Demasiado bueno

93 13 12
                                    

Sus cabellos rojos como el infierno extendidos sobre la almohada... Esas mejillas enrojecidas cubiertas por una ligera capa de sudor... Esos labios brillantes que le habían marcado cada parte de su piel reclamándola como suya... Y ni qué decir de ver su pecho subiendo y bajando debido a esa respiración acompasada; tan tranquila, tan despreocupada...

Podría haber permanecido apreciándola por mucho tiempo más, pero su corazón estaba tan ansioso de volver a su lado, que tuvo que privar a sus ojos de aquella obra de arte.

El movimiento de Yukio adentrándose en las cobijas, provocó un respingo de parte de Shura. Sonrió divertido al ver que ni siquiera dormida era capaz de bajar la guardia.

Acercó sus labios lentamente para rozar la piel de su hombro todavía desnudo. Su piel era tan blanca que, de sólo depositar un beso, pudo notar cómo esta se enrojecía. Y se deslizó suavemente por la línea que conducía de su espalda a su cuello con tanta paciencia que cualquiera hubiese perdido la cordura. Pero no él, que había imaginado tantas veces ese momento tratando de recordar aquella última vez; que había pasado por tantos cuerpos buscando encontrarla a ella en alguien más. Pero eso jamás sería posible. Nunca nadie podría reemplazar a alguien como Shura. O, mejor dicho, nunca nadie podría ser Shura.

La misma Shura que dejó escapar un suspiro de su boca cuando pudo sentir el cálido aliento de Yukio cerca de su oído.

— Por un momento creí que estaba teniendo un mal sueño... —dijo Shura en aquel malhumorado tono que más allá de hacer sentir mal al gemelo, le provocó una carcajada.

— No parecía ser tan malo con los sonidos que hacías hace no muchas horas. —Contraatacó Yukio alegremente.

Shura chistó la lengua y se giró hacia él, colocándose sobre su codo de manera tan sexy que Yukio tuvo que controlar sus pensamientos para no abalanzarse sobre ella nuevamente.

— Pensé que darías clases hoy —dijo, ahogando un bostezo.

— ¿Tratas de ahuyentarme? —preguntó Yukio, acomodándose los lentes.

— Tal vez —confesó Shura.

Yukio la miró atentamente un par de segundos buscando hallar la broma en el comentario de la pelirroja, pero únicamente encontró confusión en su voz.

Acomodó el mechón que caía rebeldemente sobre su rostro y al hacer contacto con su mejilla, Shura cerró los ojos en un gesto que Yukio no supo interpretar.

Retiró su mano lentamente para no incomodarla más.

— Hoy no hay clases. Los alumnos vuelven a casa por el puente... —Respondió Yukio en tono ligeramente desconcertado —. ¿Te encuentras bien, Shura?

La pelirroja se tensó levemente.

— ¿Por qué no lo estaría?

— Hicimos el amor anoche... Es un tanto confuso porque hemos jurado odiarnos para siempre. —Ambos rieron sin ganas. Shura iba a rechistar, pero Yukio se adelantó—. Y no te atrevas a decir que sólo fue sexo, porque sabemos que no lo fue. —advirtió, acomodándose las gafas—. Quiero que entiendas algo, Shura... No pienso dejarte ir, no otra vez. No voy a perderte de nuevo para terminar de entender lo mucho que te necesito a mi lado, pero tampoco pienso dejar que huyas para evadir sentimientos extraños que no sabes cómo manejar. Y quiero que sepas que, si intentas escapar, voy a seguir tus pasos hasta el fin del mundo si es necesario...

Yukio suspiró, terminando de liberarse de un peso que lo había perseguido por años y de aquel monólogo que estuvo practicando toda la noche mientras la observaba dormir.

— Voy a darte el tiempo que necesites... —terminó Yukio para después levantarse de la cama y buscar su ropa por el suelo.

Para ese momento, Shura dejó escapar todo el aire que estaba conteniendo.

Su mente se encontraba hecha un verdadero caos y, si bien sí necesitaba el tiempo para poder pensar con claridad, una cosa era prioritaria para ella: tenía que mantenerlo a salvo a como diera lugar

Se envolvió en la sábana y se colocó detrás de Yukio. Sujetó la sábana con una de sus manos y con la otra, se abrazó a la espalda todavía desnuda del gemelo menor.

La piel de Yukio se erizó al sentir la respiración de Shura y cerró los ojos.

— Gracias... —murmuró Shura débilmente.

El moreno giró lentamente hacia ella y también la envolvió en sus brazos.

—Te estaré esperando. —Respondió Yukio antes de depositar un casto beso sobre su frente.

Shura rió entre dientes antes de separarse.

—Ni creas que esto cambia algo —señaló —. Para mí sigues siendo el mismo cuatro ojos ridículos que jamás logrará superarme.

Yukio enarcó las cejas y sonrió de lado.

—Y para mí sigues siendo la misma pelirroja malcriada. —Esta vez, esbozó una sonrisa llena de suficiencia —. Y sabes que hay demasiadas cosas en las que puedo superarte si me lo propongo... —susurró a su oído—. Empezando por hacerte temblar.

Y cuando menos se dieron cuenta, ambos habían comenzado una nueva batalla de dominación en medio de caricias y besos que poco a poco fueron inundando la habitación de calor.

---------------------

—¿Dónde diablos te metiste? —preguntó Rin al verlo llegar por el pasillo —. Llevo toda la maldita mañana esperándote.

—Sí, al menos tú pudiste dormir en tu habitación y no debajo de un puente. —Se quejó Yukio, saludando de reojo a Shiemi.

Arrebató las llaves de su habitación a su gemelo para luego dejarlos pasar.

Rin parloteaba una serie de ridiculeces a las cuales, sinceramente, ni siquiera estaba prestando atención. Para su gemelo fue imperceptible, pero Shiemi era lo suficientemente aguda para notar aquella sonrisa que trataba de disimular sin demasiado éxito.

Escuchó a Rin saliendo de la habitación y aunque creyó estar solo, podía sentir una fuerte mirada observándolo desde el marco de la puerta.

Era la rubia, observándolo desde el marco de la puerta. Tenía una de esas expresiones tan gentiles que no podías ocultarle absolutamente nada.

La pregunta estaba en el aire, pero fue clara para ambos, así como la respuesta.

Por primera vez, todo estaba bien. Por un solo día podían dejar de preocuparse por los Grigori, por Arthur, por Mephisto, por todos... Por un solo día, podían ser completamente felices. 



*** AVISO DOMINICAL:

¡Hola! Muchas gracias a tod@s los que siguen leyendo esta historia. 

Este es un capítulo pequeño pero espero que les guste. Con este, me pongo de vuelta pero debo conectarme con la historia porque algo me dice que se vienen grandes retos para todos nuestros personajes. 

¡Déjenme sus comentarios! Me encanta leerlos. 

¡Un abrazo gigante! <3 

Last chance (Ao no Exorcist)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora