El plan

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— Quiero ver si estoy entendiendo... —Dijo Shiemi, aturdida—. Los Grigori quieren aprovecharse de los poderes de Rin y Yukio..., y Ángel quiere matarlos..., ¿y lograste engañarlo enviando una carta en blanco?

— Sí —respondió Shura—. O algo así.
 
— Bien, pero, sigo sin entender. —Se adelantó Rin—. ¿Cómo se supone que vamos a recuperar esa carta?

— ¡Vamos, idiota! ¡Presta atención! —se exasperó la pelirroja, arrojándole al gemelo una lata de cerveza ya vacía—. Ustedes se encargan de entretener al calvo mientras yo entro a su habitación y robo la carta. ¡Es fácil!

—Shura...—murmuró Yukio, acomódose los lentes—.  Tengo ganas de romperle el rostro al imbécil, pero no hay forma de que entretengamos a Arthur más de dos minutos sin pelear.
Será mejor si tú lo entretienes y nosotros vamos por la carta.

— ¿Cómo mierda quieren que lo entretenga? —Preguntó Shura—. No es como que seamos los mejores amigos.

— Pues vas a tener qué encontrar una forma —interrumpió Rin, mordisqueando una paleta—. Puedes volver a tirártelo y... —ahora llegó un zapato directo a su rostro de parte de Yukio—. ¡¿Quieren dejar de arrojarme cosas?!

—Lo pensaré si dejas de decir estupideces. —Volvió a subirse los lentes.

— Lamento decirlo pero... —murmuró Shiemi, rascándose detrás del oído—. Quizá no sea mala idea... —Todos la miraron, asombrados—. No, no la parte de..., bueno, ya saben. —Se sonrojó—. Pero quizá puedas fingir una cita y entretenerlo un rato.

Yukio cada vez se ponía más tenso mientras que él, Rin y la rubia discutían el plan.

—Lo haré. —Dijo Shura, poniendo fin a la discusión—. Podré soportar al calvo una hora, traten de no arruinarlo.

— Pero, Shura... —dijo Yukio en voz baja.

Los demás permanecieron atentos.

— ¿Qué cosa? —Preguntó Shura.

— Si él intenta propasarse contigo no podremos defenderte.

La pelirroja enarcó una ceja y luego se echó a reír.

—Primero, cuatro ojos, no necesito que me defiendan. —Puso ambas manos en la cintura—. Sólo dénse prisa para no tener que...

No tuvo qué terminar la frase pues todos entendieron a la perfección.

Dicho aquello, salió de la habitación de Rin (lugar donde todos se habían reunido) y caminó con rumbo hacia la oficina de Mephisto.

Tenía un par de asuntos qué arreglar con aquel otro idiota.

💎💎💎

— Tenemos qué pensar otra cosa antes de que Shura se encuentre con Arthur y nos dé la señal. —Anunció Yukio, poniéndose de pie, pasándose una mano por el cabello—. No podemos permitir que él la toque.

Rin y Shiemi intercambiaron una mirada cómplice.

— Dices eso porque no quieres que él se aproveche, ¿Cierto? —preguntó Rin.

— Sí, exacto. —Corrigió Yukio, dando vueltas por la habitación.

— ¿Crees que haya sido verdad lo que dijo? —Preguntó Shiemi por lo bajo.

— ¡Me importa una mierda si es verdad o no! —gritó Yukio, haciéndolos saltar y de inmediato se disculpó—. Lo lamento, es sólo que... No soporto en absoluto a Arthur.

Rin acarició suavemente la mano de Shiemi.

— ¿No tendrá qué ver con la posibilidad de que verdaderamente hayan tenido..., algo, por voluntad de Shura? —insistió Rin sin recibir respuesta.

Last chance (Ao no Exorcist)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora