13. ¡Una venganza personal!

477 46 33
                                    

- A.. así que viniste por mí, a hacer cosas con mi cuerpo, tan solo pensarlo... Ahh - Dice Darkness.

- No he venido por ti sucia humana

- ¿S... Sucia...? - Dice Darkness, excitándose aun mas.

- Una de ustedes humanas asquerosas, una de ustedes asesinó a mi hermana Wolbach. Los goblin me lo dijeron cuando los torturé, fue una maldita con ojos color carmesí

En ese momento, Megumin sintió el verdadero terror.

- ¡Vamos malditas perras! Si no me dicen la verdad las descuartizaré aquí mismo

- ¡Oye! N.. no te da pena tratar así a unas hermosas doncellas como nosotras - Dice Megumin, tratando de desviar la atención del  asunto.

- A mi, tonterías como esa me valen una mierda, así que díganme la verdad

...

...

...

- Fu.. fui yo, deja que mis amigas se vayan - Dice Yunyun, aunque temerosa, el querer salvar a sus compañeras la impulso a decir esto.

- Tienes valor chica... Te creo, así que enfrentame cara a cara, demuestrame el poder que mato a Wolbach, no lastimaré a tus amigas si cumples, palabra de demonio

__Mientras tanto, a las afueras de la ciudad__ 

- Wiz-san, voy a dar una vuelta, no me tardo

- P.. pero, Aqua-sama, Vanir-san dijo que nos quedaramos aquí

- ¿¡Y porqué tengo que obedecer a un sucio demonio como el!? Soy una diosa, una diosa ¿sabes? Estaré bien Wiz-san - Respondió Aqua, alejándose del lugar con rumbo a la ciudad.

__De vuelta con Yunyun__

La maga carmesí empezó a usar todo el conjunto de hechizos que conocía, sin embargo, no parecían afectar al peli morado en lo mínimo.

Los hechizos que antes habían funcionado incontables veces contra los esbirros del Rey Demonio  en el mundo humano, incluso contra las orcas que intentaron violar a Kazuma aquella vez, eran incapaces de atravesar la piel de hierro del demonio. A pesar de ser una maga carmesí, una humana modificada, simplemente no podía; los demonios en su tierra natal son tan poderosos, ni el límite humano es capaz de alcanzarlos...

Tras conjurar hechizos de fuego y rayo, hechizos que fácilmente habrían acabado con hordas de goblins en la aldea carmesí, Anakin estaba ahí, como si nada, nada mas sus ropas sucias por el polvo.

Si los demonios en la tierra fueran así de poderosos, la humanidad habría caído hace milenios.

- Esto ya se está poniendo aburrido,  creo que es mi turno - Dice Anakin, caminando lentamente hacia Yunyun, tronando sus manos.

Cuando el lanza su ataque, la paladín rubia hace un movimiento, deteniendo al peli morado con sus manos.

- Vaya, pero qué tenemos aquí. Al principio pensé que solo eras una masoquista sin sentido, pero parece que eres resistente, más que muchos demonios a los que he matado

La paladín había detenido el ataque, sin embargo, su cuerpo tenía un gran rasguño marcado. Para sorpresa del demonio, más que dolor, la rubia estaba jadeando de placer, esto lo dejó desconcertado, ya que estaba acostumbrado a que sus víctimas tuvieran una mirada de terror, no algo como esto.

En ese momento, una batalla empezó entre el demonio y la paladín, la cual se movía y luchaba casi a la par del demonio, motivada por el dolor de sus heridas, al mismo tiempo, causándole una que otra herida leve al demonio; esto cuando tenía la oportunidad de atacar y acertar los cortes de su espada. Pero, justo cuando se pensaba que la batalla iría a favor de la paladín, algo inesperado sucedió...

- Acepto que eres fuerte, pero eres demasiado lenta, lo siento, pero si no puedes alcanzarme también en velocidad, no tiene más sentido alargar esta batalla - Dijo el demonio, dando un movimiento casi a la velocidad de la luz, siendo este imperceptible para los ojos humanos.

Sin previo aviso, apareció detrás de Darkness, dándole un golpe en la nuca con su mano, dejándola inconsciente.

- Diste buena batalla paladín, así que una muerte rápida, es tu recompena - Dice, preparando sus garras para arrancarle la cabeza a la rubia, no obstante, otro hecho inesperado volvió a ocurrir.

- ¡EXPLOOOSION! - Dijo una maga a lo lejos, había sido ignorada todo este tiempo, lo que le dió la oportunidad de recitar su conjuro en voz baja.

La explosión sacudió todo el lugar, dejando un cráter gigantesco en la ciudad misma, despertando a todo el pueblo. La misma, lanzó a Darkness volando por los aires, solo su increible resistencia le permitió sobrevivir a tal evento.

Megumin, cayó al suelo satisfecha, por fin, su explosión había salvado el día, ahora ella era la heroína, o, eso pensó ella...

-Vaya, eso no estuvo nada mal, si no hubiera evadido ese ataque, tal vez me habría matado

- ... - Megumin, ya en el suelo y agotada, levanta la mirada en total horror, su magistral explosión de la cual se sentía orgullosa, no había hecho ningún efecto, más que levantar polvo y lanzar a Darkness por los aires.

Yunyun, la cual se encontraba a unos metros, tampoco lo podía creer, la famosa explosión de Megumin fue en vano; y tras del colmo, ahora estaba en el piso sin hacer nada, como toda una inútil.

- Ahora me doy cuenta, ¡eres tú! ¡La maldita que asesinó a Wolbach! Incluso, utilizas su mismo hechizo de explosión, ¡maldita perra!

Oh, ¿¡Ahora quién podrá salvar a Megumin!? ¿¡Quién!?...

Continuará...

Konosuba: El sacrificio de la DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora