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Hoy despertó como todos los días, con ganas de simplemente quedarse en su cama a dormir hasta que llegue medio día. Pero lamentablemente para él tendría que ir a su trabajo, llenó de estrés como siempre.

Bakugo katsuki era un joven alfa que simplemente odiaba su trabajo. Y solo trabajaba en esa empresa para ayudar a su padre y porque ganaba bien, si no de lo contrario ya estaría haciendo lo que de verdad le gustaba.

Fue al baño a darse una ducha y luego fue a vestirse, con un pantalón de vestir negro, una camisa blanca y una corbata negra, eso era lo máximo que podía y quería ponerse. Desayuno y fue a recoger su maletín.

Fue a su auto y se subió dispuesto a encenderlo.

El es el heredero de la gran empresa de la familia bakugo. Muy joven tomo la gran responsabilidad de dirigir todo una empresa, pues por temas de salud su padre lo dejo a cargo, pero claro ayudándole los primeros años. Pues aunque sea muy inteligente no era un dios como para hacerlo todo él solo los primeros días.

Era un alfa echo y derecho, aunque también muy orgulloso y tosco. Alto, y musculoso. Era como un dios griego. En la secundaria era muy popular por lo dicho, todos los omegas, algún que otro beta y hasta incluso alfas morían por él. Aunque a él no le importaba la popularidad, eso era muy estúpido y sin sentido.

Iba de camino a su empresa, cuando se le cruzó algo por la mente -que estará haciendo el chico del otro días? -espera... ¿Por qué estaba pensando en él?. Sacó rápidamente eso de su cabeza y siguió su camino.

Cuando llegó fue recibido por su asistente ashido y autodenominada amiga.

—¿Como estás bakugo?—pregunto alegre como siempre, dios bakugo siempre se preguntaba como demonios esa chica podía ser tan alegre siempre, algunas veces le molestaba que sea tan feliz.

—Como siempre ashido—ashido se sorprendió pues siempre que preguntaba eso el rubio cenizo le mandaba a la mierda o le miraba con mala cara.

—Wow que te paso como para no gritarme que me vaya a la mierda—dijo sorprendida.

—Tch que te importa—dicho eso entro en su oficina.

Hoy era como todos los días, la misma rutina una y otra vez, ya estaba cansado de eso. Fue a su escritorio y sacó todos los documentos, papeles y cosas importantes.

No paso mucho tiempo cuando tocaron su puerta. Dio la orden de pasar y se abrió la puerta lentamente mostrando unos pelos rojos y puntiagudos.

—Bakubro ¿que haces?—pregunto con una sonrisa puntiaguda como era característico de él.

—¿Que no ves o estas ciego pelos de mierda?—hoy estaba de muy malhumor.

—Bueno, bueno, esta bien solo vine a darte esto—le dio unos papeles—tienes que firmarlos—.

—No me digas como hacer mi trabajo, idiota—dijo mirándolo con mala cara.

—Okey ya me voy—expreso dirigiéndose a la puerta.

—Dile a ashido que no deje entrar a nadie, estoy muy ocupado como para tener visitas no deseadas—dijo acomodando los papeles.

—Esta bien—Y sin más se fue. Algunas veces su amigo se portaba de la mierda, pero no podía hacer nada, él era así.

Katsuki leyó todas las hojas, después de ver que todo estaba en orden lo firmó. Y así estuvo gran parte de la mañana y tarde. Hasta que alguien se atrevió a perturbar su paz.

—Dije que no quería a nadie aquí, mierda—levanto la mirada y vio a la persona que menos quería ver—Que mierda quieres aquí—.

—Oh... Nada solo... Quería verte~—era camie, la empleada que más detestaba y más encima no hacía bien su trabajo.

—Ve a hacer tu maldito trabajo envés de perder tu tiempo aquí, recuerda que ya tienes dos faltas, una más y te despido—katsuki estaba ansioso de que ese dia llegara.

—Oh vamos katsuki ¿Que no quieres?—.

—Tch ¡ve a trabajar o te despido camie!—camie se le estaba insinuando ya desde hace un tiempo, pero él nunca le hizo casó, no estaba en lo absoluto interesado en ella.

—Ash esta bien—Y se fue.

Genial, ahora su día se fue a la mierda más de lo que ya estaba. En primer lugar no tuvo que contratarla como su empleada.

Y así estuvo hasta su horario de salida. Hoy más que cansancio físico tenia cansancio mental. Realmente era un poco agotador el ser el jefe de toda una empresa.

Iba en su auto camino a su casa. Pasando por las mismas calles de siempre. Hoy no tenia tiempo ni ganas de cocinar, iría a su restaurante favorito pero supuso que ya estaba cerrado.

Llego a su casa muy cansado, se dirigió a las escaleras y fue a su puerta. Pero una vez más alguien lo detuvo.

—Emm.... Ho-hola katsuki-san—dijo un peliverde muy nervioso.

—Eh? Quequieres—-.

—Bu-bueno yo.... Yo te traje esto por salvarme de ese hombre la otra vez—dijo extendiendo un obentō—No soy muy bueno cocinando... Pero quisiera que lo aceptara—.

—Mmh... Esta bien—genial al fin algo bueno en este dia de mierda, no tendría que cocinar.

—¡En-en serio! Muchas gracias por aceptarlo—dijo con una hermosa sonrisa. Sonrisa que le gusto a bakugo.

—Como sea damelo—dijo para luego el chico dárselo—Gracias supongo—.

Izuku asintió con la cabeza y se despidió del rubió.

Bakugo entro en su casa y fue a dejar su maletín en su lugar y a cambiarse la ropa por una más cómoda.

Aver que tal cocina este chico–pensó dirigiéndose a la cocina por unos hashis. Lo probó y... Estaban decentes, obviamente no mejor que su comida, pero era comestible. Al menos ese chico le ahorro el cocinar.

Comió todo y fue a darse un baño relajante, luego de salir de la ducha se puso un boxer y una camiseta, para al fin ir a dormir y que pase otro dia más.

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Bueno otro capitulo másss!!

Gracias por leer mi historia se los agradezco un montón('^ω^').

No pensé que esta historia tendría apoyo sinceramente jejeje.

Me impresiona que de tantas historias buenísima y con buena trama, leen la mía, en cerio se los agradezco mucho por darme una oportunidad de hacerles pasar al menos cinco minutos de "entretenimiento".

(。>‿‿<。 ) estoy muy contenta.

Chao, chao♡

-tripaloski-

Utsukushii ai (bakudeku-Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora