La cita

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Eran aproximadamente las dos treinta.
Me voy corriendo a la habitación de alis.

-¿¡Alis!?, Tengo poco tiempo.

-Al fin por que tardaste tanto....

-No hay tiempo de explicaciones. En media hora. Debo estar lista...

-Claro...

se apresura agarra su maquillaje y nos vamos a mi habitación.

-¿Entonces que se supone que me pondré? Ni siquiera se donde iremos.

-Tranquila debe ser cerca. Recuerda que no podemos salir a la civilización.

-Lo sé. —Digo triste.

-Vamos anímate. Seguro te tiene algo mejor. Ahora, debe ser algo casual. Entonces te pondremos este vestido manga larga con estas botas altas, ¿que te parece?

-Sabes que no tengo sentido de la moda, así que lo que elijas es perfecto. —Le doy una sonrisa.

-Te maquillaré natural con tu belleza es suficiente. No necesitamos resaltar nada.

Me miró al espejo

-Enserio sabes hacer milagros le digo, soy irreconocible.

-No exageres eres hermosa.

-¿Segura que no quieres tener un salón de belleza o algo así? Naciste para eso.

-Tal ves pero sabes que no podemos. Esto es lo que elegimos y ya. —Me dice decidida.

Tocan mi puerta

-ay no, debe ser él, estoy nerviosa y solo es una salida de amigos. Jamás hice esto..

-¡Basta!, relájate y respira, abriré la puerta. —Me dice.

Asiento

-¡Hola Spencer! Que tal, Adelante.

-Hola alis., Que gusto verte. Permiso.

-¿Y michel?. —Se voltea y me ve.— Wow, te ves hermosa, bueno no es que antes no lo seas es solo que estás otro nivel de hermosa. Bueno siempre lo estás es sol...

Me río

-Spencer entiendo, tranquilo. —Veo a alis que está aguantando la risa.

-¿Y?, ¿nos vamos? —Me dice Spencer.

-Claro.

-Esperen un momento. Spencer la quiero de vuelta a una hora razonable y Michel diviértete. —Nos dice

Sonrio -Claro madre. —Le digo en tono burlón

Spencer ríe.

-Ya váyanse. —Nos dice riendo...

-Y ¿me dirás dónde vamos? No se puede salir de la academia. —Le recuerdo.

-Lose es por eso que será algo diferente.

-¿Okey? Me agrada.

Nos dirigimos en su auto a un sitio no tan cerca del instituto y lejos de la ciudad.

Llegamos a una casa solitaria iluminada por un letrero.

-Llegamos. —Me dice frenando y desabrochando su cinturón.

Hago lo mismo.

-Oh espera, aún no bajes. —lo miro confundida.

Se baja y abre mi puerta.

-Ahora sí. —Me dice sonriendo y ofreciéndome su mano.

-Gracias señor. —Le digo burlona.

-No hay de que hermosa dama.

"Mi Gran Historia De Amor" (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora