C1 "La admiro"

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Corriendo como siempre, llena de ansias, inundada de compromisos, pero con buena energía donde pisaba, estaba ella, Camila; hermosa rubia con unos ojos claros que mostraban al mundo su imparable espíritu, una bella dama que iba a toda velocidad por los pasillos de aquel centro comercial donde llegaba 15 minutos tarde a una importante cita, su nuevo proyecto, uno que tal vez sería el más especial de su vida, pero claro, ni lo sospechaba...

Camila: siento tanto la demora, gracias por esperarme [sonrió mientras se sentaba]

Claudia: tranquila Cami [le guiñó un ojo] ya tengo todo agendado con Ana.

Ana: no pasa nada querida podría esperar horas, estoy feliz que pudiste atenderme.

Camila: y yo muy intrigada [levantó acusadora la ceja] ¿compromiso y matrimonio casi junto? ¿Regalo en camino?

Ana: ¡Ay no no! Nada que ver [suspiró] con los niñitos de mi novio basta y sobra [rodó los ojos]

Camila: ósea que el novio viene con premio.

Ana: viene con dinero querida [sonrió satisfecha] ya después resolveré lo demás ahora lo que quiero es un festejo enorme para ambos eventos, tú eres la mejor en eso.

Claudia: y lo tendrás te lo aseguro. Primera novia que nos deja todo tan claro [señaló su libreta mirando a Camila]

Camila: cuanto me alegro por eso, en cuanto al presupuesto...

Ana: Por eso ni te preocupes [interrumpió] cuando digo que quiero algo a lo grande es a lo grande, él me complace en lo que le pida [sonrió cínicamente]

Camila: no se diga más. Un brindis por más novios así...

Ana: me encantaría, pero me está esperando para comer y si llego tarde no quieren ni saber [sonrió levantándose] nos vemos mañana entonces querida.

Camila miró algo confundida a Claudia, su socia y mejor amiga ¿cómo que mañana? Pero esta solo asintió en un gesto sonriente de disimulo mientras daba un ligero empujón por debajo de la mesa.

Camila: claro [se despidió con un beso en la mejilla] no lo hagas esperar.

La joven y alta trigueña se retiró dejando a sus dos organizadoras a punto de probar el vino que ordenaron para celebrar el evento.

Claudia: salud por uno de los mejores eventos del año.

Camila: ese hombre debe estar muy enamorado o ser muy tonto [negó] ¡Ay como el último de la playa, que horror! Por cierto ¿cómo está eso de mañana?

Claudia: ni me recuerdes a ese tipo [rodó los ojos con fastidio] mañana vas a conocer el lugar y supongo que, al flamante novio, escucha esto [agarró la libreta para leer las notas] que Camila supervise personalmente cada detalle, debe anunciar el compromiso en toda la presa, sección alejada para los niños, que se encargué del traje del novio, bla, bla, bla...

Camila: ¿hasta del traje? [dio una carcajada] ¿no quiere también que me vaya con él a la luna de miel? Ese presupuesto se le va por los cielos.

Claudia: él mi complici en tidi [hablaba burlona] esa mujer me cayó en la punta del hígado, pero será un gran evento "querida"

Camila: Ay a mí no me cayó tan mal, ojalá el tipo sea buena onda porque luego hay unos ¿sabes por qué tarde? Un imbécil agarró mi estacionamiento [negó]

Claudia: Pero ¿estaba guapo? [dijo cómplice]

Camilia: divino Clau [se mordió el labio], pero se veía mega amargado [dio un sorbo de vino] ¡Ay! Hablando de guapo, voy a llamar a Rafael.

Claudia: ¿el de la Florería? ¿Estás saliendo con él?

Camila: solo a cenar [sonrió pícara] es el único que ha entendido lo que es salida a divertirse, nada de llamadas al día siguiente esperando otra cita.

Claudia: ¿cómo Carlos? [la miró acusadora]

Camila: como Carlos [rodó los ojos] una cena y ya quería hasta hijos [arrugó la cara] oye, por cierto, más puede el dinero que los regalitos con lo que viene el novio, jamás me casaría y menos que venga en combo, admiro a esa mujer...

Claudia: ¿admirarla por cínica? [alzó una ceja]

Camila: cínica o no nadie se aguantaría todo el paquete ¿o si? por lo menos no yo, mi libertad no me la quitaría ni la fortuna más grande del mundo, ni el hombre más guapo. Si, definitivamente la admiro.

¿Cómo no hacerlo? Sin duda era increíble, y es que no solo era unir su vida al hombre sino a los hijos, para ella, Ana estaba complemente loca, por eso le daría el mejor evento... 

Lo qué jamás se imaginó es que ese hombre a parte de los hijos, cargaba una historia y un mal carácter que podían poner su mundo de cabeza, un mundo que hasta ahora era perfecto, a su modo, se divertía cuando quería; desde muy joven buscó la independencia, su carácter jovial y eterna sonrisa hacía que todos cayeran a sus pies al instante, todos menos él, quién no estaba convencido de gastar absurdamente dinero en dos eventos tan seguidos, es que hasta la prensa ¿En serio? pero no tenia ni tiempo ni ganas de llevar la contraria.

Ana: ya gordito préstame atención.

Alejandro: Ana estoy trabajando, envío este correo y conversamos.

Ana: Ay siempre es lo mismo. Igual te voy contando [sonrió] ya está todo listo con Camila, no sabes, es tan simpática. Se encargará de todas las cosas hasta de tus trajes porque supongo que tampoco tendrás tiempo para eso [rodó los ojos]

Alejandro: Umju [asintió sin mirarla]

Ana: ya tengo los paquetes de la luna de miel.

Alejandro: recuerda que no puedo salir mucho tiempo y dejar solo a los niños.

Ana: pero gordi....

Alejandro: no hay peros Ana, tienes la boda que quieres, pero no me iré más de 3 días, ya lo hablamos.

Para un hombre que siempre estaba metido de cabeza en el trabajo ausentarse muchos días no era opción y menos dejar solos a sus dos hijos, Isabella de 11 años y Víctor, un pequeñín de 5, eran su vida, aunque darle todo lo material que necesitaban para él siempre fue suficiente ¡Que equivocado estaba!

Ana: mañana Camila ira a la casa, espero que estés ahí [tomó su mano]

Alejandro: no se si pueda estar Ana, resuelve todo tú.

Ana: por fa gordito [con ojitos regañados] hazlo por mí, solo para que la conozcas, falta muy poco para todo, dime que sí.

Alejandro: esta bien, me dices la hora y trataré de estar a tiempo.

Ana: Ay te amo [besó su mejilla emocionada]

Él solo dio una sonrisa y siguió su comida, no había ni rastros de emoción en su cara, y es que bueno, tampoco lo había en su corazón, Ana era una mujer hermosa y educada, nada del otro mundo, pero se acercó a su familia y se llevaba "bien" con sus hijos, era suficiente para un hombre que nunca se había enamorado locamente, si, nunca. Ni siquiera imaginaba que esa clase de amor existiera, esa de la que tanto escuchaba hablar.

Su esposa se fue hace 3 años, y aunque la ausencia dolió ella tampoco resultó su mujer ideal, pero en medio del mundo empresarial que se manejaba y con poco tiempo para todo, habían sido una buena pareja, ella le respetaba sus tiempos y no exigía mucho a cambio, total, al igual que a los niños él le dio todo lo que necesitó, dinero y caprichos. Lo esencial ¿no? 

Cuanto debía aprender de la vida, del amor y de él mismo, descubrirse, quizá no de la mejor manera, pero si de la correcta...

INEXPLICABLE [ꜰᴀɴꜰɪᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora