Las incesantes luces del salón provocaban que el dormilón no pueda descansar bien, sumado a ello, unas voces interrumpían su sueño con largas y horribles carcajadas y gritos. El rubio miró la hora en su celular, la imagen de aquel dibujo que ella le había regalado figuraba como su fondo de pantalla. Los detalles le daban una sensación de orgullo unilateral. Sentía gran admiración hacia su amor. Volvió a mirar la hora, ya que a la primera no había prestado atención; se dio cuenta de que la joven ya tendría que estar en educación física. Se levantó, tenía que retirarla ya que ella aún tenía heridas, según los papeles que su padre realizó, Shu era su tutor. Las voces, que resultaron ser femeninas y muy conocidas para él, se hicieron más fuertes. Decidió quitarse un auricular para prestar un poco de atención a lo que decían, era raro en él, pero un impulso le pedía que lo haga.
—Me siento mal… no debimos hacerlo —le habló una de las chicas—. Si ella muere… seremos expulsadas, no obtendré mi beca, iremos a la cárcel.
— ¡Deja de lloriquear! —gritó la cabecilla del grupo—. ¡Ella se metió con mi chico!
—Pero nos excedimos —le replicó otra—. Ella no puede gritar… va a morir… —Shu la tomó de la camisa.
— ¿De quién hablan? —preguntó en un hilo de voz.
—E-emm... —la chica bajó la mirada.
—De nadie, mi príncipe —la líder le tomó el brazo—. S-solo hablábamos de una novela que vimos, la chica se moría ahogada… —se tapó la boca tan rápido como pudo.
Shu soltó a la joven, miró con enojo a la que había hablado. Se fijó en sus ropas, estaban mojadas, el único lugar donde había agua y moriría ahogada era la piscina. Marcó su número, ella no contestaba. Él le ordenó que lo tuviera cerca… por emergencias. No podría ser tan malo el destino, si es que era él, todos estaban en contra de la persona que tanto le gustaba. ¿Por qué no podía hacer nada? ¿Por qué siempre es tarde? Narumi lo había salvado anteriormente y en el momento justo, ¿Por qué ahora él no podía ser rápido? La amaba y no podía ayudarla. La niña había sido apuñalada por protegerlo de un idiota que buscaba “venganza”. Él debía hacer lo mismo, y ya.
Yuma se había quedado tendido en su banco, no soportaba las clases de básquet, recién habían terminado de usar el predio para poder dejárselo a las mujeres. Tomó su teléfono y miró las millones de notificaciones en las redes sociales. Algo le llamó la atención, todos comentaban un hecho que parecía ser reciente. “Alguien” había sido castigado en la escuela y pertenecía al año 2-D. Levantó su vista a sus compañeros. Todos se estaban llevando sus mochilas. Faltaba Kou, él se saltó la clase de deportes porque no le gustaba “arruinarse las manos”. Pero si le hubiese pasado algo, sus agresores habrían resultado heridos. Giró su cabeza a la derecha, Noihara tampoco estaba, pero seguro que se encontraba en la clase de fútbol o lo que sea. Una compañera entró asustada al salón, buscaba desesperadamente a una persona, se acercó al castaño casi temblando.
—Oye… ¿Sabes algo de Noihara-san? —preguntó haciendo sentir sus nervios.
—Tenía educación física, por lo que sé —contestó reflejando en su mirada la silueta de gelatina de su compañera.
—Em… —se notaba duda en su voz, respiró hondo y decidió decirlo—. Ella no está, su conjunto de deporte tampoco. Pero el celular que tenía se cayó en el pasillo cerca del aula de ciencias.
Yuma se erguió rápidamente, no era posible que ella faltara a clases, quizás el “señorito” la retiró…
—Además, oí a unas chicas de tercero decir que no soportaban a Noihara-san y que tenían que hacer algo… —se detuvo ante el golpe que realizó Yuma contra la mesa.
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Notas Doradas [Diabolik Lovers]
FanfictionAquellas notas eran musicales, eran gramaticales, eran de él y de ella. Ambos se mezclaban entre sentimientos y emociones. "No puedo juzgarme si aquellas palabras llegan a resonar en mi corazón" meditó el rubio acariciando aquel papel.