Taehyung creía que Hoseok era un ambicioso caza fortunas que había puesto los ojos en él. Pero entonces descubrirá el gran error de sus arrogantes teorías sobre el joven de bonita sonrisa.
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ADAPTACIÓN
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Taehyung se giró hacia él y sonrió de una forma tan sensual que Hoseok sintió que le daba un vuelco el estómago. Se quedó durante un instante cegado. El mundo a su alrededor desapareció y no quedó nada más que él. Ni vistas, ni villa ni ninguna otra persona. Se limitó a devolverle la mirada. Estaba recordando que necesitaba respirar cuando Taehyung se inclinó sobre él con una sonrisa en los ojos cuando le rozó la mejilla con los labios.
—No te pongas demasiado cómodo. Te vigilo —le murmuró suavemente al oído.Hoseok se dio entonces cuenta de que la sonrisa y la repentina calidez de su mirada eran por su padre, que brillaba de satisfacción al verlos.
Hoseok dio un paso hacia atrás, confundido y desconcertado porque por un único y humillante instante había creído realmente que aquella sonrisa era para él.
Y entonces se recordó que los hombres como él no sonreían a los donceles como él.
Recordándose los peligros de deslizarse a un mundo de fantasía, Hoseok se apartó de él y se acercó a su padre, gravitando de manera mecánica hacia un rostro amable.
—Me alegro de volver a verle, señor Kim.
—Llámame Yong Woon. Después de todo, somos prácticamente de la familia —el anciano se puso de pie. Entonces lo tomó de las manos y se las apretó, y la presión de sus dedos, unida al calor de sus ojos, provocó que a Hoseok se le quedara el aire retenido en la garganta.
Que le demostraran afecto era algo tan extraño y sorprendente que se agarró a sus dedos, incapaz de terminar con aquel contacto que lo hacía sentirse tan bien.
«Prácticamente de la familia».
Ni en sus más alocadas fantasías se habría permitido imaginarse a un padre tan increíble como aquél.
—¿Cómo te encuentras? —al mirarlo ahora se dio cuenta de que había perdido peso y su rostro había adquirido un color grisáceo.
—Mejor ahora que tengo algo bonito que mirar. La enfermera que me ha buscado Taehyung... — Yong Woon miró a su alrededor para asegurarse de que la enfermera no podía oírlos—, podría haber contratado a hombres, para el caso.
—Lo intenté, créeme —aseguró Taehyung con seriedad—. No deberías estar mirando a las enfermeras.
—No la miro — Yong Woon parecía apesadumbrado—. ¿Qué voy a mirar? Esa mujer tiene el aspecto de un luchador. Si se cansa de ser enfermera, podría ser alcaide de una prisión. ¿Por qué la has contratado?
—Porque sus credenciales son excelentes. Me ha dicho que no estás comiendo.
—Es una espía —gruñó Yong Woon sin soltar todavía las manos de Hoseok—. Ayer enterré la medicina en una planta y ella me proporcionó al instante otra dosis. Seguro que me estaba espiando desde los arbustos.
Hoseok se rió.
—Así que por eso el jardín está tan cuidado.
Yong Woon también se rió. El único que no pareció divertirse fue Taehyung.
