Capítulo 12

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—Los donceles como tú

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—Los donceles como tú. Sé quién eres, Seokmin.

No tenía ni idea de quién era. Y él no tenía intención de decírselo. Tal vez algún día lo averiguara, cuando se cruzara con el auténtico Seokmin en alguna fiesta. Pero para entonces él ya se habría ido.

Hoseok se reclinó en el asiento. Taehyung lo intimidaba, pero al mismo tiempo lo intrigaba. Quería saber qué le había llevado a ser tan profundamente cínico. Sin duda se trataba de algo que ocurrió en el pasado: Él sabía mejor que nadie que, aunque alguien tratara de librarse del pasado, éste se empeñaba en agarrarse a los tobillos y arrastraba a la persona al lugar del que quería escapar.

—Bueno —Hoseok cambió de tema y habló de algo menos conflictivo—. ¿Y qué haces con una isla entera para ti solo?

—Pertenece a mi familia desde hace cinco generaciones. Mis antepasados cosechaban aceitunas y hacían vino. Yo reformé la villa hace cinco años. Es el único lugar donde tenemos garantizada la intimidad, lejos de la intrusión de los medios.

—¿Cinco generaciones? —Hoseok sintió un destello de envidia. ¿Qué se sentiría al tener una familia a la que se le pudiera seguir el rastro durante varias generaciones?

—Llevaban una vida muy sencilla —continuó Taehyung estirando las piernas—. Y así es también la isla. Así que, si esperas unas vacaciones glamurosas, entonces te llevarás una decepción. Lo único que brilla es el mar cuando le da el sol. Puedes dejarte en casa los diamantes y las sedas. No nos vestimos para cenar. Yo lo prefiero así.

Y él también.

Hoseok se relajó un tanto. El tema de la ropa había sido una de sus mayores preocupaciones del viaje. Teniendo en cuenta las deficiencias de su guardarropa, la idea de «vestirse para cenar» la había llenado de preocupación. Y en cuanto a lo de dejar en casa las sedas y los diamantes... no sólo no poseía ninguna de las dos cosas, sino que tampoco contaba con un hogar permanente en el que poder dejarlos.

—Suena perfecto.

—No seas ridículo. Ambos sabemos que vas a odiarlo. Creo que estamos a punto de descubrir lo «adaptable» que eres, Seokmin.

«Seguramente bastante más de lo que tú crees», pensó Hoseok preparándose cuando el avión tomó tierra.

—¿Es aquí?

—No —Taehyung se quitó el cinturón de seguridad y se puso de pie—. En la isla no hay pista de aterrizaje; es demasiado montañosa y escarpada. Tomaremos un barco desde aquí. Así que, si tienes en mente salir huyendo, siento desilusionarte. A menos que te salgan aletas y escamas, no podrás escapar de la isla una vez que estés allí.

Taehyung sintió el agua en el rostro y aumentó la potencia, disfrutando del repentino oleaje que hacía que la lancha motora se deslizara a toda velocidad por el agua, dejando tras de sí una estela de espuma.

𝚁𝚎𝚕𝚎𝚗𝚝𝚕𝚎𝚜𝚜 𝚔𝚘𝚛𝚎𝚊𝚗'𝚜 (ⱽʰᵒᵖᵉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora