Capítulo 6

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Así que, creo que Hermione necesita un poco de atención, ¿vosotros no...? Pero, ¿será capaz cierto Profesor de proporcionársela...?

Dejadme haceros saber que los estudiantes británicos llamar a todos sus maestros varones 'señor', más a menudo que Don ... etc.

¡Disfrutad!

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Hermione pasó los siguientes días recreando el momento entre ellos sin cesar; sus manos agarrándola, forzándola de espaldas sobre el escritorio, clavándose en ella, su rostro cuando se corrió tan desesperadamente. No importaba dónde estuviera en el castillo, no parecía ser capaz de sacarse la imagen de la mente, no era que quisiera, y se descubrió en la sala común, en la biblioteca, en un partido de Quidditch, fingiendo estar ocupada, pero sintiendo sus bragas empapadas y su vientre apretándose con la familiar lujuria agónica.

Se había preguntado qué debería hacer ahora. A veces se había encontrado peligrosamente cerca de acudir a las mazmorras, llamar a su puerta, incluso entrar en su clase y buscar aún más en su mundo privado. Pero se resistió. Su brutal cópula había saciado una necesidad y anhelo profundos en ese momento, pero Hermione sabía que ambos ardían todavía por el otro. Se deleitaba con la tensión, sabiendo que cuando volvieran a verse, como sabía que lo harían, el placer aumentaría. Ella había estado más que feliz de tenerlo simplemente embistiendo con fuerza, usándola para satisfacer su frenética necesidad, pero la próxima vez se aseguraría de no ser descuidada.

Deliberadamente, evitó mirarlo a la hora de las comidas, aunque fuera una agonía para ella hacerlo. Podía sentir sus ojos ardiendo sobre ella desde la mesa alta, sabía que estaba dispuesto a que ella lo mirara, como ella lo había hecho tan a menudo antes. Pero se resistió, con una pequeña sonrisa burlona jugando en su boca. Se preguntaba cómo estaría disfrutando él el sabor de su propia medicina. Sabía que su tormento simplemente serviría para alimentar su deseo. Se deleitaba en su poder.

Por fin llegó el lunes, y otra clase de Pociones. Hermione esperó en su habitación. El comienzo de la lección vino y se fue. Todavía esperó. Media hora después del principio, comenzó a caminar despacio hacia las mazmorras.

Sin llamar, abrió la puerta de repente y entró. Él estaba impartiendo la clase. Se tensó momentáneamente, pero sin mirarla, continuó su discurso. Hermione notó una leve dificultad en su voz. Vio que Ginny le había guardado un asiento junto a ella cerca del frente y Hermione caminó decididamente hacia él. En cualquier otro momento, Snape ya se habría soltado con una diatriba de crítica y denigración. Hoy, ni siquiera había echado un vistazo en su dirección.

Sin embargo, Hermione se dio cuenta de que él estaba luchando por contenerse. Sus pómulos habían adquirido un leve rubor, y sus palabras eran cada vez más vacilantes y distraídas. Aun así, continuó lo mejor que pudo.

"Si uno se encuentra en la desafortunada posición de haber sido hechizado simultáneamente por dos Magos o Brujas Oscuros, el resultado puede ser mucho peor que la simple suma de las dos maldiciones. Por lo tanto, es prudente tener a mano esta poción en particular en la que he estado tratando de iluminar sus débiles mentes hoy. Los ingredientes... son raros y... a menudo sólo se encuentran en... Señorita Granger, ¿puede explicar por qué ha llegado cuarenta minutos tarde a mi clase?"

Sabía que él no sería capaz de aguantar mucho. Pero aun así, su repentino exabrupto la sobresaltó, y lanzó su cabeza hacia él. Sus ojos se encontraron. Los de él eran más inconmensurables que nunca, pero Hermione pudo ver claramente su deseo en ellos. Sabía que estaba reflejado en los suyos. Mientras se miraban el uno al otro, su vientre se retorció de necesidad y una oleada de humedad brotó de sus profundidades.

Fuera de las ProfundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora