C24 "Bienvenido"

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Camila sentía un remolino en su cuerpo luego de aquella amenaza, respiró profundo y abrió con cuidado la puerta de la habitación...

Camila: ¿puedo pasar? [Dijo escondida en la puerta con una sonrisa traviesa]

Alejandro: si no eres tú, no quiero a nadie.

Camila: acabo de hablar con el médico y mañana te dan de alta.

Alejandro: Ven.. [extendió su mano] ¿y esa carita?

Camila: Ay Alejandro es qué... [suspiró y prefirió callar] nada, sólo que cuando regreses a tu casa mis niños me dejarán de nuevo.

Alejandro: entonces ven con nosotros mi amor, te necesitamos [propuso emocionado]

Camila: Estás loco no soporto ver a... [rodó los ojos]

Alejandro: ¿y si me voy con ustedes? [sonrió enamorado] mientras me recupero.

Camila: ¿y quien le dijo a usted que yo lo quiero cerca? [alzó una ceja pícara]

Alejandro: me lo dijeron tus ojos que no saben mentir.

Camila: ¿Ah si? [se acercó a él] recuerde Sr. Buendía que yo no soy nada suyo, así que no creo conveniente que usted venga a mi casa.

Alejandro: Claro que eres algo mío [en un rápido movimiento la agarró de la cintura] eres mi mujer, mi hermosa y sensual mujer [su mano bajó peligrosa]

Camila: yo no soy mujer de nadie [susurró en su oído mientras dejaba una leve mordida en el cuello que lo estremeció]

Ella lo enloquecía, lo sacaba del mundo en el momento que le daba la gana y hacía con él lo que nadie jamás pudo, lo manejaba a su antojo, la adoraba, y por supuesto ella a él, pero debía hacerlo sufrir un poco, su vida desde que lo conoció había sido un constante subir y bajar de emociones, vivió en semanas lo que no hizo en años y eso la aterraba. 

Con evasivas a donde iria al salir quedó aquella tarde, ella se fue y solo le regaló un rápido beso en la mejilla que lo dejó ansioso.

Al siguiente día todo estaba listo para darle al fin salida de ese lugar donde su vida cobró sentido, pero nadie apareció, solo su chofer; Alejandro sintió una punzada en su corazón pues ahí esperaba verla a ella, pero no, jamás apareció. El médico hablaba y daba las recomendaciones necesarias, cero esfuerzos, ejercicios, aún estaba algo débil; pero él no le prestó la más mínima atención, su cabeza estaba en la ausencia tan notoria. Entró con ayuda al auto en absoluto silencio, uno que se rompería cuando se dio cuenta que su destino no era el correcto.

Alejandro: ¿por qué tomamos esta calle? [preguntó serio]

Chofer: me dijeron que primero pasara por los niños al departamento de la Sra. Portillo.

Alejandro solo asintió, le parecía muy extraño y aunque moría por ver a sus hijos se seguía preguntando porque Camila lo abandonó de esa forma. Tal como se lo ordenaron el chofer ingresó al sótano donde se encontraban los estacionamientos y Claudia los esperaba ahí...

Claudia: que gusto saber que estás bien Alejandro, Camila no está y los niños aún no terminaban la tarea ¿quieres subir un momento?

Alejandro: no es necesario [dijo sin ánimos] yo espero aquí...

... Pero Claudia insistió tanto que al fin con la ayuda del chofer bajó del auto y subió hasta el departamento donde su corazón volvería a palpitar lleno de vida.

INEXPLICABLE [ꜰᴀɴꜰɪᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora