—¡Listo! Intenta caminar —le dijo Yuuri entregándole su brazo para que ella se apoyara.Apretó la extremidad superior del mayordomo y dio los primeros pasos despacio y luego, con un poco de suerte, apresuró sus pies y comenzó a bailar tomando a su amigo de las manos. Yuuri quedó impresionado, hace cinco minutos estaba sufriendo por sus pies y ahora bailaba mientras reía. ¿Quién en este mundo es así? Ella.
—Ya, ya. Te dañaras si sigues…
—¡¿Por qué están tomados de la mano?! —gritó Kino entrando a la enfermería.
—Porque la señorita quería bailar —contestó despreocupado el caballero, mientras que la joven asentía.
—Me siento traicionado y ultrajado —dijo cayendo al suelo.
—Kino-sama, no creo que ultrajado sea una buena expresión aquí —le respondió y ella volvió a asentir.
—¡No importa! —le tiró una mirada asesina.
—Está quedando en ridículo frente a Noihara-sama —dijo agachando la cabeza.
Kino se levantó rápidamente y le indicó a Yuuri que se fuera del lugar y comparara algo. Se acercó a la joven y la abrazó desprevenida. Ella retrocedió unos pasos, esa sensación de picazón en los hombros. Su cara era inexpresiva. No entendía por qué él la abrazó si no era ni su cumple años, ni su graduación. Quizás estaba preocupado por sus heridas, pero era casi imposible, Kino solo pensaba en él mismo. Aunque también podía ser que sí.
— ¡Eres temeraria! ¡Toda la escuela habla de lo que te sucedió! ¡Pensaste que si te suicidabas te liberarías de mí! —le gritó mientras se apoyaba en la clavícula.
—… —ella apretó sus dientes, efectivamente, pensaba en sí mismo.
—¡Eres tonta también! —siguió y Narumi, por fin molesta, lo empujó para que saliera de encima de ella.
—No se quería suicidar, la querían matar —dijo alguien detrás de ellos.
—Yuma —pronunció la joven mirándolo con los ojos como platos.
—Aparte, ¿Qué crees que haces? ¡Sal de encima! —tomó a Kino del antebrazo y lo sacudió.
—¡Yo solo buscaba a mi prometida…! —miró a quien lo movió y se percató de quien era—. Ah, tu eres el impuro —dijo señalándolo.
—Tsk —respiró profundo y se sentó al lado de la muchacha que seguía acostada—. Si querías estar con tu “novio”, no hubiesen dejado la puerta abierta —ella negó con el dedo índice.
—Jajaja, por ahora no lo somos, pero la convenceré —el de cabello negro se acercó a ella de nuevo—. Naru Naru, hagamos el pacto de sangre —dijo él pasando sus dedos por el cuello de ella.
Narumi se encogió de hombros al no entender de qué hablaba, no sabía qué era eso. Yuma, por otro lado, le pegó un puñetazo en la cabeza a Kino, el idiota lo superaba. La joven no debía saber ni aceptar tal pacto, ya que sería inútil de su parte.
—Vamos a clase. No entiendo nada de física y seguro que me hacen pasar al frente —dijo el más grande levantándose—. Así que tienes que ayudarme —caminó a la salida y ella lo siguió.
—¡No estoy pintado! —tomó de la muñeca a Narumi, pero Yuuri, que había regresado con unos dulces, lo detuvo. Era mejor respetar la privacidad y la responsabilidad de la niña para que ella entendiera.
Tanto Yuma como Narumi salieron de la sala para poder ir a clase, cosa que le parecía extraña a ambos, no eran muy fanáticos de ir a clase en sí. Además, la niña estaba un poco alterada por las cosas que les estaban pasando continuamente.
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Notas Doradas [Diabolik Lovers]
Fiksi PenggemarAquellas notas eran musicales, eran gramaticales, eran de él y de ella. Ambos se mezclaban entre sentimientos y emociones. "No puedo juzgarme si aquellas palabras llegan a resonar en mi corazón" meditó el rubio acariciando aquel papel.