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Gian O'Conner

La primera semana de grabaciones había sido relativamente un éxito, la historia que se estaba desarrollando, más la producción y por supuesto, el empeño de los actores, la estaban convirtiendo en un rodaje realmente bueno.

Frente a cámaras, los actores tomaban un papel de un género nada romántico, todo era misterio más que otra cosa, la película tampoco iba a tener una larga duración, y si seguíamos a este paso, en menos de dos meses tendríamos las grabaciones listas.

Lo único que faltaría por hacer, eran los arreglos, y ahí era donde entraba yo junto con otros compañeros de efectos especiales.

Se supone, que yo ni siquiera debería estar aquí en grabaciones, pues realmente no tenía nada qué aportar.

Pero hay dos sencillas razones por las que siempre estoy en ellas:

La primera y más importante, tengo permisos del director en venir, sabe que solo estoy aquí para observar y ayudar, yo mismo había solicitado ese permiso, por el hecho de que me fascinaba ver a los actores trabajar.

Y segunda, ya era más considerado el asistente de los actores de cualquier otra cosa. Cuando se trataba de Vince, Mitch y Drew, no me molestaba, al contrario, me alegraba pasar el rato con ellos.

El problema entraba cuando Kent era quién me llamaba, y era tedioso, porque la mayor parte del tiempo solo me hacía ir por cosas para él que al final rechazaba, y cuando pensaba dárselas a alguien más, era el primero en robarme las cosas.

Sé que lo hace por molestar y aumentar su narcisismo, no es el primero, ¡¿Pero por qué conmigo?!

Todo era confuso, con todo el personal y sus compañeros, parecía la persona más amable y carismática, pero conmigo, era solo un engreído.

Y ahí iba yo, con un sándwich en la mano, caminando al camerino K. S.

—Y más te vale no enojarte por "invadir tu privacidad"— dije detrás de la puerta.

Yo mismo me dejé entrar al camerino, ya ni siquiera me molestaba o me parecía ver raro ver a Kent sentado en su silla con un semblante pensativo.

—Aquí está tu...— me corregí con sarcasmo —su comida.

Me miró atento, luego señaló una pequeña mesa. —Déjalo ahí.

—¡Ya estoy harto de que solo me uses para...!— grité, pensando en lo que él iba a responder, luego analicé —espera, ¿Qué dijiste?

—Que lo dejes ahí, sobre la mesa, ¿Necesitas que lo repita?— volvió a mencionar con autoridad.

Balbucé. —Eh, no, yo solo... olvídalo, creí que volverías a rechazar lo que traigo por ti.

Se levantó y se acercó a mi son sigilo, su forma de caminar era demasiado imponente para ser humano, y di un pequeño salto cuando sus manos arrebataron el plato que cargaban las mías.

—Soy humano, también me da hambre— dijo con obviedad y regresó a su asiento para degustar su comida.

No eres mi humano favorito precisamente.

Mi naturaleza de trabajador de menor importancia, sería simplemente retirarme. Pero para mí, yo merecía el mismo trato respetuoso que los demás. Así que solo me quedé parado de brazos cruzados, esperando que dijera lo que quería oír.

—Ya puedes irte— dijo él antes de dar una mordida.

Me quedé ahí parado, esperando.

Empezó a masticar en silencio, dando vueltitas en su silla, y al mismo tiempo, veía su sándwich, asintiendo. Se veía que lo disfrutaba.

Detrás de la Pantalla (O'Conner #2/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora