INEXPLICABLE [ꜰᴀɴꜰɪᴄ]

C22 "Mírame"

¿Qué había dicho Camila? ¿Casarse? Era imposible, un acto atroz, no, simplemente no.

Alejandro: eso no es cierto [la miró a los ojos lleno de confusión] estás muy tomada.

Camila: tomada pero no boba Alejandro, lo que te dije es lo que haré [agarró la mano del joven] ¡Vamos Rafa!

Alejandro: ¡Camila! ¡Camila!

Claudia: quieto [lo tomó del brazo] no empeores las cosas, no hagas que te odie.

Alejandro: pero no se puede casar Claudia, no puede.

Claudia: mientras más le digas que no más rápido lo hará, sabes lo terca que es.

Alejandro: ¿y entonces? siento que la pierdo y me quiero volver loco.

Claudia: me da rabia lo que diré pero en el fondo te creo, sé que se aman solo que la mala suerte tocó a su puerta.

Una mala suerte que tomaba cada vez más fuerza en aquella historia, unos corazones dolidos por las acciones del otro. Al salir de aquel lugar fueron a dejar a Claudia y sin dudarlo Rafael llevó a Camila a casa, era como ese guardián que necesitaba en aquellos momentos, un café muy cargado y una cómoda pijama fueron suficientes para llevar a esa mujer dentro de su cómoda cama.

Rafael: ¿Te sientes mejor? [acaricio su mejilla]

Camila: Umju [asintió apenada] se que estoy tomada pero [suspiró buscando valor] todo lo que dije es cierto, no te quiero lastimar ni que sientas que juego contigo, pero quiero intentarlo, no quiero sufrir más.

Rafael: Cami mírame [le sujetó las manos] por sobre todo soy tu amigo y te adoro, hagámoslo pero si en el camino llegas a arrepentirte quiero que me seas honesta ¿está bien?

Camila: gracias [lo tomó del rostro y dejó un rápido beso] ¿apagas la luz cuando sales?

Él solo asintió, Camila deseó en ese momento que se fuera rápido, besar sus labios era una sensación fría, en su mente el dulce sabor de Alejandro, sus labios suaves y esa barba que llegaba a hacerle cosquillas, unas sensaciones que adoraba pero que esa noche quemaban como fuego dentro de sus venas, y esa precisamente esa inquietud la que la empujaba a la locura que iba a cometer, casarse.

La noche fue eterna para ambos, vueltas por toda la cama como si el insomnio les fuera a traer la paz necesaria, pero no era así, el amanecer podía ser mucho peor que un mal sueño...

Casa Buendía - 7:20 a.m

Alejandro: hija no pensé que estarías despierta tan temprano si no tienes clase...

Isabella: Pá es que quería hablar contigo.

Alejandro: te escucho mi amor.

Isabella: pá [bajó el rostro] yo se que mi mamá no nos quiere, yo se que ella se fue con otro hombre.

Alejandro: ¿por qué dices eso hija? [sonó preocupado, él siempre fue muy discreto]

Isabella: porque quiero que se vaya [lloró] quiero a Camila con nosotros pá [lo abrazó] ¿crees que debo hablar con ella?

Alejandro: tranquila mi amor, estas son cosas de adultos pero te prometo que lo resolveremos.

Isabella: perdoname por no decirte nada antes [su llanto no se detenía]

Alejandro: no llores mi cielo, todo está bien [la abrazó fuerte] eres muy valiente en decirme eso.

Isabella: te amo pá y quiero que seamos una familia [secó sus lágrimas] te acompaño al auto.