en pie sin dificultad. Todo estaba oscuro, y él se sentía aturdido y perdido. ¿Podía ser aquel su último momento? Así, en medio del frío y de aquellos dos hostiles desconocidos...en lugar de la calidez de los dos chicos que amaba...

Escuchó un ruido metálico en el suelo. Levantó su espada e hizo lo que pudo, a pesar de que no tenía ojos en la nuca y los que tenía apenas le resultaban útiles en medio de toda aquella bruma. Fue entonces cuando notó una presencia inesperada. Rogó internamente porque no se tratase de otro enemigo, y trató de aguantar a pesar de las heridas que se le habían abierto en uno de sus hombros y en la zona abdominal.

En un abrir y cerrar de ojos, alguien le cortó la cabeza a Changkyun delante de sus narices. Cuando el cuerpo de este cayó pesadamente sobre el suelo, abrió paso a uno de los prisioneros, que debía de haber escapado cuando al otro guardia se le habían caído las llaves al suelo al trastabillar por el ataque de Yoongi. Yoongi no fue capaz de identificarle, porque la luz de la estancia era demasiado tenue.