Oneshots Volkacio

Day 1: Primer beso

-¿Volkov, puedo besarte? -preguntó de sopetón, en medio de los camarines. Estaban a solas y Volkov terminaba de abotonarse la camisa. El ruso se quedó inmóvil, incrédulo de lo que el subinspector acababa de decir.

-¿Disculpe?

-¿Puedo besarte? -repitió entre risas. Le encantaba descolocar de esa manera al estricto comisario Volkov.

-¿Besarme? -respondió con una risa irónica. -Sí que es atrevido, subinspector Dan. ¿Con cuántas personas le ha funcionado esa técnica de coqueteo? -dijo mientras cerraba la taquilla y se volteaba para ver al subinspector. No era un mal agente, en realidad era uno de los mejores, tan solo por ello le permitía juguetear con él de esa forma.

-Pues... En el lugar correcto, con todas. -dijo al levantarse y acercarse al comisario. -Hay lugares y personas que prefieren ser directas con sus sentimientos o deseos... -notó la tensión en el ruso. -¿Qué me dices, Volkov... nos besamos?

-Así que es del tipo que va a liberar sus deseos con cualquier persona y en cualquier lugar. -intentó apartarse del subinspector.

-Solo si la otra persona quiere... -respondió con una risa. -¿Usted quiere?

-Ahora mismo no me apetece, la verdad. No me gusta intimar con personas que... bueno, lo hacen tan fácilmente. -se sorprendió al notar que el comisario había utilizado la palabra "intimar". No pudo evitar sonreír. -Si me prueba que durante una semana no ha hecho nada con nadie, entonces lo pensaré.

En cuanto Volkov dejó los camarines, sintió que las piernas le temblaban. Acababa de coquetear con el ruso, pidiéndole que se besaran, y el comisario había accedido a hacerlo solo si dejaba de tener encuentros fortuitos durante una semana, y si era capaz de probarlo... No era tan difícil, pensó. Cuando notó que le gustaba el ruso dejó esos pasos de la vida fácil, pero después de que le rechazó volvió a caer en ese tipo de vicios... ¿Qué tan complicado era aguantarse las ganas por una semana?

Fue difícil, más de lo que creyó. No era suficiente con manosearse mientras pensaba en el comisario, siempre quedaba con la sensación de querer un poco más. Fue difícil, y por momentos estuvo a punto de dejarlo, pero finalmente lo logró. Al cumplir la semana, volvió a calzar al comisario en los camarines, a solas.

-¿Y cuál es la prueba? -preguntó frío, incrédulo, y con razón.

-Pues... -realmente no tenía cómo probarlo. -Somos hombres de palabra, ¿no?

Silencio.

Volkov dio un profundo suspiro.

-Quítese la máscara.

-Solo puedo subirla un poco... Órdenes del Super. -dijo mientras dejaba al descubierto su mentón, con una muy bien recortada barba, y sus labios.

-Me halaga que haya practicado la abstinencia por una semana por mí. -dijo al acercarse al agente. Dan era un poco más bajo que él, tan solo un par de centímetros. Se acercó un poco más y le besó, con suavidad, sobre la comisura de sus labios. -Promesa cumplida.