Capítulo 12

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Moonbyul estaba casi tan desanimada como sus compañeros, a pesar de que nunca había sido especialmente cercana a Jungkook. Ver a alguien habitualmente tan lleno de energía como Jung Hoseok decaído y silencioso podía con ella, sobre todo teniendo en cuenta que Yoongi tampoco levantaba cabeza. Ni siquiera Namjoon sonreía desde que habían abandonado la ciudad...

La joven decidió que trataría de despejarse dando un paseo por los corredores de palacio, pues por lo menos ella sí se encontraba con las fuerzas necesarias.  La atmósfera que reinaba en la corte de la princesa Hyejin era radicalmente distinta a la que Moonbyul había conocido hasta entonces. Se respiraba una cierta paz, pese al aire de derrota que ella y sus compañeros habían traído consigo. 

No era de extrañar, pues Hyejin no era solo noble de sangre, si no también de corazón. Incluso de ser verdad los rumores que la ubicaban como la seductora Hwasa, bailarina en locales nocturnos, tenía mil veces más honor que el rey Agust. No cabía duda de eso. Pero era la sociedad en la que le había tocado vivir, reflexionó Byul. Una mujer que se acostara con un hombre sin estar casada con él era considerada más indigna que un hombre que matara a su esposa. Era triste, pero no podía cambiar esa noción, arraigada desde hacía siglos. 

Dando vueltas por el castillo, la joven curandera llegó a una zona menos transitada del mismo. Oyó unos quejidos detrás de una puerta y no pudo evitar que la curiosidad venciera al sentido común, así que la abrió...

No estaba preparada para lo que descubrió. 

Había una joven envuelta en unas sábanas, ojerosa, pálida, con el tono de piel macilento, cetrino, casi amarillo. Tenía la frente cubierta de sudor y no dejaba de gemir y lloriquear. Sus rasgos estaban tan hinchados que apenas era capaz de abrir los ojos. Resultaba evidente que estaba muy enferma. 

Moonbyul tardó un par de minutos en reconocerla, incluso después de haberla observado con detenimiento. 

¿Cómo podía ser aquella muchacha que parecía hallarse al borde de la muerte...? ¿Cómo podía ser ella su preciosa Yongsun...? 

La chica a la que había amado, con un cuerpo ágil y menudo, con aquella sonrisa contagiosa... Tan llena de vida, de amor... Moonbyul no podía creerse que, después de tantos años, la había encontrado de nuevo...¡y en qué estado! 

Byul quería llorar. 

No sabía si lo que tenía era contagioso, pero tampoco le importó. Se acercó a ella, cautelosamente. Yongsun la miró a los ojos y su llanto cesó. La miró, pero no la vio. Byul se contuvo para no echarse a llorar también, para no derribar la fachada de fuerza a la que tanto se aferraba desde que la había perdido. 

-Vida mía...¿no sabes quién soy...?

Yongsun la miró, confusa. 

-¿By...Byul...?-aventuró, por fin, con un hilo de voz-...Byul, ¿estoy soñando o algo así? Ya estoy muerta...Me...me duele mucho...

-No, mi amor, no digas eso...Ya sé que te duele...Pero vas a estar bien...Yo te curaré, te lo prometo. Eres mi sol, no puedes apagarte...No puedes, pequeña...No voy a dejar que...

Moonbyul era curandera de oficio, y conocía muchos remedios. Había sanado con éxito a personas que se consideraban casos perdidos...pero en aquel momento era ella quién se sentía perdida. No sabía que le pasaba a Yongsun, y no sabía si podría remediar su estado. Y eso iba a matarla a ella también. 

The king and the dancerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora