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Sin duda alguna, el cine es uno de los principales medios de entretenimiento, sentir la emoción de imaginar lo que pasa en un mundo irreal, esperar a que el héroe salve la ciudad, poder recordar aquellos escenarios de hechos reales, o simplemente disfrutar de un drama romántico o algún evento criminal.

Yo amaba el cine.

No solo ver las obras maestras de directores reconocidos, el hecho de estar detrás de toda la creación de estos increíbles mundos, era lo mejor para mí.

Y por eso era que, siempre que se iniciaba una nueva grabación para una nueva película o serie, siempre era el primero en alegrarse.

Cómo ahora.

Me encontraba en mi estudio dónde termino siempre algunos detalles de las películas, y había recibido un correo de solicitud para trabajar en una nueva película.

"Herencia de Sangre".

Ya había leído la trama de esta junto con el correo, incluyendo a los actores que estarían dándole vida al libreto.

Y los dos estelares, como siempre, tenían que ser un hombre y una mujer, sinceramente prefiero trabajar con películas que entran en la clasificación LGBT, cada vez es más cansado que sigan la misma trama, el mismo final, y las mismas características para los personajes.

Cómo quiera, solo conozco a la actriz de rostro.

Más que nada, se debe a que el estelar hombre es alemán al parecer, he oído de él pero jamás había tenido la oportunidad de conocerlo o verlo en alguna cinta cinematográfica. Kent Schell.

Y los demás actores, ya había trabajado con ellos con anterioridad en otros proyectos, así que no sería mucha novedad, solo uno de ellos no era de mi total agrado. Pero siempre es curioso ver al casting que elegían.

—¡Gian!— escuché el grito de mi hermano desde abajo —¡Creo que alguien tiró la fruta del frutero!

Suspiré negando, para responder con el mismo tono de voz.

—¡¿Y no piensas levantarla?!.

Hubo un silencio de aproximadamente uno cinco segundos, y la voz del chico de veinte años volvió a mis oídos.

—¡Buena idea!

Cerré la laptop para levantarme e ir a la ducha, supuestamente debía ir ahora al estudio para conocer a los actores y mostrarles varias modalidades de nuestra casa productora.

Mientras iba al baño, empecé buscando quién era Kent Schell

Actor.

Alemán.

Veintisiete años.

Y el maldito dios de la sensualidad.

Mis ojos estaban atónitos por las imágenes que había encontrado, me habían dicho que este actor era bien parecido, pero no me dijeron que tanto.

Claramente había muchas fotos bien producidas de él, y en todas se resaltaban sus ojos avellana, acompañados de un cabello rubio oscuro, una barba stubble muy fina.

Y todo eso hacía una combinación perfecta en su rostro, uno bien marcado parecía un auténtico dios griego, y eso que solo hablo del rostro. Su cuerpo era físicamente deslumbrante, en algunas otras fotos con otros actores, se ve que es muy alto, seguramente si tenía tiempo de ver un poco de sus proyectos, iban a ser cintas muy bien hechas.

Pero, no todo es como lo pintan, la mayoría de las veces, las estrellas de cine son personas muy diferente a lo que muestran en pantallas, y quizá él no sería la excepción.

Detrás de la Pantalla (O'Conner #2/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora